Al hablar de amor nos remitimos a la experimentación máxima, a la mayor realización que un ser humano pueda tener. Cada uno de nosotros es el amor, y tiene el amor, sólo que no lo ha descubierto. Cuando nos convertimos en el amor, sólo nos importa amar. Y si es a nuestra pareja, la amaremos con amor de pareja; si a nuestro hermano, le amaremos con un amor filial; si en el trabajo, con compañerismo y generosidad.
Reflexiones, mensajes y frases de amor
Uno podría pasar su vida hablando de amor, y nunca llegar a experimentarlo.
Por lo general pensamos que el amor sólo es para las parejas, o por lo común pensamos que el amor es sólo sexo; pero la cuestión es que podemos amar a nuestra mascota sin tener sexo con ella. Entonces, nos damos cuenta que amor no es deseo, no es pasión, no es instinto, sino que el amor es la máxima experimentación, la máxima realización, el máximo sueño.
¿Qué es el amor? ¿No es acaso más que la pasión?
Seguro que sí. El amor y la pasión son algo totalmente opuesto, lo que sucede es que de común vivimos con ambas al tiempo. Sin embargo, cuando la pasión aparece, el amor se ausenta por un momento. La pasión le vence, pero cuando esa pasión se retira sentimos que podemos querer a una persona, por por sus formas o sus curvas, sino por lo que realmente es, por su sonrisa, por sus caricias, por su afecto, por esa claridad sin fronteras que le proporciona a nuestra vida.
Te amo, no para que me ames o me quieras, sino para sobrevivir.
El amor no es envidioso, el amor no es codicioso, sino que quiere darlo todo a manos llenas. Si un niño encuentra un tesoro (un niño a temprana edad no sabe lo que es la codicia), no querría ocultarlo o guardarlo para él solo, sino que llama a sus amigos, a sus hermanos, y les comparte la buena nueva. Y no hacerlo para él sería una tortura. Así es el amor. Cuando realmente amamos, no lo hacemos para ser correspondidos, sino porque el amor fluye de nuestros dedos como agua de río, como manantial, irresistible, incontenible. Eso es el amor, el sentimiento más maravilloso que alguien pueda experimentar y que es capaz de transformar nuestras existencias.
Si la humanidad tuviera amor, las guerras serían algo imposible.
Cuando un soldado dispara su arma contra otro, posiblemente de otra nación, no es porque defienda su país, sino por que le falta amor. Los nacionalismos son innecesarios, y cuando hay amor comprendemos que la tierra no es de nadie, o mejor, que la tierra es de todos, y que todos podemos vivir felices en ella.
Una obra de amor se alimenta con amor.
El amor no tiene precio, o si lo crees pregúntale a tu mamá (si aún está) cuánto vale la crianza que te dió. La respuesta es que no hay precio. Hay cosas que el dinero no compra y una de ellas es el amor. Sólo puedes pagar un acto de amor con la replicación de ese acto de amor, con una obra amorosa, con una obra de entrega a una causa, siempre que sea noble.
Así como hay diferentes clases de árboles, hay diferentes clases de amor ¿a cuál clase te refieres? Uno, por ejemplo, ama a sus hijos, y quiere verlos siempre felices, siempre prosperando. Yo no espero que ellos correspondan a mi amor, sino que con dar amor soy feliz. Y esa es la gran lección. Si uno ama esperando algo, entonces hay interés, hay egoísmo, hay un amor que funciona bajo condiciones, pero entonces ya no es amor, por que el amor es incondicionado y libre, absolutamente libre.
¿Quieres una frases de amor? La mejor frase está en tu corazón. Le puedes decir, por ejemplo:
Contigo no hay noche. Tú le das luz a mi vida como un sol.
Ni las más hermosas frases, ni las más elocuentes palabras son capaces de expresar la sencillez de estas palabras: Te quiero, y quiero que estés en mi vida.
No necesitamos frases célebres para expresar lo que sentimos, lo mejor es expresarlo como lo sentimos. Y de eso se tratan estas frases no célebres, de buscar una aproximación a nuestro propio interior, a reencontrarnos con nosotros mismos, a vivir no de lo que dijeron otros, de lo que pensaron otros, sino de lo que sentimos nosotros mismo aquí y ahora. Y eso es más vivo, se puede sentir más propio, mío y tuyo al tiempo, pulsando, batiendo tu corazón, palpitante.