Un platillo volador terrestre
Desde hace varios siglos se reporta la existencia de “platos” o “discos” voladores en varias culturas, las cuales solían considerar estos objetos como muestra de algún designio divino. En el siglo XIX y, sobre todo, en la primera mitad del XX, la aparición de platillos voladores se volvió cada vez más común y comenzaron a desarrollarse teorías sobre la posibilidad de que inteligencias extraterrestres estuvieran detrás de estos fenómenos.
Desde entonces, los platillos voladores han estado de manera permanente en el imaginario de los seres humanos como dispositivos de altísima tecnología capaces de recorrer grandes distancias en poco tiempo y de volar con medios desconocidos para los hombres. Son pocos los testimonios de ovnis que involucren una nave voladora diferente a los clásicos platillos.
Las ventajas de una forma esférica
Sin embargo, en esta ocasión no es alguna inteligencia extraterrestre, sino la humanidad, la que se encuentra organizando el envío de Platillos Voladores al espacio, al descubrimiento de nuevos dominios. La NASA acaba de poner a prueba su primer platillo volador en el marco del proyecto Desaceleradores Supersónicos de Baja Densidad (LDSD por sus siglas en inglés). Al contrario que los platillos de las películas, funciona con un sistema de energía ordinario pero equilibrado por giroscopios que mantienen el balance del dispositivo. De acuerdo con los investigadores, la forma no resulta problemática en el espacio y resulta idónea para aterrizar en ambientes hostiles.
Este es, precisamente, el objetivo del proyecto: desarrollar una manera viable de enviar suministros a otros planetas con atmósfera. Así mismo, ayudarían a aterrizar en regiones altas del planeta Marte y, eventualmente, a llevar suplementos a una colonia humana allí ubicada.
Resulta interesante que al final la forma del “platillo volador” resultara viable para algunas situaciones del viaje espacial. Quizás, en algunos siglos, sean los miembros de una civilización desconocida en los umbrales del universo quienes comiencen a ver estas misteriosas naves voladoras. Solo que ahora, montados en ellas, seremos nosotros los visitantes… o invasores.
Fuente de imagen: jpl.nasa.gov.