El Estado Policial y el Nuevo Orden Mundial
En varios artículos anteriores hemos tratado con algo de profundidad el tema del Nuevo Orden Mundial y del interés de los grandes poderes en la creación de un gobierno global con un control férreo sobre todos sus habitantes. Las intenciones últimas no se conocen realmente, pero los medios para lograrlo han sido un tema común de discusión en estas páginas.
Hoy veremos una de las principales preocupaciones de los colectivos “libertarios” de todos los colores en los Estados Unidos: los proyectos de implantación de un estado policial que mantenga a todos sus habitantes bajo una estrecha vigilancia. En este caso, el método habría sido el uso del terror y la implantación de temor entre la población para facilitar la aprobación de leyes de control por parte del Congreso.
¿Un atentado de falsa bandera?
Todo comenzó con los atentados del 11 de septiembre (sobre los cuales hablamos en este artículo). Estos atentados sembraron un precedente desconocido en la nación norteamericana: país que no había sido atacado en su propio territorio desde la Segunda Guerra Mundial. Más que eso, probó el peligro que células aisladas representan para un país, sin importar que este sea una gran potencia… y cómo su gobierno es incapaz de proteger a sus ciudadanos.
Por supuesto, muchos afirmaron que en realidad se trató de un atentado organizado por el mismo gobierno… o al menos, que éste dejó que sucediera. Algunos meses después del evento, el congreso norteamericano pasó la ley conocida como Acta Patriótica que limitaba duramente varios derechos elementales y le daba grandes poderes al estado y a la policía. Dentro de los actos de esta nueva legislación, por ejemplo, se encontraba el derecho al allanamiento de morada, la interceptación de llamadas telefónicas y el encarcelamiento indefinido… todo, por supuesto, sin explicar al perjudicado las razones de sus problemas.
A pesar de las fuertes críticas con respecto al Acta Patriótica, provenientes de todos los sectores de la población, el temor suscitado por los atentados fue aún más importante para la población que el temor a la privación de sus libertades. Esta es precisamente la razón por la que se considera que el mismo estado podría ser responsable de los atentados: fue uno de los que más se benefició con ellos.
Ejemplos históricos
No es la primera vez que algo así sucede. Durante el periodo de entreguerras, un misterioso colectivo incendió el parlamento (Reichstag) en Alemania, en 1933. Hitler, en aquel entonces en el poder, culpó del atentado a un grupo de comunistas y decidió endurecer las medidas para garantizar, según él, la seguridad de la nación y sus ciudadanos. Por supuesto, los nazis habían sido los verdaderos autores de los atentados, y el pueblo alemán terminó pagando cara su decisión de sacrificar libertades por la supuesta seguridad de la patria.
Lo interesante, en este caso, es que dicha decisión se haya llevado a cabo en los Estados Unidos. A pesar de sus constantes intervenciones en otros países y de su apoyo a gobiernos inconstitucionales (principalmente durante la Guerra Fría), en su propio territorio los norteamericanos siempre han sido muy celosos de sus derechos. La tradición de los grupos de clase media norteamericana (que desde siempre han tenido mucha influencia) es no permitir que nadie limite su radio de acción.
Sorprende, entonces, que en el mismo territorio norteamericano se imponga una legislación tan radical. ¿Estamos acaso ante el fin de las tradicionales libertades norteamericanas? ¿Han fracasado los mecanismos democráticos que, se supone, limitaban estas acciones en los Estados Unidos?
Los alcances de la conspiración
Es complicado responder esta pregunta acertadamente. Suponiendo que el interés del gobierno fuera realmente mantener un férreo control sobre la población, lo lógico sería que de ahora en adelante este gobierno se encargara de mantener esta situación de terror usando todo tipo de estrategias. Si, por el contrario, la ley se debió a un exceso de preocupación por parte del ejecutivo y a un funcionamiento apresurado del legislativo, sería de esperar que poco a poco se fuera desmontando.
Por el momento, aunque escenas semejantes de terror no se han repetido, el gobierno no ha desmontado la llamada “Acta Patriótica”, antes bien, Obama la ratificó y hubo un escándalo hace algunos años cuando se filtró información respecto a un sistema de espionaje que involucraba a millones de ciudadanos estadounidenses.
Así mismo, el gobierno norteamericano ha usado esta ley para realizar ejecuciones sumarias (sin juicio previo) por fuera del territorio estadounidense. Es el caso del Osama Bin Laden, quien fue dado de baja por el ejército sin que mediara ningún tipo de juicio o decreto al respecto.
Algunos dirán que el caso de Bin Laden estaba más que justificado. Aunque cuestionable en términos legales, esto podría ser cierto en términos morales. Sin embargo, los casos de Anwar al-Awlaki y Samir Khan, dos ciudadanos estadounidenses, no son tan legítimos. Ambos fueron asesinados por las tropas norteamericanas mientras se encontraban desarmados en territorio extranjero, acusados de pertenecer a Al Qaeda y sin derecho a ningún tipo de juicio.
No es la primera vez que los Estados Unidos hacen algo por el estilo, pero sí la primera vez que lo hacen con sus mismos ciudadanos. Esto lleva a pensar que el gobierno estadounidense ha perdido su norte y se encuentra respondiendo a los intereses de actores poderosos, a los que no les importa el ciudadano promedio. Por esta razón, más y más libertades se irán coartando en este país, usando para ello el temor de la población.
¿Qué opinas? ¿Seguirá esta corriente en el país del norte? ¿O un nuevo gobierno revertirá algunas de estas decisiones?
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