Pasaron varios meses cuando una iglesia de las cercanías vio llegar a Swift Runner, sólo y completamente desorientado. No respondía con claridad a las preguntas que se le hacían, pero cuando lo hizo afirmó que su familia había muerto y él era el único sobreviviente.

De acuerdo con su relato, el invierno había sido más duro de lo que esperaba y no había podido encontrar comida. Todos sus seres queridos habían perecido por el hambre y él, único superviviente, había conseguido escapar del bosque antes de que fuera demasiado tarde.

Pero los sacerdotes no estaban muy convencidos. Sabían bien que la familia se encontraba a no más de 40 kilómetros de una compañía llamada “Hudson Bay” que daba públicamente comida a los necesitados en invierno (y todos en los alrededores lo sabían). En el peor de los casos, dos días de caminata habrían sido suficientes para conseguir comida y llevársela de vuelta a la familia.

Así que llamaron a la policía. Esta también sospechó del hombre y le ordenó guiarlos hacia la cabina que habían ocupado en el invierno. Tras intentar llevarlos por caminos erróneos, el hombre por fin llegó a su hogar y reveló un espectáculo macabro.

Los asesinatos

Solo una de las víctimas había muerto de muerte natural (uno de sus hijos).

Las 8 otras personas parecían haber sido asesinadas, y sus huesos se encontraban repartidos por la cabaña, rotos en la mitad y completamente huecos. La explicación era clara: alguien los había quebrado para succionar el interior

Swift Runner los había matado y consumido a todos. A su mujer, a su suegra, sus hijos. A todos. Fue prontamente acusado por la justicia y condenado a muerte.

Los restos de la familia

Pero antes de morir defendió sus acciones afirmando que no había sido él, sino el “Wendigo”, quien lo había poseído y había asesinado a su familia. Evidentemente esto no fue aceptado por las autoridades como una explicación justificable y Swift Runner murió en la horca en diciembre de 1879.

“El espíritu que devora al hombre”

En Cree, Wendigo significa, literalmente, “espíritu que devora al hombre”. Es una antigua leyenda, una de las más temidas en América del Norte, y tiene una versión en casi todas las tribus conocidas.

Esencialmente, habla de un demonio inmortal que ronda los bosques norteamericanos y busca las almas de quienes pasan hambre. Cuando alguien hambriento comienza a desesperar, cuenta la leyenda, abre las puertas de su alma para que el Wendigo pueda poseerlo, y apropiarse así de un nuevo canal con el que podrá saciar su eterna hambre de carne humana.

Representación del Wendigo. Hay varias versiones diferentes, algunas con cuerpo de venado

Al ser poseído, el hombre cambiará de aspecto, adoptando aquel del Wendigo. Primero, los ojos comienzan a tomar un tono más pálido, terminando por volverse completamente blancos. Más adelante la persona duplica su tamaño y sus uñas son reemplazadas por garras. Por último, su tono de piel se vuelve más y más blanco, rivalizando con la nieve que cubre las campiñas en invierno.

Pero además de la apariencia de un monstruo, el Wendigo gana la práctica invulnerabilidad. Cuchillos y balas no le hacen daño alguno, y la única manera de lidiar con él es quemando su gruesa piel que lo protege de cualquier tipo de ataque. Para salvarse, lo más eficaz es quedarse quieto, pues dependen del movimiento de su víctima para poder hallarla.

No sabemos si Swift Runner fue realmente poseído, o si solo sucumbió a una locura que por tiempo se atisbaba en su ser. Pero en últimas, ¿no es el Wendigo precisamente eso?

Imágenes: 1 y 2: murderpedia.org, 3: ancient-origins.es