En términos matemáticos, un número puede ser definido como la entidad abstracta usada para representar una cantidad o magnitud específica, y que es empleado de forma constante por el humano, a fin de cuantificar, medir o conocer la posición específica dentro de un orden determinado.
Utilidad de los números
De esta forma, en la actualidad, el humano utiliza los números para dar orden al mundo que le rodea y que ha creado, el cual además no hubiese podido concebir sin los números. Así, los números son empleados para saber cuánto es la cantidad de determinada entidad (personas, bienes, alimentos, tareas), las dimensiones de propiedades y bienes, la cantidad de tiempo, las distancias de un punto a otro, entre otras cantidades y resultados, que van desde los más simples hasta los más complejos, y que le permiten al hombre calcular, anotar y entender ciertos conceptos abstracto, por medio del cual se procura la comprensión del Universo.
Así mismo, la palabra número es usada para referirse específicamente al carácter tipográfico con la que el humano logra el registro de una cantidad o posición en un soporte, a través de la escritura o la impresión, y que no es más que la forma gráfica de representas la abstracción a la que hace referencia.
Origen de los números
No obstante, al igual que las letras que constituyen la escritura del ser humano, los números no siempre estuvieron en la vida de los hombres, sino que empezaron a desarrollarse a raíz de evoluciones y necesidades específicas de la civilización. En este sentido, algunos científicos han señalado que aun cuando no se puede precisar el momento preciso en que se desarrolló en la Humanidad el concepto de número, sí es posible imaginar las circunstancias que estuvieron involucradas.
De esta forma, los especialistas señalan que posiblemente hacia el Neolítico, momento en que el hombre desarrolló la agricultura, y comenzó también a criar animales domésticos y de granja, y en vistas de la complejidad social que conllevó esta circunstancia, el hombre prehistórico se haya visto en la necesidad de desarrollar un sistema que le permitiera colocar algún tipo de orden a los bienes e insumos que poseía, así también como la manera de hacer que estos alcanzarán para el total de personas que constituían su familia o clan. Así surgió entonces el impulso por contar, inventariar, planificar y administrar, por lo cual hubo de desarrollarse en primera instancia el concepto abstracto de cantidad, y por ende el de número.
Primeros números
Habiendo concebido entonces el inicio del pensamiento matemático, así como de las matemáticas aplicadas, el hombre primitivo se debió ver también en la necesidad de llevar nota de las cantidades calculadas, así como del comportamiento de estas. De acuerdo con esta hipótesis, el hombre del Neolítico debió optar en primera instancia por anotar símbolos representativos, como rayas, en los muros de los sitios que habitaba (recordando que el Neolítico también marcó el período de transición de las cavernas a casas primitivas).
Así también, la corteza de los árboles o incluso la misma piedra, pudieron servir al hombre primitivo para anotar símbolos que lo ayudaban a representar los números o cantidades que estaba cuantificando. Estos serían los primeros atisbos de números, puesto que se tratan de símbolos gráficos que vienen a representar una entidad abstracta como una cantidad o posición dentro de un conjunto.
Con el tiempo, al igual que sucedió con la escritura, cada civilización desarrolló sus propios signos, los cuales también vivieron un proceso de intercambio y unificación, estimulados por el intercambio comercial que surgió entre las civilizaciones del hombre de la antigüedad, actividad que debido a su naturaleza debió buscar mecanismos de homologación, que les permitiera a todos los involucrados manejaran el conocimiento sobre las distintas medidas, valor de las monedas y cantidad de mercancías.
Finalmente, el humano –quien seguiría a lo largo de los siglos desarrollando su pensamiento matemático- concebiría también la idea de sistema numérico, así como la necesidad de idear símbolos matemáticos, que permitieran la realización de operaciones numéricas un poco más complejas. Así el hombre –a través del Neolítico y la Edad Antigua- había concebido la noción de número, los símbolos con los cuales representarlo, así como el concepto mismo de las Matemáticas, las cuales junto al lenguaje y la escritura, son manifestaciones del tremendo potencial del cerebro y la inteligencia humana.
Edad de los primeros números
En el curso de la Historia, cada civilización desarrolló su propio sistema de números. Sin embargo, con respecto a los más antiguos, los investigadores han determinado que los primeros signos numéricos debieron surgir por primera vez unos mil años antes de Cristo, en el seno de la civilización Sumeria, en la cual se cree se desarrolló un sistema de numeración escrita, que al igual que a sus letras, se denominan escritura numérica cuneiforme, y que debió concebirse a fin de dar respuesta a sus distintas actividades comerciales, las cuales les exigían registrar sus múltiples operaciones. De esta forma, los números cuneiformes eran impresos en una tablilla de arcilla, a través de un palo, con la punta afilada.
Se cree que estos símbolos numéricos, pertenecientes a los Sumerios, pasó también a los babilonios. Posteriormente, otras civilizaciones avanzadas como la Egipcia, la Griega y los romanos desarrollaron también sus propios sistemas numéricos. A la par, en el oriente del mundo, los chinos e indios vivían sus propios procesos y creaciones. Los números que se usan actualmente en occidente, reciben el nombre de números arábigos, y son llamados de esta forma debido a su origen, siendo los árabes, quienes introdujeran ese sistema a Europa, durante la dominación de estos en el viejo continente.
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