La esencia de la física cuántica es que lo que es muy muy pequeño no se comporta igual que lo grande. Al nivel de los átomos o moléculas el mundo no existe físicamente, no es más que una serie de posibilidades que “colapsan” en una (imposible de predecir) y que forman el mundo tal y como lo conocemos. Esto quiere decir que un átomo que está junto a nosotros podría haber estado un segundo antes en el planeta Júpiter. Es algo posible, solo que extremadamente improbable.

En el caso de los objetos macroscópicos la improbabilidad es tal que, aunque técnicamente es posible, se puede asegurar que nunca sucederá. Por ejemplo, se calcula que las probabilidades de que un objeto del tamaño de una millonésima de un grano de arena se teleporte son tan bajas que seguramente jamás ha sucedido en la historia del universo. Aunque, quién sabe, podría suceder incluso con objetos macroscópicos.

Teleportación de fotones y de átomos

Dichas propiedades, cuando se conocen, pueden manipularse. Es el caso de un grupo de científicos del Instituto Nacional de Normas y Tecnología de los Estados Unidos (NIST, por sus siglas en inglés) que fueron capaces de teleportar un fotón nada más y nada menos que 102 kilómetros de distancia, rompiendo el previo record mundial.

No es la primera vez que se logra teleportar un objeto pequeño. En mayo del 2014 científicos de la Universidad de Tecnología Delft en los Países Bajos lograron una hazaña parecida al mover tres átomos por tres metros de distancia de manera instantánea. Esto indicaría que transportar materia de manera instantánea es algo posible y según los científicos eventualmente lograrán hacerlo con objetos macroscópicos.

Un fotón es energía, pero también es información. Los átomos son materia… e información. Mientras que muchos piensan en la creación de máquinas de teleportación para humanos los científicos están concentrados en la posibilidad de transportar información de manera instantánea… es decir, en crear aquello que podríamos llamar “internet cuántico”.

La Física Cuántica aún se debate con la teoría de la Relatividad de Einstein el hecho de que, al teleportar objetos, la información se transmita de manera más rápida que la luz (algo que en teoría debería ser imposible). Por ahora, parece ser que Einstein sencillamente se equivocó en este pequeño detalle… hay una comunicación instantánea que puede ser más rápida que la luz.

Pero lo más importante son las aplicaciones de dichas tecnologías. No sabemos cómo sería el llamado “Internet Cuántico”, pero sí sabemos que transmitir información de manera instantánea podría solucionar muchos de los problemas de una eventual colonia en Marte o en las lunas de algún planeta exterior. Si somos capaces de dominar estas tecnologías, si no nos vemos limitados por las leyes del universo, podríamos colonizarlo prácticamente todo sin jamás perder la unidad como civilización.

Incluso si jamás somos capaces de teleportarnos de un lugar a otro, esto ya suena como algo suficiente para revolucionar el mundo en el que vivimos y, más aún, en el que crecerán nuestros hijos.

Fuente de imágenes: 1: i1-news.softpedia-static.com, 2: wired.com