Todos los investigadores de fenómenos paranormales, concuerdan en que los hospitales y centros de salud, son los lugares perfectos donde se registran innumerables presencias extrañas de entidades y otra índole de estos sucesos inexplicables. Según ciertas teorías, debido a que muchas personas pierden la vida en estos sitios, algunas de esas almas quedan atrapadas en este mundo y son lo que la cultura popular ha denominado como “almas en pena”.
Una de las pruebas más impactantes de este respecto, las obtuvo nada más, ni nada menos, que la Guardia Civil Española. Ésta última fue informada por el vigilante del Hospital Vergue del Toro, en la ciudad de Mahón en España. Por esos días, casualmente, se habían cerrado en definitiva, aquellas instalaciones.
El celador, cerca de las dos de la mañana de un particular día de octubre, del año 2007, se percató de fuertes y extraños ruidos, provenientes del piso superior. Sin embargo, cuando iba a constatar de qué se trataba, no divisaba absolutamente a nadie. Los ruidos inexplicables continuaron hasta las seis de la mañana. Intentando no entrar en pánico y desesperación, el valeroso vigilante optó por llamar a la Guardia Civil.
Cuando los agentes arribaron al lugar, inmediatamente se dirigieron hacia el área señalada por el celador y al explorarla, misteriosamente no veían nada, pero los monitores de seguridad registraban risas, conversaciones, susurros, sollozos, pero a nadie en específico. Por si fuera poco, cuando miraban desde afuera del edificio, se veían las luces prender y apagar, además de sombras de personas que se proyectaban en las paredes.
Los policías estaban bastante consternados, pero escépticos de cualquier fenómeno paranormal; consideraban que se trataba de algunos vándalos bromistas y por eso solicitaron más refuerzos. Cuando llegaron y realizaron una nueva inspección, se encontraron con las mismas sorpresas, pero no hallaron a nadie de carne y hueso. Ya entrados en una fuerte angustia y ansiedad, decidieron llamar a la unidad canina de la Policía de España.
La cosa se estaba complicando bastante, sobre todo porque la intensidad de los sucesos paranormales aumentaba en gran medida; tan así, que cuando volvían a efectuar una ronda por las habitaciones ya inspeccionadas, las camas estaban cambiadas de lugar y lo más raro, era que esos muebles son demasiado pesados y complejos de mover. De una ronda a otra, todo cambiaba, hasta los bombillos, las puertas de los armarios, etc.
Los perros aún no detectaban nada físicamente, pero al subir al ascensor, los canes comenzaron a llorar y se negaban a salir del elevador. Los ruidos se incrementaban por el plantel y todo parecía provenir del curto piso, a donde volvieron a dirigirse. En esta última exploración, los policías relatan cabalmente, que se encontraron con la sombra de una mujer alta, quien parecía asomarse en una esquina.
De tal modo que los oficiales le gritaban que se identificara o le dispararían; pero en esos momentos, la sombra se desvaneció frente a sus ojos. Han pasado varios años y aún no se le da otra explicación por parte de las mismas autoridades, que todo se trata de un extraño fenómeno paranormal. Hoy en día, continúan los ruidos, las sombras, los sollozos y los vecinos del sitio afirman que con frecuencia, se ven las luces prendidas de la edificación abandonada.
Versión de video: El hospital embrujado de Mahon