Dentro de la Historia del Arte, se conoce con el nombre de Arte Bizantino al período artístico, comprendido entre el siglo V y hasta mediados del siglo XV, y que tuvo como centro de actividad la ciudad de Constantinopla, así como al Imperio bizantino como escenario.
Origen del Arte Bizantino
Con respecto a la Historia de este importante momento en la Historia del Arte, los especialistas han señalado al Arte Bizantino como el gran heredero del Arte paleocristiano, así como el gran continuador del Arte que se cultivó en el Imperio romano, además de un fuerte arraigo en la tradición helenística, y también oriental. Por lo que entonces se puede considerar al Arte Bizantino como el resumen o acopio de las artes más representativas de Europa y Oriente para el momento de su nacimiento.
No obstante, para hacer referencia de forma específica a las circunstancias históricas que marcan su nacimiento, los historiadores optan por señalar la decisión que tomó el emperador Teodosio el Grande I de dividir el Imperio romano en dos, dejando a su hijo Honorio a cargo del Imperio occidental, mientras que colocó sobre los hombros de su otro vástago, Arcadio, el Imperio de oriente, hecho este que pudo debilitar la cara occidental del imperio romano, produciendo su estrepitosa caída en manos de los bárbaros, y que dio pie al nacimiento del Imperio bizantino, centro de poder que tendría como capital la ciudad de Constantinopla, y que se convertiría, en durante los cinco siglos siguientes, en punto neurálgico del arte occidental, donde convendrían las manifestaciones artísticas de los griegos, romanos y orientales (en especial persa y musulmana).
Etapas de la Historia del Arte Bizantino
Empero, cinco siglos de arte no pueden ser englobadas en un solo período, sino que para su mejor estudio, y debido precisamente a sus características, puede que lo mejor sea analizar este Arte en las distintas etapas que los historiadores pueden ver en ella, y que han sido explicadas de la siguiente manera:
Primera Edad de Oro Bizantina
Los historiadores señalan que esta etapa ocurrió entre los años 527 d.C. y 726 d.C., por lo que entonces esta primera edad de oro del Arte Bizantino coincide con el reinado del emperador Justiniano I (527 d.C. – 565 d.C.). La principal característica de esta etapa es el nacimiento y primeros pasos de un lenguaje artístico formal propio, que poco a poco comienza a diferenciarse del Arte que se desarrolla en la cara occidental del Imperio, es decir, el Arte Bizantino comienza a concebir y afianzar sus aspectos formales.
Así mismo, los historiadores señalan que durante esta época comienza en el Arte Bizantino también la querella iconoclasta, en donde el Arte, en especial la Arquitectura, aun cuando también la Pintura, la Escultura y el Arte mosaico, reciben el apoyo político y económico por parte del Imperio, es decir, estas disciplinas se entregan al desarrollo de un Arte imperial, que pese a sus escasos recursos, intentaba construir grandes monumentos y templos, que lograran impresionar a los propios y ajenos. Es decir, el Imperio construye Arte religioso como arma política.
La lucha iconoclasta
Sin embargo, a medida de que pasaban los años, la querella iconoclasta iba en aumento, al punto que generó, entre los años 726 d.C. y 843 d.C., una disputa entre los iconoclastas, que estaban en contra de la adoración de imágenes, y los iconódulos, para quien por el contrario las imágenes religiosas son tan solo un recordatorio de la deidad a la cual se le rinde culto.
Esta diatriba fue tan acentuada, tan extendida y tan profunda, que incluso produjo una crisis en el Arte, especialmente en el Arte figurativo, pues se puso en suspenso la posibilidad o conveniencia de seguir desarrollando un Arte con motivos religiosos. Esta etapa puede ser considerada como el segundo momento dentro del desarrollo del Arte Bizantino.
Segunda Edad de Oro Bizantino
Esta etapa se extiende desde el año 913 d.C. al 1204 d.C., y sucede a la querella iconoclasta que origina un período en donde el Arte figurativo estuvo en crisis. Por su lado, esta etapa estuvo marcada por la invasión de los cruzados, y la destrucción de Constantinopla por parte de ellos. No obstante, lo que pudo parecer en su momento el fin del Imperio y del Arte Bizantino, en realidad produjo todo lo contrario, pues fue el hecho que produjo la consolidación de los aspectos formales y espirituales de este Arte. Algunos historiadores señalan que esta etapa puede considerarse como el momento en donde más se desarrollan las potencias creadoras. Igualmente, durante esta etapa se consolida la estética bizantina.
Tercera Edad de Oro Bizantina
Por último, dentro de las distintas etapas que existen en el Arte Bizantino, se encuentra la Tercera –y última- Edad de Oro Bizantina, la cual se extiende desde el año 1261 d.C. y el 1453 d.C. Esta etapa se caracteriza principalmente por la entrada de los turcos a Constantinopla, episodio histórico conocido como la toma de Constantinopla. Así mismo, el Arte Bizantino comienza a emigrar hacia los territorios orientales, consiguiente un buen nicho en los países eslavos, Rusia y el sureste de Europa, en donde florece de forma importante.
Características del Arte bizantino
Pese a que cada una de las etapas que conforman el Arte Bizantino cuentan con sus propias características, en realidad, se pueden tomar algunos aspectos como las Características generales que recorren toda esta era artística de la humanidad. A continuación, algunos de ellos:
- Según han señalado algunos expertos, el Arte Bizantino se caracteriza por ser un Arte imperial, al servicio del Poder político, es decir que es usa como arma política.
- Así mismo, el Arte Bizantino se caracteriza por el uso de símbolos tanto políticos como religiosos, por lo que en ocasiones es descrito también como un Arte irreal, pues no se basa en representar la realidad, sino que buscaba dibujar la ostentación y lo majestuoso del poder, tanto terrenal como divino.
- Por otro lado, siendo heredera del arte helenístico y oriental, el Arte bizantino se caracterizó también por una gran influencia grecorromana y oriental, sobre todo del Arte, desarrollado en los territorios de Siria y Asia menor.
- Otro rasgo característico de este tipo de arte es el uso del color, el cual se usa con vistosidad y colorido.
- Por igual, pese a su carácter representativo, el Arte Bizantino es descrito como un Arte estático, en donde Cristo es el tema central por excelencia.
- Una de las artes más prósperas en el Arte Bizantino es la Arquitectura, la cual se caracterizó sobre todo por la construcción de iglesias cuya planta respondía al modelo de la cruz griega, así como basílicas en donde se usaban cúpulas, arcos y capiteles decorados. Por su parte, las fachadas exteriores continuaron siendo de piedra o ladrillo.
- En cuanto a la Pintura dentro del Arte Bizantino, además del colorido, se destaca por el desarrollo que tuvieron los Frescos, los cuales se llevaron a cabo tanto en los muros de los grandes monumentos, como en los libros e íconos. Así mismo, se desarrollaron de forma importante las técnicas de mosaico, temple sobre tabla, al igual que la iluminación de manuscritos. La Pintura del Arte Bizantino también se distingue por lo ostentoso de los materiales, en donde abunda el uso del oro, así como de otros materiales para la ornamentación.
- Finalmente, la Escultura bizantina también se desarrolló de forma importante, sobre todo en las dos últimas etapas de esta era artística. La principal característica de sus figuras es la expresión formal e hierática que tienen. Así mismo, estas piezas se caracterizan por su posición frontal, rígida, un poco antinatural, así como por tener la mirada dirigida hacia arriba. Igualmente resaltan por sus grandes ojos. Por igual, el uso del marfil es otro de los rasgos que resaltan. También se resalta el uso de líneas geométricas.
Imagen: mosaico, ubicado en una pared de la Iglesia Santa Madre Sophia o Hagia Sophia, de la ciudad de Estambul, Turquía. / Fuente: wikipedia.org