Dentro del argot de la Criminalística, se entiende como Contaminación a toda sustancia u organismo, externo a la muestra estudiada, que con su presencia pueda alterar de forma negativa la materia estudiada. Así mismo, se asumen como agentes contaminantes de una muestra a aquellos procedentes de la actividad humana, así como aquellos constituidos por microorganismos o gérmenes.
Contaminación Cruzada
Así mismo, las Ciencias Criminalísticas, en su tarea de preservar el correcto procedimiento y recolección de pruebas que conduzcan verdaderamente a probar la culpabilidad o inocencia de un sujeto con respecto a un hecho delictivo, ha precisado cerca de cinco tipos distintos de Contaminación de evidencias, que puedan comprometer las pruebas encontradas en una escena del crimen.
En el caso específico de la Contaminación Cruzada, esta es definida por la teoría criminalística como aquella que ocurre cuando se procede a recoger en el mismo medio de embalaje prendas de vestir y otras evidencias que pueden servir de evidencia física, correspondiente a elementos biológicos o de otra índole. En este sentido, básicamente la Contaminación Cruzada ocurriría cuando por error dos muestras de distinta naturaleza terminan en el mismo embalaje, lo que produce una contaminación en la evidencia, que lo más seguro es que reste valor a la fiabilidad de la prueba que esta constituya.
Precauciones para evitarla
Por consiguiente, las distintas autoridades en materia de Ciencias Criminalísticas se esfuerzan día a día para generar los procedimientos y precauciones adecuadas, para evitar hechos como estos, que acarrean entorpecimientos en la investigación, así como en la debida aplicación de la Ley. De esta manera, entre las recomendaciones para procedimientos correctos, se estila señalar los siguientes:
Elementos de bioseguridad
Una de las primeras sugerencias y procedimientos demarcados, inherentes a la recolección de evidencia es aquella que ordena a quienes asumen esta responsabilidad el uso adecuado de elementos de bioseguridad: batas, guantes, lentes, tapabocas, gorros, mitones y trajes diseñados especialmente para que la muestra obtenida no corra el riesgo de ningún tipo de contaminación por parte de los propios elementos biológicos del detective forense, así como para protección de su propia integridad y salud.
Recolección y clasificación
Una vez que los profesionales en criminalística se hayan asegurado de resguardar su propia integridad y la de las diferentes muestras, se procederá al levantamiento, recolección y preservación de los distintos elementos encontrados en una escena del crimen, considerados como importantes por su carácter vinculante. En este sentido, la teórica criminalística señala que las muestras deben ser en todo momento filiadas, recogidas, empaquetadas y preservadas de acuerdo al estricto cumplimiento de los manuales de procedimientos, pues de lo contrario se cae en riesgo de perder su credibilidad o estado. En el caso de la Contaminación Cruzada es vital colocar especial atención en el momento de empaquetar, para sí evitar el embalaje conjunto de distintos tipos de muestras, que pueden acarrear este tipo de contaminación.
Recolección de ADN
Sin embargo, más allá de que se hayan cumplido los procedimientos adecuados de recolección y embalaje, siempre será prudente realizar un proceso de recolección de ADN, sobre todas aquellas personas que han tenido contacto con la escena del crimen, tanto en su descubrimiento como en su procesamiento, a fin de poder tener esta información a la mano en caso de producirse algún tipo de contaminación cruzada.
Imagen: flickr.com