Islas Galápagos
Ubicadas en el Pacífico, al occidente de las costas de Ecuador, las Islas Galápagos son célebres por su extraordinaria fauna y por haber sido el lugar donde Charles Darwin pudo concretar su famosa Teoría de la Evolución. Esencialmente, Darwin notó las diferencias sutiles entre las especies de las islas (en particular, los pinzones) y a partir de ello propuso que cada especie había evolucionado para ser más eficaz en su ecosistema específico. Poco queda de la teoría original de Darwin, que ha sido revisada y profundizada de muy diversas maneras, pero sentó las bases de nuestra comprensión moderna de la evolución.
Sin embargo, con su increíble variedad de fauna única las islas también sufrían un constante peligro: sus especies no estaban acostumbradas a la dura competencia de los continentes. En el caso particular de las Galápagos, la ausencia de depredadores llevó a que muchas variedades de animales perdieran las características que les permitían defenderse.
Y por eso con los hombres llegó un problema.
Ratas
Ratas y gatos son la pesadilla de los biólogos de las islas. Se reproducen con una agilidad impresionante, son extremadamente versátiles y, en el caso de los gatos, increíbles cazadores. La naturaleza de las ratas, generalista, las convierte generalmente en un problema no por la caza, sino por la búsqueda de crías y huevos para alimentarse.
Y las tortugas han sido una de sus principales víctimas.
Tortuga gigante
La Tortuga gigante de las Galápagos es una de las especies más icónicas del mundo, y la tortuga terrestre más grande (bueno, son en realidad 10 especies) que actualmente habita sobre la tierra.
Y estuvo a punto de desaparecer a causa de la rata negra.
Durante décadas ninguna tortuga nació en la isla de Pinzón. Afortunadamente las tortugas son longevas y muchas seguían vivas luego de este periodo.
Por esta razón, alertadas por su potencial desaparición, las autoridades ambientales de Ecuador comenzaron en 1965 una misión desesperada para salvar a las tortugas, capturando las únicas 20 supervivientes y llevándolas a un recinto diferente. Allí, por primera vez en más de un siglo, nacieron tortugas bebés.
Pero esto era solo la mitad del proceso. Faltaba salvar la isla, el hábitat natural de las tortugas en el que ahora no podían reproducirse.
Matando ratas
En 2007 la situación se tornó crítica. No solo las tortugas: pinzones, gavilanes, palomas, lagartijas y serpientes nativas estaban desapareciendo. Y en vista de que no había soluciones a la vista, se optó por una decisión bastante dramática.
Envenenar la isla.
Tomó años hacer los cálculos. Se capturaron los 53 gavilanes de las isla, única especie que podría envenenarse con las ratas (según se estudió) y se mantuvieron en cautiverio por unos años.
Pero en 2012, finalmente, se liberó el veneno. Esparcido con avionetas, cubrió la totalidad de la isla. Y, gracias a la cuidadosa preparación, funcionó. La isla de Pinzón fue declarada libre de ratas en 2014 y en el 2015 ocurrió el primer nacimiento de tortugas bebés. Fue celebrado por biólogos y ecólogos de todo el continente como un logro gigante contra las especies invasoras.
Además de las tortugas, especies de palomas, serpientes y lagartos abundan en su recién liberado ecosistema. Se espera que en pocos años retome las características que tenía antes de la llegada de los roedores en torno a 1800. Así mismo, las autoridades advierten que hay que tener cuidado con ratas que podrían nadar desde barcos cercanos. No se puede permitir que vuelvan a la isla.
Fuentes:
- https://www.elespectador.com/noticias/medio-ambiente/la-vida-renace-en-las-islas-galapagos-tras-eliminar-las-ratas-articulo-731221
- https://actualiagrupo.com/medio-ambiente/las-islas-galapagos-eliminan-las-ratas-para-salvar-la-vida-de-las-tortugas.html
Imágenes: 1: eldiario.es, 2: veoverde.com