De acuerdo a la definición que de ella aporta el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, se conoce como “mentira” a la expresión no correspondiente con la verdad, o que al menos es contraria a aquello se conoce o siente.
En este sentido, la mentira o la acción de mentir es una de las acciones humanas que más páginas de la literatura –a favor o en contra- ha despertado, debido a su carácter de engaño, interpretado por algunos como un acto deshonesto; y por otros como algo necesario para conseguir ciertas victorias. Sea el punto de vista con el que sopese la mentira, siempre se necesita para cometerla de un individuo que mienta, es decir, de un mentiroso; y de otro que sea engañado.
A continuación, entonces algunas de las frases sobre la mentira, más resaltantes de la Historia, a fin de que el lector pueda hacerse una idea de cómo ha sido concebida esta acción a lo largo de las generaciones de pensadores, artistas e intelectuales de la Humanidad:
Aristóteles
El castigo del embustero es no ser creído, aun cuando diga la verdad. (Aristóteles)
En esta frase, el célebre filósofo griego, quien vivió durante los años 384 a.C y el 322 a.C, deja sentado que a pesar de que un individuo pueda vivir su vida contándole mentiras a su contemporáneos, tarde o temprano comenzará a cobrar reputación de mentiroso, recibiendo como castigo popular que su palabra no sea creída, ni siquiera cuando opte por abandonar la mentira y escoger la verdad. En este sentido esta frase aristotélica podría ser tomada como la premisa del cuento infantil “Pedro y el Lobo”, donde su personaje principal miente sobre la llegada del lobo, hasta que el pueblo se cansa de sus mentiras, por lo que no le creen cuando en verdad llega el lobo.
Baltasar Gracián
El mentiroso tiene dos males: que ni cree ni es creído. (Baltasar Gracián)
Por otra parte, muchos siglos después del Estagirita, este escritor español del siglo XVII, coloca su acento en la tragedia que vive un mentiroso en relación a la confianza que tiene en el mundo, y la que el mundo tiene en él. En este sentido, Gracián señala que un individuo identificado por los otros hombres como mentiroso, no contará con la credibilidad de sus contemporáneos. No obstante, aún pero, como cada quien juzga el mundo de acuerdo a su propia realidad, al saberse él mismo como mentiroso, creerá que los otros también lo son, por lo que transcurrirá sus días sin poder confiar en los otros que lo rodean.
Friedrich Nietzche
No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra. (Friedrich Nietzsche)
Casi en el mismo sentido, este reconocido filósofo del siglo XIX, advierte precisamente que lo terrible de una mentira no es el hecho de esta como tal, sino las consecuencias que esto puede traerle sobre todo a quien la elabora, siendo una de las primeras la ruptura de la confianza por parte de la persona a quien se le ha mentido. En este sentido, cabe destacar que la confianza es un sentimiento que se establece entre las personas de forma incondicional y espontánea, no obstante una vez rota, es muy difícil de recuperar. Por lo que una persona al descubrir que otro le ha mentido, difícilmente vuelva a creer aquello que sale por sus labios: promesas, juramentos, explicaciones, acuerdos o compromisos.
Martín Lutero
Una mentira es como una bola de nieve; cuanto más rueda, más grande se vuelve. (Martin Lutero)
Por su parte, el precursor de la Reforma, Martín Lutero coloca su foco sobre otra de las cualidades que tiene la mentira. En sintonía con la frase de este líder religioso del siglo XVI, se puede concluir que una mentira es la reconstrucción verbal de un hecho que no ocurrió, aunque se pretenda hacer pasar como verídico. No obstante, como hecho en fin está circunscrito en un tiempo y en acciones específica, las cuales cuentan con antecedentes y consecuencias. Es decir, que al momento de contar una mentira, la persona deberá incluir detalles que hagan verídica su historia. Aunado a esto, su interlocutor puede también realizar preguntas que hagan que el individuo que miente deba inventar nuevas explicaciones que le den credibilidad a su mentira. Como conclusión entonces, una mentira no viene nunca sola, necesita de otras que se le van sumando, tal como “una bola de nieve” arrojada por una ladera, la cual se va haciendo más grande a medida que desciende por la montaña, tal como refiere Lutero.
Pierre Corneille
El mentiroso siempre es pródigo en juramentos. (Pierre Corneille)
En último lugar, este poeta francés del siglo XVII, advierte sobre un hecho característico de aquellos quien optan por incluir la mentira como un estilo de vida, el cual puede dejarlos al descubierto: la insistencia en ser creídos. En este sentido, Corneille señala que una persona que se esmera en jurar una y otra vez que lo que dice es cierto puede parecer sospechosa de mentiras, pues no existe otra explicación para que sienta tanta preocupación de ser creído, que no sea que aquello que mantiene simplemente sea una mentira. Así, este poeta francés afirma que alguien que miente siempre se caracterizará por jurar muchas veces que aquello que dice es totalmente cierto.
Fuente de imagen: elpensante.com