Definición del valor de la Autenticidad
En el ámbito de los valores éticos, la Autenticidad es definida como la cualidad que tiene el ser humano de actuar cónsono con sus sentimientos e ideales. Sin embargo, el concepto de “autenticidad” también engloba la necesidad de que dichas emociones y pensamientos sean positivos.
Así mismo, algunas fuentes relacionan igualmente el término Autenticidad con la capacidad que tiene el ser humano de ser sincero con sus sentimientos, lo cual le permite conocerse y actuar de acuerdo a sus deseos verdaderos. Igualmente, ya en referencia a un plano más social, un individuo será auténtico en la medida en que sus costumbres y formas de proceder sean coherentes con las tradiciones correspondientes a la cultura o sociedad de la que forma parte. En este sentido, el concepto de Autenticidad estará ligado también a las cualidades de ser originales.
Importancia de la Autenticidad como valor
En cuanto al rol que cumple la Autenticidad como valor, los psicólogos y educadores han señalado que esta capacidad le permite al ser humano conocerse y aceptarse tal cual es, promoviendo de esta forma otras emociones y sentimientos como por ejemplo el autoestima, la objetividad en cuanto a las metas que se traza, y la autocrítica, bases fundamentales de un individuo asertivo, maduro y responsable.
Con referencia a este punto, los profesionales de la Psicología también han apuntado a que la Autenticidad entonces es un valor que procura el autoconocimiento del individuo, el cual a su vez permite que en la medida en que el individuo reconozca en sí mismo valores y fortalezas, será capaz de reconocerlas en los otros, haciendo entonces que se integre positivamente dentro de una comunidad o sociedad.
De igual forma, socialmente hablando, una sociedad que tienda a la Autenticidad, será una sociedad interesada en aprender y fomentar la práctica y enseñanza de sus tradiciones, desarrollándose como amor por lo propio, sentido de pertenencia e identidad, sentimientos básicos para que una comunidad afiance otros valores como la autocrítica, la solidaridad y el amor fraternal.
Cómo inculcar la Autenticidad como valor
Con respecto al proceso de adquisición de este valor en el ser humano, los distintos especialistas en educación y psicología humana han apuntado sobre la necesidad de que la Autenticidad y su importancia sean inculcados en los niños desde las primeras etapas de enseñanza, a fin de que crezcan como adultos sinceros y conscientes de quiénes son y hacia dónde quieres ir.
Sin embargo, algunos padres y educadores pueden sentirse un poco intimidados en cuanto a las estrategias y modos en los que puede enseñársele un valor abstracto a un niño. En este sentido, algunos profesionales han diseñado unos cuantos métodos, a fin de que se pongan en práctica, tanto en la casa como en la escuela, para que el niño adquiera el valor de la Autenticidad. A continuación, algunos de ellos:
1.- Como todo aprendizaje que tenga que ver con la adquisición de actitudes o valores, el Ejemplo es la mejor manera de propiciar que los más pequeños aprendan un valor. En el caso específico de la Autenticidad, este valor está bastante ligado con otros como la sinceridad o la honestidad. De esta forma, el niño debe crecer viendo cómo sus padres son honestos con otros, por ejemplo un mensaje bastante confuso para el niño es hablar mal de alguna persona y luego saludarlo con hipocresía cuando se le encuentra en la calle. En la medida en que el niño vea que sus padres practican fuera de casa lo que platican o hacen en casa, el niño entenderá a ser auténtico.
2.- Otra forma de enseñar al niño a ser auténtico parte de acompañarlo en el reconocimiento de sus propias emociones. En este sentido es indispensable que el niño crezca en ambientes democráticos, donde se le permita expresar abiertamente sus emociones. En la medida en que el niño aprenda a reconocer sus sentimientos, sabrá reconocerlos, y por ende poder actuar de forma responsable y auténtica con respecto a ellos.
3.- Igualmente, una forma de fomentar la Autenticidad en los niños es enseñarlos tempranamente a tomar decisiones sobre su vida, por ejemplo qué ropa usarán, con quién se sentará, qué comerá o qué actividad extracurricular escogerá. En este proceso de toma de decisiones, deben dárseles al niño las herramientas adecuadas para que pueda repasar sus preferencias, intensiones y objetivos. Así el niño aprenderá que tomar decisiones apegadas con sus sentimientos lo harán más feliz, por ende entenderá en la práctica la importancia de ser auténtico, y guiarse por la propia naturaleza, teniendo en cuenta que los actos de cada individuo repercuten en los demás.
4.- En el ámbito social, es importante que tanto padres como maestros prefieran la enseñanza de la propia cultura, por sobre aquellas foráneas por muy interesantes y llamativas que puedan ser. Así, fomentarán en el niño la importancia que tiene para su cultura ser auténtico y original, y no copiar culturas impuestas que poco tengan que ver con sus raíces y tradiciones, alejándolo del amor a lo propio y al sentido de no pertenencia. En la medida que el niño crezca dentro de costumbres y tradiciones sociales auténticas, se estará formando un ser humano que en el futuro amará su origen y trabajará arduamente por dar lo mejor de él al país o comunidad donde creció.
Fuente de imagen: elpensante.com