Definición del valor de la Efectividad
En el ámbito de los valores éticos, se conoce como Efectividad a la capacidad que tiene un individuo de realizar de forma adecuada, precisa y eficiente las metas que se había trazado o las responsabilidades que se le habían asignado.
Igualmente, de acuerdo a lo que han indicado disciplinas como la Psicología, la Efectividad también involucra las distintas estrategias y métodos que determinado individuo puso en práctica a la hora de desempeñar de manera eficiente una tarea para la cual fue escogido o una empresa que esta persona decidiera asumir por sí sola. Así mismo, algunos profesionales del comportamiento humano han señalado que el valor de la Efectividad se encuentra estrechamente ligado al de la Eficiencia, pudiendo ser incluso considerados como sinónimos.
Importancia de la Efectividad como valor
Con referencia a los aportes positivos que puede tener el valor de la Efectividad en el desarrollo individual de una persona, algunos profesionales de la Psicología han indicado que un individuo que tenga este valor integrado a su estructura moral y ética, se caracterizará por ser un buen estudiante, buen trabajador y buen ciudadano, pues tendrá como norte obtener el mejor resultado en cada una de las tareas que emprenda. En este sentido podrá lo mejor de sí, siendo consciente de cuáles son los mejores métodos y estrategias para lograr un resultado óptimo, siendo además responsable y ético en el desarrollo de sus actividades, preocupándose por no afectar a nadie, y por el contrario producir resultados que puedan reflejarse en el beneficio de otros miembros de su comunidad.
En cuanto al beneficio social que puede acarrear la Efectividad como valor, la Psicología también ha apuntado que en la medida en que una sociedad o comunidad cuente con individuos que se preocupen por ser efectivos, cuanto más productiva, ética y positiva será este colectivo, al tiempo que se generaran relaciones de interdependencia, cooperación y compromiso entre sus distintos miembros. Así mismo, la obtención de los resultados adecuados se traducirá en individuos satisfechos, orgullosos de los que hacen y son, y por ende con profundos sentimientos de identificación y pertenencia al país o sociedad a la que pertenecen.
Adquisición de la Efectividad como valor
A pesar de que la Efectividad es un valor inherente a la condición humana, disciplinas como la Educación y la Psicología han señalado la importancia que tiene su cultivo y estímulo desde las primeras etapas de la infancia, a fin de levantar y formas adultos conscientes de la importancia ética que tiene el ser efectivos en sus estudios, trabajos y vida en general, a fin de ser trabajadores y ciudadanos productivos, que vengan a sumar a la sociedad de la cual forman parte.
Sin embargo, en ocasiones, los padres y maestros pueden sentirse un poco desorientados en su tarea de sembrar y cultivar valores como la Efectividad en los más pequeños. Pensando en esta situación, disciplinas como la Psicopedagogía han apuntado algunas estrategias que los responsables de la educación infantil pueden colocar en práctica tanto en sus casas como en las escuelas. A continuación, algunas de ellas:
1.- En primer lugar, como casi siempre que se trata sobre la tarea de enseñar un valor o actitud, la principal herramienta será el Ejemplo. Con referencia a esto, la Psicología advierte que el niño deberá crecer viendo cómo sus padres se esfuerzan en ser los mejores en las distintas tareas o aficiones que desempeñen. De esta forma, el infante podrá tomar como ejemplo de vida que siempre deberá colocar lo mejor de sí en cada actividad que realice, a fin de obtener los mejores resultados.
2.- Igualmente, los padres no sólo deberán compartir o mostrarle a sus hijos los triunfos, sino también los reveses, decepciones y pequeñas derrotas que hayan podido vivir a lo largo de su camino a la victoria, a fin de que el niño vaya integrando también en su estructura de valores, la importancia que tienen otros como la Constancia, la Determinación y la Devoción para el ejercicio de la Eficacia que conlleve a la victoria.
3.- Así mismo, la Psicología advierte a que siempre haya que estimular al niño, a través de comentarios positivos, haciéndole ver y reconocer sus habilidades y triunfos. Igualmente, en el caso de identificar debilidades, los padres también deben enseñarle que como humano tiene derecho a tener defectos, pero también la oportunidad de enmendarlos o modificarlos.
4.- De igual manera, los padres deben acompañar al niño en momentos de derrotas, en deportes, aficiones o responsabilidades académicas, a fin de iniciar un diálogo con el niño que le haga ver cuáles fueron sus fallas y de qué forma podría modificarlas. Igualmente, es importante acompañar al niño en el desarrollo de estrategias que le permitan conseguir resultados mucho más efectivos, así como estar ahí en el momento de celebrarlo, mostrándole que su esfuerzo y nuevos métodos fueron los que lo hicieron vencer.
5.- Con referencia a las actividades que pueden desarrollarse en el aula, los Educadores han indicado que los maestros deben también –a través de historias de personajes importantes- demostrar que las victorias obtenidas por ciertos personajes históricos son fruto más de un trabajo metódico, llenos de tropiezos iniciales, que de solo talento. Así también deben evitarse sistemas competitivos negativos que deje a algunos estudiantes como héroes y a otros como perdedores, por el contrario debe inculcársele a todos los estudiantes que tienen la posibilidad de triunfar y de ser cada día mejores.
6.- Por último, tanto en casa como en la escuela se puede iniciar un proyecto que involucre a todos los miembros de esa comunidad, a fin de que los niños aprendan cómo trabajar en grupo, al tiempo de que entiendan cómo su efectividad en la tarea designada afecta el trabajo de otros y en fin último el resultado general.
Fuente de imagen: elpensante.com