Crianza y primeros pasos
El que sería uno de los mayores exploradores del mundo, nació en Tremadoc, Gales, hacia el 15 de agosto de 1888. Su padre había escapado con la empleada de la esposa de Irlanda y habían tenido al pequeño Thomas Edward Lawrence en el país gálico. Desde muy pequeño recibió un trato aristócrata ya que su padre era un reconocido Sir.
Fue pasar de años para que el curioso Lawrence entrara a estudiar en el Jesus College donde aprendería mucho sobre Oriente Medio e Historia, para luego estudiarla en la Universidad de Oxford. Allí trabajaría con esmero la arqueología, teniendo la suerte de un largo viaje al rio Éufrates a la tierna edad de 21 años. Lo había contactado el gran arqueólogo D.G. Hogarth, uno de los primeros en explorar e investigar el Imperio Mesopotámico.
Entre 1911 y 1914 sus exploraciones habían sido exitosas, además que le comenzaron a pagar por lo que hacía. Muy dichoso pensaba en volver a su patria natal, pero estalló la guerra y la gran tensión hizo que los arqueólogos se afianzaran al ejercito en calidad de exploradores de la frontera del Sinaí, allí tenían que vigilar a los turcos.
Un verdadero Indiana Jones
No se sabe en qué momento Lawrence prefirió dejar la arqueología y dedicarse a la guerra. A su equipo de arqueólogos, el ejército lo había mandado a descubrir información en la zona fronteriza turca, haciendo que interrumpieran las exploraciones en Arabia y marcharan con soldados ingleses y árabes por largos meses.
Entre 1914 y 1916 no pasaba nada catastrófico, aun así el reconocido arqueólogo pudo aprender tácticas de guerrilla y el manejo correspondiente de las armas. El propósito era prepararse para comandar una misión contra los turcos en Hedaz, Arabia.
El gran emir de la Meca, Husain ibn Ali, haría una revuelta en pro de sacar a los turcos de Hedaz, la misión fue apoyada principalmente por los hombres de Lawrence que con atavíos orientales no temieron destruir a balazos y cuchillazos todo un cuartel turco. Hay que recordar que para la fecha todo esto era territorio turco y Arabia gracias a la ayuda de los levantamientos de los pueblos pudo tomar parte de los territorios musulmanes, como la Meca.
Con el tiempo Lawrence participaría en otras tomas pues el hombre era especialista en sabotaje, ataques sorpresa y en desgaste al enemigo, fue tan conocido por los árabes que muchos le temían, a pesar de que en su pasado fuera sólo un erudito arqueólogo.
Ascenso y captura por sus enemigos
El gran desierto que se levanta hasta el Sinaí fue una de las zonas de mayor conflicto durante los años de la Primera Guerra Mundial y el gran Turco no se dejaba vencer por las comitivas inglesas o árabes, fue por ello que Lawrence tenía el trabajo de atacar las caravanas, escuadrones que vigilaban algunos pozos de agua o incluso mermar el tren, una de sus mayores proezas en pro de la victoria.
Así se volvió un conocedor de todo el desierto y por ese motivo fue ascendido a Mayor, aunque nunca había sido un soldado. Alegre por ello, quiso hacer su primer enfrentamiento dirigido en Aqaba, Palestina.
Llegados a la ciudad pudieron tomar exitosamente las plazas principales y maniobraron para sembrar el terror en la población, los soldados turcos se rindieron rápidamente por las tácticas de guerra que utilizaba Lawrence, a pesar de no ser las más honorables, lograba sus objetivos.
Organizado con centenares de musulmanes a las afueras de Da’ra, fue sorprendido y sus hombres emboscados por una escuadrilla turca. Tuvieron que resistir fuertemente porque estaban en una posición de desventaja. Las bajas fueron demasiadas y Lawrence intentó escapar vestido de mujer árabe, pero fue hecho prisionero.
Una época tormentosa
Aunque no fueron tantas semanas las que fue preso, la tortura y el hambre hicieron que Thomas sufriera las peores calamidades de su vida. Le quemaron los pies y también recibió fuertes azotes sin éxito de sacarle información, así que fue condenado a pena de muerte.
La perspicacia de Thomas lo ayudó a escapar a tiempo, aunque no pudo salvar a muchos de sus compañeros. Fueron días antes de que descubriera el primer escuadrón británico, donde recibió otra medalla y fue nombrado Teniente Coronel, cargo oficial que llevó en otras misiones, por ejemplo en Jordania y Egipto.
La guerra en estos lugares ya había tomado otro calibre por las nuevas armas turcas y la experiencia de los veteranos, aun así, la mayoría de las veces las victorias por parte del arqueólogo fueron decisivas aunque tuvieran enormes pérdidas de hombres. Su toma a Damasco sería otro de los puntos cruciales en la victoria inglesa de la Primera Guerra.
Damasco se había convertido en un problema y las guerrillas de Lawrence no dejaron que los turcos recibieran más alimentos del exterior, luego entró un batallón inglés que venció a los otomanos y con esto, el Imperio desaparecería y en Inglaterra se harían grandes celebraciones en honor al Coronel Thomas Lawrence.
Prematura muerte
Al terminar la guerra, Thomas Lawrence volvió a casa y escribió sus memorias de la guerra en un libro llamado “Seven pillars of Wisdom” en 1926. También el periodista inglés Lowell Thomas escribiría una biografía sobre él y sería muy reconocido entre los ingleses. Con los años la suerte no le sonreiría tanto ya que el alcohol nubló su vida y quizá por ello moriría en un aterrador accidente de motocicleta en 1935, con sólo 45 años de edad.
Sin embargo, sus hazañas en la guerra no fueron olvidadas y le ganaron el sobrenombre de «Lawrence de Arabia».
Imágenes: 1: wikipedia.org, 2: anglotopia.net, 3: cienciahistorica.com