El eslabón perdido de Nueva Zelanda
Nueva Zelanda es una isla bastante grande ubicada en Oceanía, al oriente de Australia. Aunque mucho más pequeña que este país, es gigantesca para las proporciones promedio de cualquier isla de la Polinesia, y es también el hogar de muchas de las aves más particulares del mundo.
Al estar tan alejada de todos los continentes, Nueva Zelanda jamás fue habitada por mamíferos (al menos, hasta la llegada de los primeros seres humanos hará unos 1.500 años). Las aves de este continente desarrollaron todo tipo de formas, desde las gigantescas águilas de Haast hasta los icónicos Moas extintos por la cacería de los nativos Maoríes. Por esta razón, el avistamiento de un gorila en la isla es un suceso más que particular.
Y sin embargo, hacia finales de los 1860’s los periódicos neozelandeses comenzaron a verse inundados de avistamientos de la misteriosa criatura. Quienes la veían la describían como una especie de primate gigante, de algo menos de dos metros de altura y con un pelo corto cubriendo su cuerpo. Todas las versiones mencionaban colmillos, solo que algunas los ubicaban en su cabeza.
La historia pronto se volvió famosa y comenzaron a organizarse expediciones para encontrar al misterioso monstruo. Sin embargo, lo interesante no es esto, sino los relatos que comenzaron a aparecer en torno a la supuesta captura de la criatura. Veamos:
El Gorila Maorí es capturado… supuestamente
En septiembre de 1870 el periódico neozelandés Thames Advisor publicó un artículo en el que afirmaba que la criatura había sido capturada en una marisma cerca de Porter’s Creek usando perros de cacería. De acuerdo con las afirmaciones del artículo la criatura había sido atada de piernas y manos para evitar su escape. El artículo, que resultaría ofensivo para muchas personas hoy día, decía lo siguiente:
“Este gorila Maorí tiene una cabeza que se asemeja a la de un nativo, pero dos colmillos salen a cada lado de la cabeza. Hay un penacho de cabello sobre su cabeza. El cuerpo es tan oscuro como el de un maorí, con cabello en los brazos y piernas. Gruñe más o menos como un cerdo. Nos informan que se traerá aquí para exhibirlo públicamente, y estamos muy expectantes ante el evento.”
Un reporte decepcionante
Hasta el momento, todo normal. Sin embargo ocurrió un giro inesperado cuando el 30 de septiembre de 1870 el Auckland Star emitió el siguiente comunicado:
“El extraño animal reportado en Parter’s Creek, al otro lado del río, sería una foca, según nos informaron unos nativos anoche…”
¿Una foca? ¿Puede alguien en su sano juicio confundir un gorila con una foca? Incluso suponiendo que se hiciera sólo para llamar la atención, ¿cómo podría funcionar un engaño de este tipo?
¿Una anciana?
Pero las cosas comenzaron a ponerse aún más raras. Veamos el anuncio del New Zealand Herald del 1 de octubre de este año:
“Lamentamos desilusionar a nuestro lectores, especialmente con referencia a cualquier cuestión interesante en Historia Natural, pero parece ser que el Gorila Maorí no es gorila… de hecho, el Gorila Maorí resultó ser una anciana.”
Una anciana. Ya no una foca o un gorila, sino una anciana. ¿Qué pasaba con los medios neozelandeses? Pero el artículo continúa.
“Entendemos que dos caballeros se esforzaron mucho para obtener esta notable criatura para la exhibición y luego de una larga caminata llegaron al lugar donde la tenían. Allí les mostraron una pobre anciana, quien realmente, en algunos aspectos, es una curiosidad tan grande como el gorila mismo. Se ha mantenido, según parece, más allá de la memoria de todos quienes la conocieron, y ha alcanzado, según se dice, la edad patriarcal de 175 años. No sabemos cómo llegaron a este estimado y no podemos garantizar su veracidad. Su cabello se ha caído, excepto por un pequeño mechón d cabello en la coronilla, y en general es tal maravilla que los caballeros que fueron a comprar un gorila habrían estado encantados de hacer un trato con ella si las relaciones lo hubieran permitido.”
Y tras esto, el asunto del gorila pareció desaparecer de la prensa neozelandesa.
El sinsentido del Gorila Maorí
A estas alturas buscarle sentido a una historia así es casi que perder el tiempo. Parece ser que alguien le jugó una broma muy elaborada a los periódicos, o bien, que ocultaron con sinsentidos el hallazgo de una especie nueva. Quizás sólo se trató de una historia ficticia publicada con el ánimo de atraer clientes, no lo sabemos, pero ciertamente el hecho de que varios periódicos hablaran del tema por separado parece indicar que algo no fue totalmente revelado al respecto.
Pero sí sabemos que estamos frente a una serie de inconsistencias nada comunes en el medio de la prensa. ¿Qué era el gorila Maorí? ¿Por qué desapareció de pronto de los medios? Podemos especular algunas cosas:
En primer lugar, que es poco probable que fuera una especie nativa de Nueva Zelanda por las razones antes expuestas, pero sí podía ser un animal importado, traído por ejemplo de Indonesia. El animal pudo haber sido robado o vendido y las personas haber inventado la ridícula historia para calmar los ánimos.
O también es una posibilidad de que alguien, deliberadamente, buscara ocultar el hallazgo. De ser así tendríamos que saber qué fue exactamente lo que encontraron, pero cabe suponer que los británicos en aquel entonces estuvieran interesados en esconder un hallazgo único. ¿Se trataba, acaso de otra especie inteligente? ¿De un ser que no era de este mundo?
Mucho es lo que podemos elucubrar, pero poco lo que podemos realmente concluir del peculiar caso del Gorila Maorí
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