Arquímedes de Siracusa, más conocido simplemente como Arquímedes, fue un destacado hombre y científico griego, nacido en Siracusa, Grecia, aproximadamente en el año 287 a.C, y quien debido a su inteligencia, su carrera y aportes en el área de la Física, las Matemáticas, la Astronomía y la invención de máquinas, es considerado como uno de los hombres de ciencia más importante de su época y de la Historia.
Siendo entonces reconocido, sin ningún tipo de oposición, como el matemático más influyente de la Historia, la figura de Arquímedes –como suele suceder con las figuras de gran renombre- está atada indiscutiblemente a anécdotas, que en ocasiones rayan en lo fantasioso o mítico. Lo que sí es totalmente cierto con respecto a este hombre de ciencias son sus grandes aportes a la civilización occidental, entre los que destacan con mayor fuerza sus aportes sobre la Hidrostática, el haber descubierto y promulgado los principios de la palanca o sus descubrimientos sobre estática, además de otros grandes hallazgos e invenciones
Mitos y descubrimientos sobre Arquímedes
Paradójicamente, aun con toda la importancia que tiene este científico griego, pocos son los datos que se conocen con precisión sobre su vida. De hecho, apenas se conocen escuetos relatos, escritos en su momento por historiadores como Plutarco, Polibio o incluso Heráclides, siendo esta considerada la más importante, debido al hecho de que este historiador no sólo era contemporáneo con Arquímedes, sino que además eran amigos. Sin embargo, la biografía hecha por Heráclides se perdió en los largos siglos de la Historia, conociéndose apenas su existencia.
Así las cosas, los relatos que se conocen sobre su vida y su personalidad se encuentran estrechamente relacionados a sus descubrimientos, así también como a los mitos creados en torno a ellos. En este sentido, sería pertinente revisar dos importantes aportes de este científico, en pro de observar cuáles son los mitos que se han creado al respecto. A continuación, los hallazgos:
¡Eureka! ¡Eureka!
Por ejemplo, uno de los mitos clásicos sobre Arquímedes es aquel que lo sitúa por las calles de la polis, desnudo, gritando eufórico ¡Eureka! ¡Eureka!, debido –afirma el mito- al haber descubierto el método correcto para medir el volumen y la densidad de un cuerpo. No obstante, hay Historiadores que no le dan mucho crédito a esta historia. Lo que sí es cierto es que Arquímedes tuvo una activa participación en la resolución de un conflicto en torno a la corona de Hierón, artículo de la nobleza sobre el cual existían dudas, pues se creía que el orfebre había usado otro metal, robándose el oro, pero engañando al Rey, haciéndole creer que en efecto la corona era de oro.
Al parecer, un día, mientras el sabio griego tomaba un baño en una tina, se dio cuenta de que cuando su cuerpo entraba en el agua, esta experimentaba una fuerza de empuje hacia arriba. De inmediato pensó que la cantidad de agua desplazada, le permitía ser consciente del volumen de un cuerpo, más específicamente de la corona, y que una vez sabiendo su volumen podría conocer su densidad, dato que le revelaría si se trataba de una corona de oro. Arquímedes había resuelto el asunto, pero a la vez había descubierto el método para medir el volumen de un cuerpo. Obviamente debió sentirse muy entusiasmado, y es posible que hasta haya podido pronunciar la palabra “eureka”, la cual puede traducirse como “lo encontré”, pero de ahí a correr desnudo por las calles griegas parece haber una brecha bastante grande, que además la historia no puede aclarar contundentemente. Sobre este hecho sólo se pueden conocer las nociones científicas de Arquímedes, anotadas por él mismo en su tratado Sobre los cuerpos flotantes.
Espejos y barcos
Otro de los grandes mitos con respecto a la figura de Arquímedes es aquel que le atribuye el haber inventado un método que consistía en orientar la luz del sol, a través del uso adecuado de grandes espejos, lo cual permitía concentrar los rayos solares sobre una superficie, provocando que esta ardiera en llamas. Así mismo, esta historia cuenta que el método fue usado como una poderosa y efectiva arma bélica, que permitía incendiar los barcos enemigos, mucho antes de que tuvieran la posibilidad de conquistar la orilla.
Sin embargo, no existen relatos formales que puedan dar veracidad a esta historia, que parece pertenecer más al ámbito de la leyenda o el mito. Lo que sí es cierto, y comprobable, fueron los grandes aportes que hizo Arquímedes a la construcción de armas bélicas, como por ejemplo la Garra de Arquímedes, la cual constituía una especie de grúa, la cual contaba con un gancho de gran poder en uno de sus extremos, y cuya principal finalidad era la de enganchar los barcos del enemigo, para levantarlos por sobre la superficie y luego soltarlos, provocando su hundimiento.
De este invento existen varios relatos históricos, escritos incluso por historiadores antiguos como Polibio, quienes en su momento narraron la efectividad de esta maquinaria, en los combates contra otras naciones. Así mismo, las mejoras diseñadas por Arquímedes para la catapulta trajeron grandes ventajas en la industria bélica de la antigua Grecia.
Arquímedes, símbolo de intelecto
Incluso la muerte de este científico griego, ocurrido en el 212 a.C, está rodeada de datos que lo revelan como un hombre entregado al estudio y las matemáticas. Se dice –en medio también de la leyenda que ronda sobre su fallecimiento- que Arquímedes fue asesinado por un soldado romano, durante la toma del Imperio romano a Grecia. No obstante este destino –que debió compartir con algunos de sus connacionales- lo curioso son las circunstancias en las que se dio el asesinato, pues al parecer, Arquímedes se encontraba absorto en sus reflexiones, mientras dibujaba en la arena unos círculos.
En medio de su estudio, el soldado se acercó para hablarle, a lo que el científico le pidió que no molestara sus círculos. El soldado, quien probablemente no entendía qué pasaba ni sabía quién era Arquímedes, decidió acabar con la vida de este hombre. Esta escena, de alguna forma, ha servido a muchos para ensalzar la intelectualidad y raciocino griego, representado en Arquímedes, frente a la barbarie romana, ejercida por su ejército invasor, el cual sin embargo sostenía e impulsaba el fastuoso imperio, que llegó a ser el más grande de la Historia.
Imagen: pixabay.com