Un gran número de personas de la tercera edad, afrontan serios problemas económicos y de salud. Las presiones del mismo sistema en el que nos desenvolvemos y la falta de oportunidades con las que cuenta un adulto mayor, llevan a muchos de ellos a la desesperación, el estrés y la muerte. Un caso que lo ejemplifica, fue “el hombre que mató a su esposa, porque no tenía dinero parar comprar su medicina”.
El desespero de la frustración
Sucedió con una pareja de esposos de Florida, Estados Unidos. William J. Hager, con 86 años para ese entonces, en mayo de 2016 decidió asesinar a su cónyuge, mientras ella dormitaba. William confesó que no tuvo otra opción, puesto que no contaban con los recursos necesarios para comparar todas las medicinas que la anciana necesitaba.
Igualmente, Hager dijo a las autoridades, que Carolyn, su esposa, estaba sufriendo mucho por el deterioro de la edad y la condición financiera que afrontaban era lamentable, por lo que sentía una grande frustración al ver el estado convaleciente de su mujer y no poder ayudarla. Entonces, según él, Carolyn le dijo que ya no quería seguir viviendo; empero, no fue idea suya que él la asesinara.
De acuerdo con la versión oficial, el 16 de mayo de 2016, el anciano tomó un arma de fuego y la usó contra su propia esposa, en momentos en que ella estaba durmiendo. En seguida, se dirigió a la cocina y preparó café. Cuando bebió una taza, llamó a las hijas y en seguida al número de emergencias. Cuando los agentes policiales llegaron a su vivienda, Hager señaló: «quiero disculparme por no haber llamado antes, quería decirle a mis hijas lo que pasó en primer lugar».
Su esposa le dijo que no quería seguir viviendo, mas no que la matara
En las declaraciones a la prensa, el anciano confesó que días atrás estaba contemplando esa idea de acabar con la vida de Carolyn, pues verla sufrir de ese modo, le causaba un gran dolor. Los hechos acontecieron un lunes en horas matutinas, pero la Policía arribó al lugar de los hechos hasta en la tarde y el mismo sujeto, guió a los uniformados hacia la habitación donde yacía el cuerpo, envuelto en sábanas.
Luego redactaron la correspondiente declaración juramentada que a la letra dice: «Hager declaró que Carolyn tenía una gran cantidad de enfermedades y otras dolencias que requerían numerosos medicamentos. Él indicó que ya no podía permitirse los medicamentos necesarios para la atención de Carolyn, por lo tanto decidió dispararle esta mañana». Fue condenado a prisión por “homicidio premeditado en primer grado”.
Imágenes: minutouno.com