Cada día, con más admiradores y consumidores alrededor del mundo, la Mantequilla de Maní sigue conquistando cada vez más paladares, al tiempo de que sigue maravillando a cientos de personas que todavía no creen que las semillas de maní puedan convertirse en esa pasta densa y deliciosa, que puede ser untada en el pan, entre otras múltiples formas de comerla que existen.
Breve historia de la mantequilla de maní
Sin embargo, en cuanto a la mantequilla de maní no sólo resulta sorprendente su sabor, sino que su historia también es digna de estudio y admiración, puesto que según lo que indican las distintas fuentes, siendo el maní una semilla originaria de América, esta fue cultivada y consumida en primer momento por las antiguas civilizaciones precolombinas, como por ejemplo los Aztecas y los Mayas. No obstante, lo más increíble de este dato es el descubrir cómo en el siglo I d.C. en América estos pueblos ya fabricaban pasta de cacahuate o de maní, aun cuando en ese momento este elemento cumplía más con una función medicinal, pues estos antiguos indígenas habían descubierto las cualidades que tenía esta sustancia para combatir el dolor e inflamación que ocurría cuando un diente se infectaba.
Así mismo, durante los últimos años del siglo XIX, en Estados Unidos, el comerciante George A. Bayle Jr. vio en la pasta de maní la posibilidad de comercialización, por lo que comenzó a fabricarlo y venderlo, con fines nutricionales, difundiendo las cualidades que tenía esta preparación para fungir como un suplemento proteico para quienes no podían consumir carne, bien por situaciones médicas como la pérdida de la dentadura, o por decisión propia como en el caso de los vegetarianos.
De esta forma, y después de otros intentos exitosos, finalmente en la primera década del siglo XIX la Krema Products Company comenzó a comercializarla como un alimento a disposición de todo tipo de comensal, momento en donde la Mantequilla de Maní comenzó a popularizarse rápidamente, siendo consumida en la actualidad por millones de personas en Estados Unidos, al punto de que en este país cuenta incluso con un Día Nacional (el 24 de enero), así como en otros países como Canadá y Australia, siendo cada día más los ciudadanos de otras naciones que descubren el delicioso sabor y textura de este alimento, el cual además de delicioso cuenta con grandes propiedades nutricionales.
Mantequilla de Maní casera
A pesar de que esta popularidad, así como el nacimiento de nuevas fábricas y la implementación de nuevas tecnologías ha propiciado que la Mantequilla de Maní sea un producto bastante económico, sobre todo en los países que lo producen, hay personas que simplemente no pueden acceder a él, o que por el contrario consideran que aunque el maní es bastante sano, las mantequillas de maní comerciales contienen gran cantidad de aditivos y conservantes, lo cual hace que si bien el maní es una semilla con grandes propiedades alimenticias, el consumo sostenido de mantequilla de maní comercial puede ser perjudicial. Sin importar la causa que impida comprar esta sustancia en el mercado, la única opción que tienen estas personas es recurrir entonces al consumo de mantequilla de maní casera.
No obstante, no todas las personas manejan la información sobre cuáles deben ser los ingredientes y procedimientos necesarios para la elaboración de esta deliciosa preparación en la propia cocina. Por fortuna, en la web existen varios portales culinarios que ofrecen sus distintas recetas para hacer Mantequilla de Maní, entre las cuales se encuentra la que se muestra a continuación, y que constituye una de las recetas más sencillas de mantequilla de maní.
Por consiguiente, para preparar esta mantequilla de maní será necesario reunir cierta cantidad de ingredientes, entre los que se encuentran dos (2) tazas de maní en su cáscara / una (1) cucharadita de aceite de maní, o en su defecto de aceite de ajonjolí / media ( ½ ) cucharadita de azúcar, aun cuando si se prepara la mantequilla de maní a fin de hacer platos salados lo mejor es que se suprima este ingrediente / una y media (1 ½ ) cucharadita de miel, la cual también debería eliminarse de la receta en caso de que las intenciones de la realización de mantequilla de maní involucre la preparación de platos salados / una (1) pizca de sal, la cual también pudiera no usare si en cambio la intención de hacer mantequilla de maní es usarla solamente para postres.
Reunidos los ingredientes, se deberá comenzar con la preparación de la Mantequilla de Manía, para lo que se deberá, en primera instancia, lavar con abundante agua el maní que se usará, a fin de limpiar cualquier tipo de suciedad que tenga. Igualmente, se deberá despojar de su cáscara el maní, a fin de contar con la semilla marrón, quitando también la delgada corteza roja que envuelve la semilla del manía. Superado ese paso, se deberá colocar en una bandeja para horno los maní extendidos, agregar un poco de aceite de maní o de ajonjolí, y llevarlos al horno, a una temperatura de 176 ° C y por un tiempo de diez minutos, hasta que el maní se tueste, teniendo cuidado de que éste no se queme.
Una vez que el maní se haya dorado, y con la ayuda de un procesador de alimentos se deberá proceder entonces a triturar el maní tostado, convirtiéndolo literalmente en polvo. Algunas fuentes aseguran que este procedimiento es mucho más fácil mientras el maní se encuentra todavía caliente, por lo que deberá realizarse apenas este producto ha salido del horno. Una vez obtenido este polvo, no debe detenerse el procesador de alimentos, puesto que eventualmente, y una vez se hayan agregado los ingredientes restantes, este polvo de maní empezará a convertirse en una crema pastosa. Una vez obtenida la textura deseada se deberá apagar el procesador de alimentos. Se debe colocar entonces en un frasco de vidrio, y procurarle a éste un sitio fresco, teniendo cuidado de consumirse rápidamente, pues la falta de conservantes puede implicar una rápida degradación de la preparación.
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