Quizás lo mejor, antes de abordar las distintas frases sobre el Afecto, pronunciadas en distintos momentos de la Historia, por algunos de los más grandes pensadores, será revisar de forma breve la definición exacta de este sentimiento.
Definición de Afecto
Para esto, qué mejor que consultar el propio Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, en donde se podrá encontrar que para la palabra “afecto” existen dos entradas, siendo la segunda de ellas la que define a esta forma de la siguiente manera:
“Cada una de las pasiones del ánimo, como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño.”
Sorprendentemente, la palabra afecto refiere en realidad a cualquier pasión humana, sea esta negativa o positiva. No obstante, en Español, el uso que de ella hacen los hablantes ha llevado que en líneas generales la palabra “afecto” sea entendida como el sentimiento de simpatía, amor o cariño que un individuo siente y expresa hacia otro. De esta forma, en el presente, su significado está completamente asociado a situaciones y sentimientos positivos.
Frases sobre el Afecto
No obstante, este uso de la palabra “afecto” para referirse a sentimientos positivos y cariñosos de alguien hacia otra persona, sitio o circunstancia, parece no ser tan reciente, hecho que se puede comprobar al analizar algunas de las frases más célebres sobre el afecto, pronunciadas en distintas épocas por algunos de los pensadores más importantes, quienes pusieron su atención en este sentimiento, por ser quizás una de las emociones pilares el humano. A continuación, algunos ejemplos de ellas:
Vicente Van Gogh (1853-1890) ¿Sabes lo que hace que desaparezca la cárcel? Cada afecto genuino y profundo. Ser amigo, hermano, amante, es lo que nos libera de la prisión. Sin estos afectos, uno está muerto. Pero cada vez que se reviven estos afectos, la vida renace.
¿Sabes lo que hace que desaparezca la cárcel? Cada afecto genuino y profundo. Ser amigo, hermano, amante, es lo que nos libera de la prisión. Sin estos afectos, uno está muerto. Pero cada vez que se reviven estos afectos, la vida renace.
En esta frase de Vicente Van Gogh, pintor neerlandés del siglo XIX, se puede ver cómo hace unas generaciones, la sociedad entendía a los afectos que podía tener el individuo como los pilares de la vida de éste. Por consiguiente, al revisar esta frase, se pueden inferir dos ideas básicas de Van Gogh: la primera, dirigida a cómo este pintor podía ver la propia vida como una prisión, mientras que la liberación provenía de los cariños en la vida; en segundo lugar, se puede ver también cómo para Van Gogh, los afectos no sólo daban libertad, sino que también podría generar el regreso por las ganas de vivir. En consecuencia, el afecto era libertad y vida.
Buda Tú, más que nadie en el mundo entero, mereces tu amor y afecto.
Tú, más que nadie en el mundo entero, mereces tu amor y afecto.
Por otro lado, muchísima más antigua, se puede encontrar esta frase de Buda, pilar del Budismo, en donde este monje habla de uno de los aspectos más importantes que puede tratarse sobre el afecto: el afecto a uno mismo. De esta manera, este sabio nepalí, señala que antes de todas las cosas y personas que pueden existir en el mundo, como merecedoras de afecto, la más importante es uno mismo, quizás –se puede concluir- porque el primer paso para sentir afecto y poder expresarlo a otros es saber sentir cariño por uno mismo.
Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.) La mayoría de la gente prefiere dar que recibir afecto.
La mayoría de la gente prefiere dar que recibir afecto.
Otra frase que puede ser bastante interesante, respecto al tema del afecto, es esta pronunciada por Aristóteles, filósofo griego, para quien era un hecho que al momento de dar cariño, extrañamente la gente siempre estaba más dispuesta a entregar cariño que a recibirlo. Aunque Aristóteles no entrega en esta frase un argumento que justifique su afirmación, se puede especular que la razón de este hecho reside quizás en que al dar cariño, de alguna manera, se tiene control sobre aquello que se otorga, mientras que recibir afecto de otro puede ser en ocasiones incómodo, pues de cierta forma uno queda en deuda con ese otro, hecho sobre el cual no se puede ejercer ningún tipo de control.
Franklin D. Roosevelt (1882 – 1945) El interés es el enemigo de todos los afectos verdaderos.
El interés es el enemigo de todos los afectos verdaderos.
Por su parte, esta frase del trigésimo segundo presidente de los Estados Unidos coloca el acento en otra creencia que occidente ha tenido sobre el afecto desde la antigüedad: el carácter desinteresado que éste debe tener. En este sentido, Roosevelt comenta que para que un cariño o afecto pueda ser considerado como cierto no debe estar revestido de ningún interés. En consecuencia, se puede inferir entonces que el afecto está relacionado –según lo conciben las personas- con un hecho espontáneo e incondicional, que surge por mera afinidad, puesto que si éste es impulsado por intereses específicos, según afirmaba este político estadounidense, no se puede hablar de cariño verdadero.
Salomón (931 a.C. – 965 a.C) Las heridas que te causa quien te quiere son preferibles a los besos engañadores de quien te odia.
Las heridas que te causa quien te quiere son preferibles a los besos engañadores de quien te odia.
Finalmente, se puede reparar en esta frase atribuida al Rey bíblico de Israel, Salomón, quien tocaba un punto muy importante de toda relación humana: las heridas y malos entendidos que pueden surgir en una relación entre dos personas que se aman o se tienen afecto. Sin embargo, más allá de reflexionar sobre las causas o formas de evitar estas diferencias, Salomón usa esta frase para de alguna forma indicar que estas son inevitables, al mismo tiempo en que afirma que siempre será mejor las heridas causadas por alguien con quien se comparte un afecto, que los placeres o momentos positivos que se pueden tener con aquellos que en realidad no profesan buenos sentimientos hacia uno, puesto que los primeros son de verdad, aunque duelan, mientras que los segundos por muy fastuosos que puedan verse no guardan en ellos nada genuino o positivo.
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