Quizás lo mejor, antes de exponer algunas de las más célebres frases que pueden encontrarse en la Literatura, respecto a la naturaleza, deberes y características que debe poseer todo Caballero, que se precie de serlo, sea revisar el propio concepto de esta condición masculina, considerada en Occidente –y también en Oriente- como la mejor versión del hombre.
Definición de Caballero
Pese a que son varios los conceptos que existen sobre la condición de Caballero, que en la modernidad se refiere a una actitud o cualidad, más que a un título nobiliario, como lo fuera en la Edad media, tal vez la forma más objetiva de acercarse a una definición de “caballero” sea a través de la promulgada por la Real Academia Española de la Lengua (RAE) institución que le otorga en su Diccionario una entrada, con numerosas acepciones, y en donde la tercera de ellas define “caballero” de la siguiente manera:
«Hombre que se comporta con distinción, nobleza y generosidad».
Por lo tanto, según señala la RAE, siempre que se use la palabra “Caballero” se hará para referirse a un hombre que presenta un comportamiento noble, educado, generoso, y que finalmente lo lleva a distinguirse sobre lo que puede resultar cotidiano o vulgar.
Frases sobre caballeros
Como es de sospechar, el término “Caballero” ha tenido sus diferentes acepciones y matices según las distintas épocas históricas. Sin embargo, pese a que esta se refiera a un individuo que ostenta cierto título nobiliario, o un hombre de la edad moderna, el término “caballero” en realidad señala una naturaleza noble, respetuosa, valerosa e incluso honorable de parte de un individuo de género masculino.
Así mismo, desde hace unos siglos, la naturaleza de Caballero vista en un individuo es vista como el ideal del comportamiento masculino, por lo que no es de extrañar que tanto en la Literatura, como en el Arte y la Filosofía, esta condición haya llamado la atención de algunos de los más célebres pensadores, tal como puede verse en las frases siguientes:
Theodore Roosevelt (1858 – 1919) La cortesía es un signo de un caballero tanto como el coraje.
La cortesía es un signo de un caballero tanto como el coraje.
Un ejemplo de este tipo de frases, que tienen como tema central la condición ideal de Caballero, que debería –según el pensamiento occidental- perseguir todo hombre, es este pensamiento del vigésimo sexto presidente de los Estados Unidos, Theodore Roosevelt, para quien todo Caballero no sólo debería constituirse como un hombre de valor y coraje, sino que también debería ostentar cortesía. En consecuencia, según esta óptica de Roosevelt, un Caballero sería entonces un ser masculino, en donde confluyeran en armonía y equilibradamente tanto el coraje como la cortesía.
Louisa May Alcott (1832 – 1888) Un verdadero caballero es tan educado con una niña pequeña como con una mujer.
Un verdadero caballero es tan educado con una niña pequeña como con una mujer.
Siendo entonces el concepto de “caballero” una condición propia de la masculinidad, esta se encuentra relacionada o directamente ligada a la naturaleza femenina, es decir, la caballerosidad también se establece en tanto su trato con el género femenino. Un ejemplo de los distintos pensamientos que pueden existir en referencia a este tema lo constituye esta frase de Louisa May Alcott, escritora estadounidense, autora de la célebre novela Mujercitas, y para quien la condición de “caballero” es una naturaleza que debe probarse a sangre y fuego ante una mujer, independientemente de la edad de esta.
Oscar Wilde (1854 – 1900) Un caballero es alguien que nunca hiere los sentimientos de alguien sin querer.
Un caballero es alguien que nunca hiere los sentimientos de alguien sin querer.
Así mismo, entre las distintas frases que existen respecto a la naturaleza que debe tener todo Caballero, se encuentra este pensamiento de Oscar Wilde, para quien un caballero en especial un ser masculino cortés, quien tenía tacto y delicadeza a la hora de relacionarse con sus semejantes, sin incurrir en la indiscreción o error de ofender o herir a alguien, salvo que esta fuese su verdadera intención. Es decir, que además de cortesía, el Caballero de verdad posee también inteligencia, atributo que le permite también calcular, reconocer y manejar sus actos.
Confucio (551 a.C. – 479 a.C.) Un caballero se avergonzaría de que sus actos y sus palabras no coincidieran.
Un caballero se avergonzaría de que sus actos y sus palabras no coincidieran.
Así mismo, al hablar sobre el tema de la caballerosidad del hombre, los filósofos también han colocado en escena la cualidad de la “integridad”. Un ejemplo de esto lo constituye esta frase de Confucio, célebre filósofo chino, para quien en todo Caballero debería existir sincronía en cuanto a sus palabras y actos, pues esto demostraría su carácter integral, así como el valor de su palabra. Por ende, más allá de un comportamiento noble, cortés o valiente, el Caballero se define según la integridad con la que maneja su vida, tanto como por el compromiso que expresa hacia su palabra.
François de la Rochefoucauld (1613 – 1680) Un caballero puede amar como un loco, pero no como una bestia.
Un caballero puede amar como un loco, pero no como una bestia.
Siendo un Caballero ante todo un ser humano, este no sólo será un actor social, sino que –como humano al fin- se relacionará sentimentalmente con otros individuos. Al respecto, este escritor y aristócrata francés del siglo XVII, expresaba en su momento la importancia de distinguir entre pasión y patología, puesto que un Caballero realmente enamorado era capaz de mover el mundo, arriesgarse y comprometerse en pro del ser amado, pero esta pasión amorosa dejaba por fuera todo maltrato o actitud que desdibujara en él la naturaleza de Caballero y lo acercara más a lo animal.
Por consiguiente, un Caballero puede amar a una persona con toda su alma, pero más allá de su pasión seguirá siendo un Caballero, ya que lo contrario, es decir, los celos, el maltrato, la furia, la obsesión, son hechos ajenos a su propia naturaleza.
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