Los gatos pueden llegar a parecer bastante engreídos, indiferentes, egoístas e interesados. Pero muchas de sus actitudes son reacciones a situaciones a los que los exponemos y ellos detestan por completo. De tal modo que con el fin de evitar conflictos con los felinos, lo mejor será apreciar las siguientes cosas que los gatos odian:
Visitar al veterinario
Estos son los momentos más angustiantes e indeseables de un gato doméstico. Se estresan demasiado, debido a que odian que un extraño les revise el cuerpo y ni se diga, si se tienen que inyectar. Si desde pequeños se les lleva periódicamente, pueden tomarlo con más calma.
Falta de atención
La dependencia de los gatos hacia sus amos es muy grande. Pareciera que son autosuficientes, pero en realidad necesitan de mucha atención y ellos la exigen de modo inmediato. Siempre hacen saber cuando tienen hambre, cuando quieren compañía y que se les acaricie, bajar un objeto de algún lugar difícil o complacerlos en algo. Su maullido no cesará y si siente que su amo es muy indiferente, puede incluso morderlo.
Olores fuertes
Los perros no son los únicos en poseer un olfato prodigioso. Los gatos también, aunque por supuesto, no tan desarrollado como los caninos, pero sí muy delicado. Por ello se sienten ofendidos cuando se fuma cerca, al igual que reflejan repulsión ante olores como la cebolla, el ajo, hojas de café, cítricos, citronela, perfumes fuertes, entre otros.
Presencia del humo
Casi todos los animales huyen del humo, como reacción instintiva, que según los científicos se ha desarrollado con la evolución natural, ante diversos episodios donde varios han muerto por inhalación o calcinados. Los gatos perciben al humo como una alarma de fuego.
Que los mojen
Sin duda alguna, es algo que aborrecen, aunque no del todo. Sólo cuando se les moja y salpica, se molestan porque quedan muy alertas. Primeramente, los gatos tienen un origen en zonas desérticas, donde el contacto con el agua era mínimo. Sienten más repudio que cuando se sumergen por completo. También se debe tener en cuenta que el aparato respiratorio de un gato es demasiado delicado, por lo que el hecho de mojarse podría implicarle serios problemas de salud, sobre todo a los más salvajes.
Que los acaricien demasiado
A diferencia de los perros, los gatos odian que a cada rato quieran consentirlos. Ni si quiera los más apegados a su amo, como los gatos siameses. Sólo se dejan tocar cuando ellos quieran y el tiempo que consideren.
Los perros
Instintivamente no es que se odien, sino que rivalizan porque ambos son animales depredadores. Además, en campos silvestres los gatos son uno de los platillos favoritos de los canes. No obstante, si desde pequeños se enseñan a ser sociables y a permanecer cerca de perros, pueden llegar a ser amigos.
Sonidos estridentes
Cuando las personas gritan, los gatos se tornan muy nerviosos y ansiosos, al punto en que pueden quedar estresados. La música fuerte o el sonido de un claxon, son altamente molestos para los felinos, puesto que su oído es muy potente y se mantienen en estado de alerta perceptiva, por lo que se sienten amenazados ante ruidos sorpresivos y fuertes.
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