Cómo se escribe…
En el mundo de hoy cada vez acceder a un buen empleo requiere de una mejor preparación y de estar lo suficientemente apto para enfrentar el nivel de competitividad. En este sentido hay cualidades que pueden abrirte puertas como hablar dos idiomas, una excelente presencia, una nutrida hoja de vida y por su puesto un nivel impecable de ortografía, pues es ella la que en realidad revela tu nivel de formación.
Así que seas o quieras ser médico, ingeniero, veterinario, arquitecto, poeta, abogado o cosmetólogo es necesario que escribas de la forma correcta, pues la escritura que uses en tus reportes e informes será tu carta de presentación ante otros profesionales, o ¿tú confiarías en un informe médico escrito con errores y horrores de ortografía? ¿Verdad que no? Es por eso que debes incluir el aprendizaje de la Ortografía dentro de tu formación académica, para así ser todo un profesional integral.
Si bien es cierto que la mayoría de los hablantes se sienten un poco intimidados por la cantidad de normas a recordar cuando de escribir se trata, también es cierto que relacionando las palabras con su pronunciación y su semántica se hace mucho más sencillo memorizar cómo se escribe cada una de ellas, enriqueciendo así nuestro léxico y perfeccionando nuestro estilo. Escribir es un arte, ciertamente, pero también es un oficio, lo que significa que se aprende ejercitándonos.
Palabras homófonas
De hecho tal vez lo más difícil de aprender en esta disciplina es recordar correctamente cuál es la palabra correcta a usar cuando estamos en presencia de palabras homófonas, es decir que suenan igual pero tienen grafías y significados diferentes. Por ejemplo “ay” (interjección), “hay” (verbo) y “ahí” (adverbio de lugar), palabras que siempre causan confusión a la hora de escribir, al menos que se tenga muy en claro el significado de cada una, realmente ese puede ser el truco a la hora de aprender qué palabra debe ir en cuál lugar.
Otro ejemplo de este tipo de palabras homófonas lo constituyen las formas vaso, baso y bazo. A continuación procederemos a describir cada una de ellas, al tiempo que te daremos por lo menos cinco ejemplos de oraciones que puedes construir con cada una de ellas, a fin de que sepas el contexto adecuado para cada una.
Vaso
(Categoría gramatical: sustantivo): esta palabra escrita bajo esta forma, con “v” y “s” constituye un sustantivo masculino que hace referencia, de acuerdo a la definición de ella reportada en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, se refiere a un recipiente usado para contener líquidos, bien sea con fines utilitarios o decorativos. Algunas de las oraciones que puedes construir en base a este sustantivo serían las siguientes:
¿Podrías traerme un vaso con agua?
Trae tres vasos para servir el jugo
Me tomo un vaso de leche y bajo
En las mañanas es recomendable tomar un vaso con agua en ayunas
A los niños no hay que darles vasos de vidrio
Baso
(Categoría gramatical: verbo): esta palabra escrita de esta forma, con “b” y “s” constituye la conjugación en primera persona del singular del tiempo presente del verbo “basar”, que se refiere a las acción de fundar, apoyar o dar base a algo o alguien. Un ejemplo de las oraciones que podemos formar con este verbo lo constituyen las siguientes oraciones:
Me baso en mi experiencia para saber que no funcionara
Durante cinco años Juan me ha demostrado ser responsable, en eso me baso para recomendarlo
Tres veces llegaste tarde, me baso en eso para creer que no eres puntual
Bazo
(Categoría gramatical: sustantivo): escrito así con “b” y “z”, esta forma constituye un sustantivo referente al órgano situado a la izquierda del bazo, el cual cumple con la función de eliminar glóbulos rojos envejecidos y promover la formación de glóbulos blancos. Un ejemplo de las oraciones que podemos construir en base a este verbo lo constituyen los siguientes:
La inflamación de bazo es un síntoma del dengue
Después de correr mucho siento un fuerte dolor en el bazo
El bazo es un órgano del cuerpo
Fuente de imagen: educacion,uncomo,com