La muerte de Alejandro Magno
Con la caída del enorme imperio forjado por Alejandro Magno, todas las regiones quedaron en disputas por el poder. Macedonia tenía el control pero los generales se declararon reyes y dejaron la zona capital arruinada y al mando del general Poliperconte.
Fue Casandro el que se hizo con el control de Macedonia. Gracias a sus alianzas y a las intrigas pudo matar a su antecesor y a cualquier aspirante al trono. Esto le facilitó su control absoluto sobre las tierras macedonias. Con esto empezó a reconstruir el destrozado imperio.
Los griegos fueron los primeros que pidieron su independencia. El rey Areo I de Esparta intentó hacer que Esparta fuera la potencia hegemónica que alguna vez fue. En ese momento Antigono II Gónatas (277-239) tenía el control de Macedonia y buscó impedir las aspiraciones griegas.
Varios estados se unieron a los griegos. Especialmente los ubicados en la Grecia Meridional. Gónatas no se quedó atrás y empezó a organizar las fortificaciones en Argos, Megara y Eubea. Puso tiranos en otras polis griegas con el ánimo de hacer una frota contra los espartanos y atenienses.
En la guerra Crimonidea (267-261) los macedonios y las huestes aliadas griegas lucharon tenazmente por el control de Grecia. Primero se tomaron la zona peninsular de Atenas y luego tomaron Corinto. Querían tomar Delfos para robar todas las riquezas que históricamente estaban allí.
Organización de las ligas
Los espartanos no iban a claudicar tan fácil. Ellos sabían que parte fundamental de sus costumbres era guerrear por el dominio espartano. Desde su pasado ellos habían permanecido independientes a alianzas con otros estados griegos.
Y era una oportunidad única que despreciaron. Los griegos para derrotar a los macedonios hicieron dos ligas aliadas. El propósito era que cualquier ciudadano de esas polis se sintiera ciudadano en cualquier ciudad griega. Así podían reunir más ejércitos y combatir al enemigo.
En la ciudad de Delfos se notó la gran determinación de los soldados de la Liga. La ciudad de Sición fue unida a la Liga aquea luego de que destronaran al tirano Nicocles en el 251. El propósito de expulsar a los macedonios se estrelló contra la rivalidad de los etolios.
La otra liga también tenía sus propios intereses y no iba a claudicar por la otra Liga. La guerra no sólo era contra Gónatas, Arato, estratega principal de la liga aquea tomó varias ciudades para restablecer el poder griego.
Eso dio paso a que el debilitamiento de los etolios se viera recompensado con la alianza macedonia. Los aqueos para no quedarse atrás, fortalecieron sus alianzas con todas las ciudades de la Grecia meridional exceptuando Esparta y Elis. Atenas fue atacada por varios años pero no claudicaron para ser parte de la Liga.
El auge de Esparta
Mientras la Liga aquea seguía atacando las ciudades estado que no podía tener, Esparta vivía una época de crisis política: Ante el clima de decaída de los valores primigenios, el rey Agis buscó reformar varias cosas, especialmente el repartimiento de tierras.
Esparta vivía desde algunos años con las tierras mal repartidas en unas cuantas manos. El rey creó la ley para que las tierras de todo Esparta fueran repartidas para que todo ciudadano tuviera su lote. Esto no duró mucho porque los latifundistas lo mataron.
El siguiente rey casó a su hijo Cleómenes con la viuda de Egis. Cuando murió el rey Cleómenes heredó el poder y la viuda volvió a ser reina. No debemos olvidar que en Esparta el poder lo ostentaban dos reyes, Cleómenes eligió a su hermano para que fuera el segundo a cargo.
La nueva reina influenció a Cleómenes para que hiciera una reforma general. No sólo en cuestión de tierras sino en todos los valores espartanos. Cleómenes aceptó porque amaba mucho a su esposa.
Lo primero que organizó fue los colegios. Los valores militares de antaño volvieron. El nacionalismo espartano hizo que los ciudadanos valoraran su estado-nación por las costumbres propias y las leyes de Licurgo.
Los latifundistas que se opusieron fueron pasados a cuchillo. Las tierras fueron repartidas comunalmente y los antiguos almuerzos que se daban en plaza pública se retomaron. Los espartanos construían el ocaso de su civilización.
El faraón Ptolomeo quitó la ayuda hacia la liga aquea y favoreció a los espartanos para que sus fuerzas militares fueran invencibles en la península balcánica. Si antes temían por la intromisión macedonia, ahora temblaban por la fiereza lacedemonia.
La guerra no espera
La liga aquea sentía que este nuevo rumbo de Esparta acarrearía problemas. Enviaron sus ejércitos para “convencerlos” en la unión de la liga, Cleómenes les contestó con un preparado y entrenado ejército. Era la primera vez en mucho tiempo que los espartanos combatían con eficacia.
Desde el año 227, las aplastantes derrotas aqueas fueron obra de los espartanos. En Dime (226) los aqueos sufrieron la pérdida de su infantería a manos de la hoplitas. Monte Liceo y Laodices le siguieron. Las ciudades aqueas empezaron a revelarse y pedían reformas agrarias como las lacedemonias.
Era el auge espartano. Cleómenes utilizaba los recursos para resguardar sus fuerzas militares y la nueva repartición de la tierra favoreció los intereses económicos de toda Esparta. Las nuevas ciudades que se sumaban, seguían el repartimiento de tierras que tenía gran popularidad entre los ciudadanos humildes.
La inmensidad de la situación obligó a Arato, lider de la liga, a tomar cartas sobre el asunto. No podía dejar que el fenómeno del repartimiento de las tierras se propagara a otras partes. Evidentemente eso traería problemas muy graves a la jerarquía. No era conveniente.
Por ello se alió con el nuevo rey de Macedonia: Antigono. Eso era más preocupante que cualquier otra cosa que pasara en el Peloponeso. Debían proteger los intereses de los más poderosos, el miedo que producía pensar en lo que le pasó a los latifundistas espartanos, se contagió en todas partes.
Los aqueos que habían defendido la ciudad de Corinto, ahora se la regalaban a los macedonios y se regalaban como esclavos para ellos, obviamente respetando ciertas autoridades locales. Lo único que pedían era que se destruyera Esparta, cuyo poder casi dominaba todo el istmo del Peloponeso.
El ejército de Antígono no demoró en llegar a la ciudad de Argos en el 224. Allí tomó posesión de la ciudad de Corinto y creó la Liga Helénica, liga parecida a la que hizo el padre de Alejandro Magno para reunir fuerza contra Persia, esta liga se hacía llamar “La liga de ligas”.
La Liga Helénica contenía a los aqueos, beocios, fócidos, macedonios, etc. El grupo se constituyó solamente para acabar a los lacedemonios. Ellos fueron forzados a retirarse hacia el sur, lo que hizo que los macedonios atacaran Arcadia y Megalópolis.
Los ataques espartanos eran emboscadas que no eran contundentes. Apenas se acercaban los ejércitos macedonios huían a otras partes para no ser masacrados. Tenían 20.000 efectivos, de los cuales sólo 6.000 eran espartanos.
El otro ejército tenía casi 30.000 hombres entrenados en falanges, por lo cual se suponía cierta superioridad. Los macedonios empujaron a los espartanos hasta la montaña del Olimpo, allá sucedería la batalla de Selasia.
La batalla final
Esta batalla concretaría el dominio de uno de los dos grupos en los Balcanes. Los griegos espartanos se organizaron en una posición más ventajosa debido a su inferioridad. Ellos tenían la parte alta de las montañas y en la llanura sólo dejaron la caballería.
Además el desfiladero y los pasos entre las montañas fueron fortificados para evitar la intromisión macedonia. Se quería enfrentar a toda costa a los macedonios pero no les iban a dejar el trabajo fácil.
Los primeros en atacar fueron los macedonios. Los arqueros ilirios lanzaron flechas sobre el franco izquierdo de los espartanos. Luego una fuerza de infantería macedonia fue contra las fortificaciones griegas que no lograron contener el ataque fácilmente.
La caballería que iba en el centro se enfrentó contra la enemiga. En la primera carga los espartanos fueron masacrados gracias al experimentado general que propició el enfrentamiento. Parecía que el ala izquierda la estaban ganando los macedonios.
El general Euclidas que enfrentaba por la izquierda a los macedonios no supo aventajarse con ayuda de la altura en la que estaba, por lo cual fue atacado por el franco más débil. La infantería llegó con sus lanzas y destrozó toda el ala izquierda, haciendo huir a los soldados que corrían desorganizados.
En el Olimpo luchaba el rey Cleómenes contra el rey Antigono. La ventaja era aplastante y por ello cuando se lanzó con su ejército, parecía que iba a ganar. Obviamente las pérdidas en el franco izquierdo eran muchas y el rey se dio cuenta a tiempo para no morir.
El ala izquierda macedonia se lanzó como un buitre hacia el ala derecha. La perdida ya era total. De los guerreros espartanos sólo quedaban 200, era la última batalla donde Esparta se enfrentaba a alguien por su poderío.
Macedonia reconoció la victoria a las alturas de la tarde. La cantidad de muertos era espeluznante en el campo de batalla, pero en su mayoría eran soldados de los espartanos.
Cleómenes lo único que podía hacer luego de esta derrota era escapar. Llegó a Esparta, tomó algunos hombres y se fue hacia Egipto. Allá vivió unos años pidiendo en vano fuerzas para recuperar su amada nación.
La reforma sobre las tierras fue caduca. Los macedonios impidieron que se volviera a repartir tierras. En Esparta se favoreció a los terratenientes y muchos campesinos espartanos fueron muertos por querer recuperar sus pequeños terruños.
Fuentes:
- https://anabasis-historica.blogspot.mx/2012/08/la-batalla-de-selasia-el-fin-de-esparta.html
Imágenes: 1: divulgarlahelade.wordpress.com, 2, 4 y 5: arrecaballo.es, 3: taringa.net