Más allá de cualquier credo religioso, la Biblia es un libro donde se plasmó la sabiduría de los pueblos hebraicos en el Antiguo Testamento y la doctrina cristiana enseñada por Jesucristo, en el Nuevo Testamento. En ambas secciones de este libro, se mencionan determinadas acciones que ofenden a Dios y que directamente están cohibidas en los diferentes versículos y capítulos, pero con el pasar de los siglos han perdido trascendencia. Curiosamente, hallamos algunas de las cosas prohibidas en la Biblia, que hoy hacemos a diario y que son muy curiosas:
Comer mariscos, cerdo, bagre y otros
El Levítico presenta un listado muy completo de todos los animales que Dios permite comer y los que no. Dentro de estos últimos hallamos los mariscos, el bagre, el cerdo, el conejo, el camello, la comadreja, el cuervo, el camaleón, el buitre, entre otros . Específicamente advierte: «Pero todos los que no tienen aletas ni escamas en el mar y en los ríos, así de todo lo que se mueve como de toda cosa viviente que está en las aguas, los tendréis en abominación». Levítico 11:10.
Tatuarse
El Levítico también prohíbe cabalmente, el hecho de tatuar el cuerpo, al igual que en el Nuevo Testamento se informa que el templo del Creador es el cuerpo de cada persona. Literalmente indica: “Y no haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna”.
El coito interrumpido
En tiempos de los profetas, tal parece que no se contemplaban métodos anticonceptivos como en la actualidad. De hecho, el Génesis claramente señala: “y sabiendo Onán que la descendencia no habría de ser suya, sucedía que cuando se llegaba a la mujer de su hermano, vertía en tierra, por no dar descendencia a su hermano. Y desagradó a los ojos de Jehová lo que hacía, y a él también le quitó la vida.” Genesis 38:9-10.
Usar ropa muy seductora y pomposa
Las cuestiones sensuales y todo lo relacionado con la intimidad, están muy definidas por la Biblia. Incluye también la forma de vestir, como por ejemplo en el segundo capítulo de Timoteo: “Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia: no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos”. En esta época, es uno de los requisitos más fuera de moda.
Prohibidas las fibras mixtas y el poliéster
De ser así, millones de personas se hallan en pecado y ni si quiera lo sospechan. “Mis estatutos guardarás. No harás ayuntar a tu ganado con otra especie; tu campo no sembrarás con mezcla de semillas y NO te pondrás vestidos con mezcla de hilos”. Las prendas más baratas del mundo civilizado son de poliéster, por lo que los pobres serían más pecadores que los ricos, en este caso. Levítico, 19:19.
La adivinación
Parece ser que uno de los libros bíblicos en los que más se plasmaron las reglas para vivir según la voluntad de Dios, es el Levítico. Aquí volvemos a encontrar una fuerte advertencia en contra de quienes acuden a adivinos, psíquicos y expertos en cartomancia: “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová, vuestro Dios”. Levítico 19:31. Si se tiene en cuenta este precepto, los horóscopos del celular, los periódicos, el Facebook y cosas parecidas nos podrían llevar al infierno.
Los chismes
Algo tan común en el presente, como reunirse con los amigos a contar chismes, es una de las cosas curiosas que la Biblia reprende, juzga y condena. «No chismearás entre tu pueblo», Levítico 19:16-17. En ese orden de ideas, las noticias de la farándula, la prensa y en general, las cadenas televisivas, serían del diablo.
Las bebidas alcohólicas y las borracheras
Definitivamente, esta regla bíblica quisiera ser cambiada por muchos. En el mundo moderno, el licor se ha normalizado al punto en que se halla presente en cada estrato, mayoría de reuniones, celebraciones, negocios, funerales y demás eventos cotidianos. En Efesios 5:18, se encuentra la siguiente advertencia: “No anden emborrachándose con vino, en lo cual hay disolución”. En Proverbios 23:20, 21, continúan los avisos: “No llegues a estar entre los que beben vino en exceso, o entre los que son comedores glotones de carne. Porque el borracho y el glotón vendrán a parar en la pobreza”.
Para culminar, el libro de Corintios decreta con severidad la siguiente premisa: “No se dejen engañar, pues en el reino de Dios no tendrán parte los que se entregan a la prostitución, ni los idólatras, ni los que cometen adulterio, ni los afeminados, ni los homosexuales, ni los que roban, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los ladrones”. Corintios 6:9.
No importa cuál sea la religión que uno profese, resulta bastante curioso e interesante el contraste de estas prohibiciones de antaño y el mundo moderno.
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