Un talento nato
Cuando comenzó el preescolar, Dean Karnazes gustaba de salir corriendo desde su hogar hasta la escuela. Aunque al principio realizaba el relativamente corto trayecto en línea recta, comenzó pronto a buscar rutas más interesantes y a desviarse por los vecindarios vecinos. Desde pequeño, Dean estaba destinado a convertirse en un corredor legendario.
Ya desde niño comenzó a organizar eventos de atletismo en su colegio, y a sus 12 años recorrió de ida y vuelta, en bicicleta una distancia de 64 kilómetros (128 en total) “por diversión”, sin avisar a sus padres. Lamentablemente, sus roces con un nuevo entrenador llevaron a que el joven abandonara las pistas por 15 años antes de regresar. Pero en todo este tiempo, jamás olvidó para lo que estaba construido.
Cuando volvió a correr, Dean lo hizo a lo grande. Pronto descubrió que las limitaciones que tenían otros atletas parecían no tener efecto en su cuerpo. En efecto, comenzó a darse cuenta de que los dolores musculares – que normalmente advierten a un corredor que está cerca de su límite – no le sucedían. No sabía qué pasaba… pero sabía que le agradaba: “A un nivel determinado de intensidad, me da la sensación de que podría correr por mucho tiempo sin cansarme. Sin importar cuánto me esfuerce, mis músculos jamás dejan de funcionar. Es algo bastante bueno cuando pienso correr por un largo tramo”.
Habilidades sobrehumanas
De acuerdo con los análisis que se le han realizado, Dean tiene una particularidad fundamental con respecto a otros atletas: sus músculos no acumulan ácido láctico. Se supone que, al hacer ejercicio, el cuerpo comienza a consumir la glucosa produciendo, a partir de un punto, ácido láctico como un subproducto. Aunque este material puede usarse también para obtener energía, eventualmente el cuerpo supera un límite y los músculos dejan de funcionar con eficiencia. Es entonces cuando es conveniente descansar.
Pero Dean jamás alcanza este punto. De acuerdo con entrevistas que se le han realizado, solo tiene que dejar de correr cuando el físico sueño se lo impide. Esto le ha permitido, por ejemplo, realizar una épica maratón de 560 kilómetros, sin dormir, en un tiempo de 80 horas y 55 minutos.
Dean ha realizado innumerables hazañas y es considerado un ultramaratonista, capaz de superar los límites ordinarios de cualquier corredor. Entre otras, corrió una maratón en el círculo polar ártico descalzo a una temperatura de -25°C, o corrió 50 maratones a un ritmo de una por día, en cada uno de los estados del país norteamericano. En general, se le considera como un súper humano y ha aparecido en diversos documentales y estudios explicando sus habilidades.
¿Un grupo de súper humanos?
Sin embargo, lo más interesante es que seguramente Dean no sea el único humano en tener estas habilidades. Aunque un dios para el público general, en el exclusivo gremio de los súper atletas es criticado por hacer parecer como únicas habilidades que, aparentemente, tiene un buen grupo de personas. De acuerdo con el atleta de élite Weldon Johnson Dean tiene una gran habilidad para atraer público y patrocinadores, pero en ocasiones hace aparecer como únicas hazañas que han realizado varias personas antes que él.
En todo caso, las hazañas de Dean resultan casi sobrehumanas, y nos demuestran los verdaderos límites del cuerpo humano y las grandes capacidades que puede alcanzar. ¿Qué otras personas con habilidades sorprendentes conoces?
Fuente de imágenes: 1: ultramarathonman.com, 2: idaimakaya.com