Es poca la información disponible sobre los estudios que se le han hecho a las esferas, la información que sobre ellas existe en Sudáfrica o incluso cuántas se han recolectado hasta la fecha. Lamentablemente parece ser que su análisis no se ha tomado tan en serio por las autoridades de Sudáfrica, pero aun así tenemos algo de información sobre su composición y sobre las propiedades que parecen tener.

¿Cómo era el mundo hace 2.800 millones de años?

Hace 2.800 millones de años la tierra no se parecía a nada que conozcamos hoy día. Los océanos estaban desprovistos de oxígeno, posiblemente también de sal y eran mucho más calientes que hoy. No existía, que sepamos, ningún tipo de vida multicelular y ni siquiera la vida terrestre: el mundo era un lugar árido y desprovisto de plantas o animales. No sería hasta más de 1.000 millones de años después que aparecerían las primeras evidencias de vida eucariota y otros 1.200 hasta la vida multicelular.

Es impensable que en estas condiciones se desarrollara una civilización. O bien sus rastros se han perdido junto con los de varios centenares de millones de años de evolución que llevaron a ella (la nuestra, por ejemplo, habría tardado unos 600) o sencillamente jamás existió. Y aunque suene duro, esta última hipótesis es la más plausible, es difícil suponer un medio por el que tanta historia hubiera desaparecido de los registros geológicos cuando la historia “reciente” se conserva tan bien.

¿De qué pudo tratarse?

Sería fascinante pensar en una civilización que nos precedió hace ya 2.800 millones de años, pero como lo mencioné arriba, esto es altamente improbable debido a la naturaleza del mundo en aquel entonces. Podemos, sin embargo, pensar en los restos de una antigua colonia extraterrestre o incluso en objetos usados para la comunicación a grandes distancias.

Las esferas por sí mismas no prueban mucho. De acuerdo con los análisis se trata de objetos compuestos con hematita, wollastonita o pirita, materiales que no son particularmente duros o raros. Algunos científicos de Sudáfrica consideran que los objetos se crearon por causas naturales y presentan marcas que bien pueden deberse a fenómenos geológicos, pero otros consideran inviable tal hipótesis.

Siguiendo la línea de la Panspermia, alguno han afirmado que los objetos serían antiguas “semillas” de vida, cargadas con microorganismos y enviadas desde algún sistema solar distante en el espacio. Las esferas no tienen rastro de vida sobre ellas hoy, pero han estado enterradas por 2.800 millones de años, por lo que esto es apenas natural. Sin embargo, no hay evidencias de que en ese periodo particular hubiese algún tipo de cambio en el desarrollo de la vida, por lo que la hipótesis es muy aventurada.

Otros hablan de antiguos dispositivos enviados, como radares o sondas, pero como es lógico las esferas por sí mismas no parecen pertenecer a ninguna máquina conocida por el hombre. Parece ser que ninguna explicación se ajusta a los objetos.

Algunas de las esferas más burdas

¿Vicios en la investigación?

Es curioso cómo la información con respecto a las esferas está tan fragmentada y es poco convincente. Uno de los datos más interesantes, proveniente de varias fuentes, afirma que las esferas eran duras y rígidas y no podían ser rayadas ni siquiera con el acero, algo que contradeciría su supuesta composición a base de pirita.

En conclusión, no se sabe mucho de las esferas, y parte de lo que se sabe parece ocultarse deliberadamente. Saquen ustedes sus propias conclusiones de esto.

Fuente de imágenes: 1: ancientufo.org, 2: thegreaterpicture.com