Violan a sus polluelos

Los abusos sexuales no sólo son cuestión de los seres humanos. Los pingüinos machos suelen cruzarse con sus polluelos a la fuerza, causándoles la muerte a varios de ellos.

Se aparean con los de su mismo género

Se ha podido verificar la homosexualidad en los pingüinos. Son animales que parecieran estar obsesionados con el placer del coito. Pero curiosamente, los análisis descubrieron que no sólo se ligan de esa forma, sino también emocionalmente. Inclusive, se han visto algunas parejas de hembras que se enamoran y arman juntas un nido, reemplazando los huevos por piedras.

La infidelidad es el pan diario

Durante años, se había insistido con la supuesta y admirable fidelidad de estas aves. Pero todo resultó ser un mito. A pesar de que constituyen un hogar con pareja y polluelos, de repente se les ve apareándose con otros miembros de la manada sin ningún problema. Este patrón lo siguen más las hembras que los machos.

Dejan de querer a sus crías

Muchas madres pingüino son un pésimo ejemplo para la sociedad. Cuando están cargando por ahí a sus pequeños recién nacidos o huevos, sucede que los dejan en el piso, se les olvida y nunca más regresan por ellos.

Pueden beber agua salada

Gracias a que cuentan con una glándula muy especial dentro del reino animal, pues muy pocas especies la tienen, puede consumir agua salada sin problemas. De forma maravillosa, su organismo filtra y desecha los excesos de sodio, potasio y de cloro del torrente sanguíneo.

También viven en tierra caliente

Se creía que estas aves sólo pertenecían a climas helados como los polos o la Antártida. Pero también es otro de los tantos mitos que se popularizaron. Varios pingüinos viven en lugares tropicales de Ecuador, las Malvinas, Perú, entre otros sitios.

El divorcio está de moda

No sólo las personas, sino también los pingüinos se divorcian. Se ha observado que algunas parejas se distancian y se olvidan de su vínculo, por lo que entablan otras relaciones con otros que acaban de conocer. Lo único que es que no se entrometen los celos para nada.

Comen piedras

Los pingüinos acostumbran a comer piedras, porque estas les sirven en su estómago como filtros eficaces que ayudan a digerir la comida y el agua. Y no comen cualquier clase de piedra, sino que buscan las afiladas, porque instintivamente saben que estas son las más apropiadas para ese fin de la digestión.

Se aparean con otras especies

Definitivamente son uno de los animales más liberales que existen: a veces no les importa ni la edad, ni el género, ni el parentesco, pero increíblemente, en ocasiones tienen tantas ansias sexuales que resultan manteniendo relaciones con otras especies de la fauna.

Son capaces de secuestrar hijos ajenos

Parece ser que el género femenino pingüino es cosa seria. Aparte de ser infieles, malas madres, de prostituirse y otras tantas yerbas, se roban y secuestran las crías de otros, dándose a batallas mortales que pueden tener una duración de más de dos días. Y cuando ganan, ocurre que algunas veces, se les olvida la cría o los huevos y los dejan morir de frío y en el abandono, luego de habérselos arrebatado a su madre verdadera.

Se sienten seducidos por los cadáveres

Se ha visto a varios pingüinos excitarse y empezar a copular con los cuerpos sin vida de las aves que van muriendo. A esta clase de prácticas se le conoce como la necrofilia. Si antes se les tenía por fieles, castos, amorosos, tiernos, maravillosos, ahora se sabe la verdad: una gran mayoría son depravados. Igualmente, se han visto algunos machos violando las hembras parejas de otros.

Estas aves siguen siendo muy enigmáticas y e centro de atención de muchos amantes de los animales en el mundo entero.

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