Al buscar el significado de la palabra “amabilidad” en el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, esta es vista como una cualidad que refiere al hecho de ser “amable”, concepto que a su vez es descrito por este diccionario, en otra de sus entradas, como aquel individuo que en “digno de ser amado” así también como el que se caracteriza por ser “afable, complaciente, afectuoso”.
Amabilidad, base de la sociedad
En tal sentido, la “amabilidad” se referirá entonces a la acción de ser cordial o afectuoso con los semejantes, lo cual puede ser visto como una importante norma de convivencia, así también como un valor positivo. De esta manera, algunos autores han afirmado que antropológicamente el ser humano es un ser social, lo que hace que pese al instinto de supervivencia, la competencia por el territorio e incluso la rivalidad con los otros, prevalezca la conciencia de que se forma parte, y se depende, del grupo humano al cual se forma parte.
Por ende, casi todos los autores coinciden en propiciar y estimular entre los seres humanos tratos agradables y respetuosos, pues así se garantiza, no sólo que el individuo tenga una experiencia agradable dentro de su sociedad, sino la misma permanencia de esta en el tiempo, pues el humano como individualidad encontrará bastante difícil sortear los embates y contrariedades del mundo. De ahí entonces que actitudes y conductas como la amabilidad sean vistas como la base misma de la sociedad, pues se encargan precisamente de propiciar la comunidad y la sinergia entre los miembros de este grupo.
Frases sobre la Amabilidad
Al guardar tanta importancia, la Amabilidad ha sido también objeto de estudio y de comentarios entre los más grandes pensadores y escritores de todos los tiempos, puesto que aun cuando esta cualidad resulta inherente al ser humano, en realidad no todos y no siempre se ejerce con naturalidad, es decir, que el individuo se encuentra en constante mediación con su entorno y sus otros, para lograr verdaderamente asumir una actitud que tienda a la cordialidad, dejando atrás las diferencias e intereses propios. En este orden de ideas, puede resultar pertinente mostrar algunas frases sobre la amabilidad, expuestas por algunos de los más célebres hombres, de todos los tiempos, pues esto permitirá observar cuál ha sido la idea de amabilidad que se ha tenido durante las distintas generaciones. A continuación, algunas de ellas:
Michael de Montaigne (1533-1592) Aunque pudiera hacerme temible, preferiría hacerme amable
Aunque pudiera hacerme temible, preferiría hacerme amable
De esta manera, esta frase de uno de los más reconocidos filósofos del Renacimiento francés deja al descubierto las dos grandes opciones que tiene el ser humano: entregarse a ser temible, para lo cual está física y psicológicamente preparado, o decidirse por fomentar en él mismo un trato amable hacia sus semejantes. De esta manera, Montaigne –quien dedicó casi toda su obra a reflexionar sobre la educación y el bien humano- declaraba que en todo caso, siempre se decidiría por la amabilidad, quizás porque entendía que a través de ella se lograba mucho más que con la lucha.
Arthur Schopenhauer (1788-1860) La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida.
La amabilidad es como una almohadilla, que aunque no tenga nada por dentro, por lo menos amortigua los embates de la vida.
Algunos siglos después, este importante filósofo alemán se referiría a una característica primordial de la Amabilidad: el de hacer mucho más placentera la vida en sociedad. En consecuencia, Schopenhauer describía a esta actitud como una almohadilla vacía, puesto que en realidad no hay que amar o tener fuertes lazos de amistad hacia otro individuo para tratarlo bien, simplemente se debe tener un comportamiento empático y cordial. Así mismo, esta amabilidad pareciera no guardar nada en su interior, pero hace que las adversidades de la vida misma sean un poco más llevaderas, o al menos al evitar malos tratos entre semejantes no se agrega más carga a la que ya se tiene.
William Faulkner (1897-1962) Algunas personas son amables sólo porque no se atreven a ser de otra forma
Algunas personas son amables sólo porque no se atreven a ser de otra forma
Por su parte, este importante escritor estadounidense del siglo XIX colocaba el acento en un aspecto que en ocasiones pasa desapercibido: las consecuencias que puede traer no ser amable. Al respecto, Faulkner señala que la mayoría de las personas escogen la amabilidad, porque les da miedo comportarse de otra manera, de ahí que pueda inferirse que ciertamente el no ser amable provocará la reacción de los otros, ocasionando posibles enfrentamientos, de ahí que algunos no se atrevan a provocar el malestar de sus semejantes, decidiendo que la amabilidad es el camino más seguro para comportarse dentro de un grupo humano.
Platón (427 a.C. – 347 a.C.) Ser amable con todos los que encuentras es pelear una dura batalla.
Ser amable con todos los que encuentras es pelear una dura batalla.
Sin embargo, por más que se decida por la Amabilidad, y se tome conciencia de que es la fórmula adecuada para hacerse una convivencia pacífica en el entorno que se frecuente, la propia diversidad humana hace que no sea una tarea sencilla. En este aspecto, el filósofo clásico Platón señalaba que puede ser incluso una “dura batalla”, puesto que ser Amable pasa por dejar de lado en ocasiones los ánimos de competencia, las posiciones personales, el rechazo a ciertas cualidades, en fin, mediar de forma constante entre la realidad de los otros, y la idea que se tiene de cómo debe ser esta. Por tanto, la Amabilidad puede considerarse igualmente relacionada con la tolerancia, la empatía y la paciencia.
Máximo Gorki (1868 -1936) Un hombre alegre es siempre amable
Un hombre alegre es siempre amable
Finalmente, esta frase de Máximo Gorki señala otro de los aspectos que pueden contribuir a que la amabilidad sea una constante en la actitud del individuo: la alegría. En este sentido, si se desarrollara un poco más el tema, se podría incluso decir que una sociedad amable es básicamente una sociedad que tiende a la alegría, lo cual pasa por contar con sus necesidades básica cubiertas. Ergo, el bienestar social conduciría a una actitud más amable por parte los ciudadanos, lo que a su vez originaría todavía mayor bienestar, activando o propiciando otros estados como la cordialidad, la empatía, la solidaridad, puesto que así como la violencia genera violencia, caos y guerra, se podría decir que la superación y la alegría traen consigo también la amabilidad, el altruismo, la solidaridad y la construcción de un mejor mundo.
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