Muchas son las circunstancias por las que puede atravesar un humano, a lo largo de su vida, tal vez por esto, estos hechos que rodean la vida de una persona, han atraído la atención de los más célebres pensadores a lo largo de los siglos. Sin embargo, antes de exponer algunas de las frases más célebres, que se han promulgado respecto a las Circunstancias, puede que lo mejor sea revisar de forma breve el propio concepto de estas.
Definición de Circunstancias
En este sentido, aun cuando son varias las definiciones de Circunstancias manejadas por la Filosofía, la Psicología o incluso la Historia, tal vez la forma más objetiva de aproximarse a esta definición sea a través de la definición desarrollada por la Real Academia Española de la Lengua, institución lingüística que le depara una entrada en su Diccionario, la cual cuenta con varias entradas, que rezan textualmente:
- Accidente de tiempo, lugar, modo, etc., que está unido a la sustancia de algún hecho o dicho.
- Conjunto de lo que está en torno a alguien; el mundo en cuanto mundo de alguien.
Por ende, las Circunstancias han sido explicadas como los hechos que rodean a una persona, influyendo de algún modo en su Historia. No obstante, la Academia también señala que la palabra Circunstancia puede ser usada como sinónimo de “accidente”, el cual puede influir en el tiempo, el lugar o el modo.
Frases sobre las Circunstancias
No obstante, este concepto ha sido también discutido, a lo largo de los siglos, por las distintas generaciones, en tanto que son consideradas como eventos que logran torcer o escribir el destino de los hombres. Una forma de poder ver cómo han cambiado las distintas perspectivas, respecto a las Circunstancias, será revisar algunas de las frases más célebres, que existen al respecto. A continuación, algunas de ellas:
Horacio (65 a.C. – 8 a.C.) Lo que hace falta es someter a las circunstancias, no someterse a ellas.
Lo que hace falta es someter a las circunstancias, no someterse a ellas.
Siendo entonces las Circunstancias vistas como aquellos hechos, sucesos o incidentes que ocurren en la vida del hombre, podría decirse que no son previsibles o controlables. De hecho, estas características son precisamente las que han hecho que algunos grandes pensadores se revelen contra estos hechos, en su afán por erigir al Hombre y a su Razón por sobre el propio destino, o vaivenes de la vida.
Un ejemplo de este tipo de pensamiento, lo constituye la frase del poeta latino Horacio, para quien la misión misma del Hombre era trabajar por someter y controlar las Circunstancias, no permitiendo que esto fuese al revés. En este sentido, este pensador clásico estaría instando a los hombres a ser los pilotos que manejen su propia vida, a través de la reflexión, las decisiones y otras tantas acciones, que pudieran darles el control. Lo contrario, especulando sobre la frase de Horacio, es ser un barco a la deriva.
Benjamin Disraeli (1804 – 1881) El hombre no es hijo de las circunstancias. Las circunstancias son hijas del hombre.
El hombre no es hijo de las circunstancias. Las circunstancias son hijas del hombre.
Sin embargo, no es sólo el poeta Horacio y la época antigua los que instan al hombre a sobreponerse a sus Circunstancias, para escribir su propia Historia, no la que le imponen los otros, o su contexto.
Un ejemplo de esto lo constituye esta frase del estadista británico Benjamin Disraeli, para quien no es el Hombre quien debe formarse a base de los golpes o experiencias que dictan las diferentes circunstancia que enfrenta, es decir, no es el Hombre quien debe ser “hijo de las circunstancias”, sino que al contrario, es el ser humano quien debe propiciar su oportunidades y eventos, es decir, atraerlos y producirlos. Por lo tanto, la vida y el destino del Hombre no sería tan sólo una cuestión de Suerte, sino también de decisión.
Mariano José de Larra (1808 – 1837) Las circunstancias hacen a los hombres hábiles lo que ellos quieren ser, y pueden con los hombres débiles.
Las circunstancias hacen a los hombres hábiles lo que ellos quieren ser, y pueden con los hombres débiles.
Otra visión que se da respecto a las Circunstancias es la posición que asume que estas son inevitables, es decir, que cualquier ser humano está expuesto en su vida a encontrarse tanto con oportunidades, como con eventos desafortunados. Sin embargo, lo que diferencia a un hombre es precisamente cómo enfrenta a las circunstancias que le presenta la vida.
En consecuencia, según señalaba este escritor español del siglo XIX, Mariano José de Larra, el problema no son las circunstancias, sino la debilidad que se tengan frente a ellas. Por ende, para este escritor, los Hombres fuertes se distinguían precisamente por erigirse frente a sus circunstancias y no permitir que su destino se tuerza, sino que simplemente, y pese a los eventos que puedan acaecer, los hombres fuertes seguirán cumpliendo su plan. No obstante, a diferencia de estos primeros, y según señala este autor europeo, los Hombres débiles no serán capaces de cambiar sus destinos, ni imponerse a las circunstancias, dejándose manejar por ellas. En conclusión, no son las circunstancias lo que marca, sino lo que se le permita a ellas hacer.
José Ortega y Gasset (1883 – 1955) No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter.
No somos disparados a la existencia como una bala de fusil cuya trayectoria está absolutamente determinada. Es falso decir que lo que nos determina son las circunstancias. Al contrario, las circunstancias son el dilema ante el cual tenemos que decidirnos. Pero el que decide es nuestro carácter.
Así mismo, la idea de Circunstancia y su aparición en la vida del Hombre están vistas como parte del Destino de éste. Empero, la Filosofía –tanto Antigua como Moderna- siempre se han impuesto a esta idea, atribuyéndole a la razón del hombre el privilegio de decidir sobre su vida.
Bajo esta luz, se inscribe entonces esta frase del célebre filósofo del siglo XX, Ortega y Gasset, para quien las Circunstancias no marcan el Destino del Hombre, sino que encienden su capacidad de decidir. En consecuencia, si la Decisión es una de las tantas capacidades humanas, entonces –parafraseando a este filósofo español- no sería el Destino el que decide la vida, sino el Hombre, desde su Carácter. No es el Destino el que guía la vida, sino la personalidad humana.
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