Y de esto sí que sabe bien una mujer nacida en Tiraspol, una pequeña ciudad marítima de un poco más de un millón de habitantes perteneciente a la autoproclamada república de Moldavia. Se trata de la modelo, animadora y arquitecta Valeria Lukyanova Valeryevna, quien nació en el año de 1985 y que en la actualidad es conocida en el mundo entero como la verdadera barbie humana.

Sin embargo, no siempre fue así. Valería llevaba una vida normal, iba a la escuela y le encantaba escribir poesía y cantar, tanto así que se incribió a una escuela de múscia y llegó a componer sus propias canciones al estilo de la nueva era. Pero Valeria no pretendía tener ningún reconocimiento por su belleza y esto sólo fue tomando forma con el tiempo.

El físico y los rasgos propios de las mujeres ucranianas hacen que de por sí buena parte de ellas tengan cierta similitud con la muñeca barbie, aspecto al que viene a ayudar su piel blanca, sus ojos claros y su constitución delgada. Pero esta mujer fue un poco más allá, pues diariamente realiza una rutina de gimnasia lo que, sumado a una dieta especial le permite tener una cintura tan delgada como la de la muñeca.

Aparte de esto, la verdadera barbie humana reconoce que también ha pasado por el quirófano con el propósito de hacerse implantes mamarios, aunque señala que aparte de esto, el resto de su cuerpo es natural.

Tinturar su cuerpo, aplicar el maquillaje y poner los lentes de contacto de color verde intenso son otros de los pasos que sigue esta mujer para poner a punto su personaje y convertirse en la verdadera barbie humana.

La mujer reconoce que desde muy pequeña jugaba a las muñecas y que destacaba entre todas ellas la muñeca barbie, misma a la que veía como un prototipo de belleza que, eventualmente, se fue grabando en ella como concepto de lo bello y de lo guapo, muestra más que suficiente de la influencia que ejercen marcas, productos y modas.

Sin embargo, y paradójicamente, la excéntrica rubia tiene faceta que muy pocos imaginarían: su espiritualidad. Tan es así que ha adoptado el nombre de Amatue, mismo que sería su nombre espiritual, asignado por seres superiores en sus viajes extracorporales, mismos de los que ella es instructora. En otra ocasión también intentó vivir tan sólo de la luz y del aire, práctica conocida como aerivosirmo, pero no continuó afirmando que todavía no se encontraba preparada para ello.

Finalmente Valeria indica que más allá de la paz interior no es posible lograr la verdadera belleza y que no hay nada más importante que llegar a conocer la esencia y significado del Infinito, pues todo lo demás es una ilusión de la mente que sólo distrae de la verdad.

Versión de video: Cómo convertirse en la verdadera Barbie humana