Cosas insólitas por doquier, suceden en este mundo que no se detiene. Dicen que no hay nada oculto en la Tierra, que no llegue a saberse. Así sucedió con la desaparición de un hombre en Chipre en 1974 y gracias a que de su interior brotó un enorme árbol de higos, se pudo hallar su cuerpo 44 años después. Esta es la historia:
Su nombre era Ahmet Hergune y en la guerra civil que vivió la República de Chipre, en el año 1974, fue víctima de la desaparición forzada y el genocidio que efectuaron los grupos turcochipriotas y grecochipriotas. Por cosas del destino, un investigador de flora que realizaba estudios en ese lugar, resultó descubriendo los restos de Ahmet, casi medio siglo después de lo ocurrido, todo porque se vio atraído hacia una extraña higuera que salía de una cueva.
Las casualidades de la vida
Entonces prosiguió al análisis correspondiente de aquel árbol, pero oh sorpresa cuando ve que la base del tronco está dentro de un cadáver, mismo que pertenecía a Ahmet. Siguió excavando y halló otros huesos humanos, que pertenecían a otros dos sujetos. Fue algo impactante para aquel investigador botánico, pues jamás en su vida se había encontrado en una situación así. Claro está, que lo que más le impactó, fue cómo una semilla que come un hombre antes de morir, se convierte en un árbol en su interior.
Se llevaron a cabo las pertinentes pruebas de ADN, con las cuales se confirmó la identidad de los tres hombres desaparecidos, entre ellos Hergune. Su familia dice haberlo buscado por cielo, mar y tierra, sin hallar ninguna pista, año tras año, década tras década. Nunca perdieron la esperanza de hallarlo vivo o muerto. Lo último que supieron de él, fue que se había integrado a un grupo de resistencia de los turcos y creen que eso fue su condena.
El 10 de junio de 1974, organizaciones de resistencia griega se llevaron un montón de personas y todo apuntaba que Hergune iba entre ellas. Cuando iban pasando por la cueva de la higuera, mataron a tres hombres dentro de los secuestrados y los enterraron allí para ocultarlos. Así por el camino, se iban deshaciendo de varios de esos individuos en cautiverio.
Algún tiempo después, unos mineros ilegales hicieron estallar esa parte de la cueva, ocasionando que justo en la zona donde estaba enterrado Hergune, entrara la luz solar. De esa manera, la semilla que estaba alojada en su interior pudo germinar, porque había comido higos horas antes de su deceso y luego se reunieron todas las condiciones propicias para el desarrollo de un árbol.
Gracias a este hallazgo tan peculiar, su familia pudo hallar tranquilidad y sosiego, pues pudieron finalizar con tan agobiadora búsqueda y darle cristiana sepultura. En esos años, entre 1962 y 1974, alrededor de dos mil personas desaparecieron, de las cuales solamente se hallaron y lograron identificar 890 víctimas en la República de Chipre.
Víctima de la guerra
Fue en 1974 cuando se formó la peor crisis en la isla de Chipre; en aquella ocasión, los invasores griegos intentaron con todos sus recursos, un golpe militar con el fin de derrocar al presidente Makarios III. La lucha fue impresionante entre las fuerzas turcochipriotas y los grecochipriotas. De ambos bandos desaparecieron y murieron miles de personas.
La ONU aceptó la formación de un “comité sobre personas desaparecidas en Chipre”, desde 1981, cuya función principal es investigar a fondo lo acontecido con los desaparecidos y localizar sus restos. Todos estos años han venido esforzándose en ese trabajo y han logrado el hallazgo de algunos cuantos.
Munur Herguner, el hermano de Ahmet, dijo que había cumplido 87 años y pensaba que iba a morir sin saber lo acontecido. Siempre relató su versión ante los distintos medios y autoridades así:
“Solíamos vivir en una aldea con una población de cuatro mil personas, mitad griega, mitad turca. En 1974 comenzaron los disturbios. Mi hermano Ahmet se unió a la Organización de Resistencia Turca. El 10 de junio, los griegos se lo llevaron. Los restos de higo en el estómago de mi hermano se convirtieron en un árbol cuando el sol penetró en la cueva a través del agujero creado por la explosión”.
Así es la naturaleza, lo muerto y descompuesto lo utiliza para formar la vida.
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