El Movimiento Dadaista, se originó con el objetivo de trascender y eliminar las bases establecidas del diseño y del arte, declarándose como un movimiento antipoético, antiartístico y antiliterario, optando por una espontaneidad aleatoria que quisieron contraponer a la idea de eterna belleza o perfección absoluta.
Los pioneros en esta clase de arte fueron Tristan Tzara, Hugo Ball, Marcel Janco y Jean Arp, quienes en el Cabaret Voltaire donde se pretendía provocar a los espectadores, formaron el Movimiento Dadaista en Zurich, en el año 1916, en plena Primera Guerra Mundial.
Debido a que Suiza siempre ha sido neutral en los conflictos mundiales, allí llegan toda clase de artistas, sobre todo en aquella época donde viajaban huyendo y ese era el sitio ideal para refugiarse.
Todos los movimientos que surgían al inicio del siglo XX, se caracterizaban por sus manifiestos. En el Dadaismo, fue Tzara quien los realizó en los años 1918 y 1920. “La magia de una palabra ‘DADÁ’, que ha puesto a los periodistas ante la puerta de un modo imprevisto, no tiene para nosotros ninguna importancia”; así fue el introductorio del primer manifiesto de Tzara, reflejando la postura del Dadaismo.
Las causas de este movimiento artístico revolucionario, fue la búsqueda de suprimir los principios básicos establecidos en el arte, de tal modo que empezaron a utilizar materiales diversos como latas, botellas, madera, cartones, entre otros y los formaban de acuerdo en lo que llamaban “casualidad”.
En seguida, el Dadaismo invadió a Nueva York, Alemania y París. Debido a que no pudo seguir una línea lógica y dentro de los parámetros normales, en Berlín murió en 1920 y tres años más tarde, también en París.
Aunque la mayoría de historiadores otorgan todos los créditos del movimiento a Tristan Tzara, hay otros que consideran a Hugo Ball como el verdadero autor de este movimiento protesta contra los cánones estéticos preestablecidos.
La idea era derrocar toda lógica en el arte, aludiendo a la libertad total, a la creatividad espontánea, a la casualidad, a lo abstracto y sin sentido y por supuesto, a la contradicción.
De los artistas famosos del Dadaismo fue Duchamp. Una de sus principales obras fue ‘La Fuente’. De igual manera lo fue Man Ray, con su obra intitulada ‘La arquitectura de tus huesos’. No pudiésemos dejar de lado al pintor alemán Kurt Schwitters, quien realizaba unos collages exclusivos en los que el material se convertía en el protagonista de la obra. Richard Hülsenbeck y Hans Richter fueron otros exponentes importantes de la misma corriente.
Actualmente, la influencia del Dadaismo aún se mantiene, cuando llega el momento de cuestionarse sobre qué es el arte real y cuáles obras deben ser catalogadas como artísticas. Más que nunca, hoy el Dadaismo parece recobrar su vida con la preferencia por lo abstracto, psicodélico y fuera del sentido común.
Dicen que el nombre de Dadaismo, lo empleó por primera vez Tristan al querer bautizar su movimiento. Entonces, abrió un diccionario y buscó la primera palabra que le pareciera más absurda. Exactamente encontró el vocablo francés ‘dadá’ que traduce al español: caballo de madera.
Escrito por: Diego Felipe Baquero Rodríguez.