Un monstruo de la Segunda Guerra Mundial
Cuando a alguien le hablan sobre la Segunda Guerra Mundial normalmente piensa en el teatro europeo, en el conflicto de los alemanes contra británicos, franceses y soviéticos, en la Batalla de Inglaterra y la Operación Barbarroja para la conquista de la Unión Soviética. Y comúnmente olvidan el otro gran escenario de Guerra, donde norteamericanos y japoneses se disputaban el dominio del oriente: la Guerra del Pacífico.
Muchas de las historias más espeluznantes e interesantes de la Guerra (como el incidente de la Isla de Ramree) ocurrieron en el pacífico, donde los norteamericanos, tras el ataque a Pearl Harbor, comenzaron una lucha desesperada por apoderarse de las islas bajo dominio japonés en toda esta región. Los soldados estadounidenses – muchos de los cuales jamás habían salido de su país – se encontraron con un mundo desconocido, lleno de sorpresas y peligros. Sin embargo, uno de los casos más curiosos se presentó en las islas del Sur, principalmente en la Isla de Okinawa.
El hombre volador de Okinawa
En 1945 los norteamericanos lanzaron una ofensiva sobre la Isla de Okinawa que pretendía desalojar a los japoneses de este dominio del pacífico. Sin embargo, los soldados se encontraron con algo más que enemigos en esta región inhóspita: decenas de hombres comenzaron a afirmar que se habían encontrado de frente con grupos de seres parecidos a los humanos… solo que con alas.
Los humanoides comenzaron a aparecer durante la Batalla de Okinawa, y pese a su semejanza con los murciélagos, tenían un tamaño muy superior al de estos animales y características humanoides. En general, los soldados solo observaban a una de estas criaturas, pero en una ocasión fueron capaces de ver un grupo.
Sea lo que sea que fueran los monstruos, siempre se reportó que eran silenciosos y tímidos y que no interactuaban con los seres humanos. Se caracterizaban por mantener una larga distancia, por lo que era muy difícil observarlos detalladamente, pero era común, de acuerdo con los testigos, que las criaturas se sentaran a observarlos desde lo lejos. Una vez terminada la guerra, las apariciones de los “hombres voladores” no volvieron a suceder.
Nuevos avistamientos en Kyoto
En 1952 en una base militar de Kyoto llamada Okubo, un soldado llamado Sinclair Taylor reportó un avistamiento muy parecido al de Okinawa. De acuerdo con el soldado, una criatura de unos 2 metros de altura y envergadura semejante se acercó volando al puesto en el que se encontraba. El aterrado soldado, tras ver que no se trataba de un ave y que tenía una clara forma de humanoide, le disparó aterrado, y al volver a mirar la criatura se había esfumado. No quedaba rastro alguno que indicara que había estado allí.
Taylor le comentó a su superior lo que había visto y se enteró de que avistamientos como ese no eran raros en aquella zona y un soldado, el año anterior, había visto una criatura idéntica. Lamentablemente, la criatura desapareció luego de estos avistamientos y nunca más volvió a ser vista por los hombres.
Vale la pena profundizar en el contexto de guerra y muerte que envolvía a estos soldados. ¿Sería acaso que estar en contacto permanente con la muerte (y no saber cuándo dejarían de vivir) les permitía ver cosas que de ordinario permanecerían ocultas? ¿O más bien les causaba alucinaciones? ¿Qué creen ustedes?
Fuente de imágenes: 1: mysteriousuniverse.org, 2: lh5.googleusercontent.com