Nuestra propia percepción
Los seres humanos no tenemos un oído particularmente dotado. Aunque es muy eficiente a la hora de diferenciar sonidos hablados (un talento más del cerebro que del oído en sí mismo), no lo es tanto para detectar sonidos de alta y baja frecuencia. Los sonidos de alta frecuencia nos resultan “invisibles” (por decirlo de alguna manera), los de muy baja frecuencia también. Lo mismo se nos escapa el pequeño chasquido que envía un murciélago para ubicarse en la profunda oscuridad que el bramido usado por el elefante para comunicarse con parientes a decenas de kilómetros de distancia. Este último, en la escala más baja, se transmite por el suelo, antes que el aire, y somos capaces de sentirlo, mas no de oírlo.
En términos generales, los seres humanos escuchamos sonidos entre los 20 Hz y los 20.000 Hz (o 20kHz). Todo lo que se encuentra por encima y por debajo nos resulta insonoro, pero el infrasonido (es decir, el que se encuentra por debajo de los 20 Hz) parece tener algunos efectos muy interesantes en las personas.
Temor a los bajos sonidos
En particular frecuencias entre los 7 y los 19Hz parecen generar efectos inesperados en los seres humanos. A pesar de que técnicamente no somos capaces de “oírlos”, estos sonidos son capaces de generar episodios de pánico, angustia y miedo en los seres humanos. Parece ser que nuestro cuerpo los “siente” por medios que no comprendemos del todo, y ha evolucionado para temerles.
El descubrimiento se realizó cuando investigadores de la Universidad de Hetfordshire pusieron a sujetos a escuchar música con y sin sonidos de 17 Hz. Aunque no eran capaces de notar la diferencia, la presencia ante los sonidos de baja frecuencia generaba una respuesta negativa vinculada a sentimientos de pánico y angustia, pero también de presión en el pecho y escalofríos.
Pero ¿por qué habríamos de temerle al sonido? ¿Tiene acaso particularidades que no conocemos? Pues bien, varios investigadores de fenómenos paranormales aseguran que ese es precisamente el rango en el que se mueven los sonidos producidos por este tipo de sucesos.
¿El sonido de lo Paranormal?
Muchos investigadores aseguran que los lugares caracterizados por eventos paranormales también se encuentran vinculados a la emisión de estos tipos de infrasonido (infra = bajo). Estas emisiones podrían ser causadas por espíritus o energías que se mantienen en un lugar determinado y de acuerdo con quienes han estudiado estos asuntos producirían el sonido al crear movimientos de baja frecuencia en objetos como paredes, muebles o tuberías.
¿Por qué tememos al infrasonido?
Sin embargo, hay otra postura que parece contradecir las teorías de lo paranormal. Si bien es cierto que podríamos temer al infrasonido como una respuesta evolutiva ante fenómenos peligrosos que debemos evitar a toda costa, varios investigadores le apuntan a un mecanismo primitivo de detección de terremotos o erupciones volcánicas (que también emiten este tipo de sonidos).
Y lo que es más interesante: es tal la fuerza de la reacción fisiológica del cuerpo humano que llegan a crearse distorsiones de la realidad ante la presencia del infrasonido. Esto lo determinó el profesor Vic Tandry de la Universidad de Coventry cuando él y su equipo comenzaron a ver fantasmas recurrentemente en su laboratorio. El científico comenzó a revisar sus equipos y detectó un ventilador al que una falla llevaba a emitir sonidos a 19 Hz. Interesado, comenzó a experimentar en sí mismo y con un grupo de voluntarios y logró determinar que el sonido a 19Hz no solo causaba emociones negativas, sino que podía crear una “resonancia” en los ojos que llevaba a ver figuras grises y borrosas.
¿Podría ser entonces que los fantasmas no fueran sino una consecuencia, y no una causa, del sonido de muy baja frecuencia? De ser así, ya lo sabes, la próxima vez que te encuentres en un lugar embrujado quizás convenga más llamar un ingeniero que un psíquico.
Fuente de imágenes: substanceforyou.com, 2: theredan.bar