Medicina cósmica
En la actualidad estamos muy acostumbrados a pensar nuestro cuerpo como una entidad aparte, separada del mundo y solo conectada a él por la existencia de los sentidos y por nuestras necesidades físicas. Esta postura del cuerpo – máquina fue adoptada en el mundo moderno tras desestimar los clamores de prácticamente todas las sociedades antiguas que hablaban de alguna relación entre el hombre y el espacio, y al equilibrio externo se le reemplazó con la “homeostasis” o equilibrio interno.
Una de las creencias (o de los grupos de creencias) más comúnmente ridiculizados es la astrología, basada en el concepto de que existe una relación entre el cuerpo y mente humanos y los astros celestes, que se vería reflejada en una multitud de maneras. La variante más popular hoy día de la astrología son los horóscopos (que muchas veces se realizan sin fundamento), pero hay otras que también son importantes.
Una de estas es la relación entre el ciclo lunar y el comportamiento de las personas. Por siglos se consideró que, como con las mareas, este satélite tendría influencia en la manera en que los humanos nos comportamos, pero estas teorías comenzaron a perder vigencia desde mediados del siglo XVIII. Sin embargo, nuevas evidencias parecen indicar que, efectivamente, hay sincronía entre el ciclo lunar y el ciclo hormonal de las personas y que incluso existe una tendencia a que diversos individuos produzcan el mismo neurotransmisor en la misma parte del ciclo lunar. Veamos cómo funciona:
Nuestro cuerpo y el ciclo lunar
Entre la luna nueva y el cuarto creciente (es decir, la primera semana del ciclo lunar) se favorece la producción del neurotransmisor acetilcolina, el cual a su vez hace que las personas se vuelvan “más sensibles, aptos a actividades grupales y receptivos emocionalmente”. Debido a ello, la semana se caracterizaría por una mayor disponibilidad energética pero, a su vez, problemas para enfocarse en actividades específicas. Este neurotransmisor, además, se asocia con la memoria y el aprendizaje. Esta semana sería entonces idónea para comenzar un proyecto o introducir nuevas ideas en un grupo de trabajo, antes de que llegue el momento de organizarlas.
En la segunda semana del ciclo lunar (cuarto creciente a luna llena) llega el turno de la serotonina, caracterizada por algo menos de energía pero la posibilidad de enfocarse en asuntos específicos. Esta semana, entonces, sería idónea para comenzar los proyectos ideados en la primera semana, y a su vez sería muy poco eficiente para realizar reuniones importantes y en general cualquier cosa que involucre trabajo en equipo.
La tercera semana del ciclo lunar, entre luna llena y cuarto menguante, es la semana de la dopamina. Esta hormona se caracteriza por favorecer la sociabilidad y desencadenar estados anímicos eufóricos, lo que favorece la empatía y la construcción de relaciones. En términos de trabajo, parece ser que esta no es la mejor semana.
Por último, la cuarta semana (cuarto menguante a luna nueva) nos presenta la noradrenalina, un neurotransmisor dedicado al instinto de supervivencia y a desencadenar estallidos de energía. Esta semana se caracterizaría por una alta disposición al análisis, pero poca inspiración y capacidad de concentración. Es la semana donde nuestro cerebro muestra su faceta más “primitiva”.
Este pequeño compendio fue realizado por el doctor Mark Filippi, quien lleva 15 años estudiando y recopilando información sobre el comportamiento del cuerpo. De acuerdo con su teoría, nuestra vida, por azar o por influencia, está parcialmente guiada por el astro lunar, sin embargo, jamás aclara si se debe a una sincronización evolutiva o a una verdadera influencia del astro sobre el cuerpo. Él solo señala los hechos.
Y tú, ¿crees posible que haya una influencia directa de la luna en el cuerpo humano? ¿o se trata solo de una adaptación evolutiva que aún no comprendemos?
Fuente de imágenes: 1: notasdehumo.com, 2: astromia.com.