• Por un lado, vemos que Dios mismo envía a su hijo, aun cuando sabe que lo van a matar, lo que en gran medida lo convierte en una especie de “autor intelectual”.
• Por otro, Judas lo vende por unas cuantas monedas para que sea arrestado.
• Caifás lo arresta y lo entrega a Pilatos con la intención de que él le de muerte.
• Pilatos por su parte, se lava las manos y lo envía a la crucifixión.
• El pueblo, sin quedarse atrás, pide que sea crucificado.
• Sus discípulos no lo defienden y salen huyendo y se esconden.
• Y Jesús mismo, con su prédica sabe que se hace de enemigos tanto al poder religioso como político y que, eventualmente, le causará la muerte.
  Y Jesús mismo decide morir voluntariamente y no hace nada para evitarlo, sabe quién lo traicionará y lo permite. Quizás sea él el más culpable o, cuando menos, hay algo de culpa en todos.

Así, vemos toda una suerte de elementos que se concatenan y que, en suma, constituyen en su conjunto una especia de conjura en la muerte de Jesús de Nazaret.
Pero hagamos las veces de abogados del “diablo”. Ya vimos que Dios mismo comenzó todo y que es una especie de autor intelectual porque él mismo es quien envía a su hijo unigénito para que lo maten (extraña forma de pensar de un padre amoroso para con su hijo).
Ahora bien, si pensamos en que lo hizo para que con su muerte nos salvara, esto crea otro interrogante pues acaso ¿Dios nos creó como seres condenados? Eso tampoco habla bien de un ser que se presume amoroso pues no sólo nos habría creado y lanzado a la pena de sufrir, sino que nos creó como seres condenados.
Ahora bien, Jesús con su muerte nos salva, pero entonces parece ser un salvador de mentiras porque de todas formas la religión amenaza a los malos con la condenación eterna. De seguro que algo no cuadra.
Si yo creo un juego cibernético y varios personajes dentro de la trama y el personaje principal del juego cae a un huevo y da “game over” ¿de quién es la culpa? Podríamos culpar a la falta de pericia del jugador, pero sin duda el creador de todo ello es el directamente responsable.
Es decir, en nuestra opinión Dios es el directo culpable de que lo mataran. El segundo gran culpable es Jesús mismo quien de su cuenta se entregó a la muerte voluntariamente e impidió que sus discípulos lo defendieran a espada, lo que no quita que no haya cierto nivel de culpabilidad en los demás.
Versión en video: ¿Quién mató a Jesús? La respuesta final