El río Beirut
Central a Beirut, capital del estado de Líbano (ubicado en el Levante, al norte de Israel y al sur de Siria), el río Beirut (del que adopta el nombre la capital) es un componente fundamental de la cultura de la ciudad y se encuentra en la misma génesis de aquella. Líbano es un país bastante árido, por lo que además el río carga un líquido precioso del que depende la población de la ciudad.
Por esta razón no pasó desapercibido el hecho de que las aguas del río se tiñeran un día, poco a poco de un color rojo brillante, muy semejante a la sangre. El 15 de febrero de 2012 los habitantes de la ciudad fueron testigos de cómo las aguas del Beirut tomaban un color rojizo, tenue al principio pero claro y nítido al final, y se preguntaban si habría un asunto oscuro detrás del hecho.
¿De dónde vino el rojo? Leyendas de la tradición judeocristiana
Las autoridades prontamente comenzaron la búsqueda del origen del color. Mientras algunos especialistas tomaban muestras para analizarlas el día siguiente (aquel día ya habían cerrado los laboratorios), otros buscaban río arriba el origen de la misteriosa contaminación.
Entretanto, las redes sociales y los medios nacionales comenzaban a elucubrar sobre el hecho. Mientras algunos hablaban de la filtración de un matadero, otros buscaban causas más “oscuras” y no pocos se concentraban en la historia bíblica de las plagas egipcias una de las cuales, si recordamos, fue que el agua se tiñera de rojo.
Sin embargo, un análisis concienzudo de las autoridades pronto determinó que ninguna de estas era la causa, sino un colorante artificial que se habría filtrado de una fábrica. Al final, el culpable se encontró y las aguas recuperaron su color natural.
Pero mientras fue rojo, el río llevó consigo los temores de la población y se convirtió casi en una leyenda. No todos los días aparece un río lleno de sangre (aunque no sea sangre).
Fuente de imagen: dailystar.com.lb