Causas de la toma de Iwo Jima
En el Pacífico, la Segunda Guerra Mundial fue muy sangrienta. Para los estadounidenses tomar cada una de las islas significaba miles de bajas o pérdidas millonarias. Los japoneses se reabastecían y avanzar era muy complejo debido a las sucesivas victorias aliadas.
En sus últimas etapas, los japoneses perdieron varias de las islas que rodeaban el perímetro del Archipiélago del Imperio del Sol. Las últimas pérdidas habían sido las Islas Marianas, pero aun faltaba una isla clave: Iwo Jima.
Al ejército estadounidense le era muy difícil atacar directamente a Japón. Sus bombarderos, los B-29 podían llegar hasta Tokio, pues recorrían 6.000 km, mientras que el P-51 Mustang, caza que defendía a los bombarderos, sólo llegaba a los 3.000 km antes de volver a abastecerse de gasolina.
Esto obligó al alto mando de los ejércitos aliados desembarcar en Iwo Jima. En la isla se habían construido tres aeródromos y se estaba finalizando un radar, así que en cualquier ataque contra las ciudades japonesas, los cazas enemigos atacaban y destruían los aviones yankees. Los aviones aliados que caían al mar eran muchas veces atrapados por pesqueros japoneses, y si no terminaban siendo víctimas de tiburones, lo que espantaba a los pilotos. Se decidió que el 9 de octubre de 1944 se atacaría Iwo Jima.
La situación para Japón
Luego de la batalla naval del Golfo de Leyte, donde Japón fue derrotado, los nipones se dieron cuenta de que la guerra estaba perdida. El Emperador y los generales dijeron que resistirían hasta el último hombre para que la guerra fuera muy costosa para los norteamericanos. Además, pensaron que el próximo lugar donde atacarían sería Iwo Jima, lo que obligó a los japoneses a tomar una drástica estrategia de defensa sobre la isla. Iwo Jima fue fortificada de extremo a extremo.
El comandante Tadamichi Kuribayashi evacuó a los cientos de civiles que estaban aún en la isla. Mandó un destacamento de 21.000 soldados, ametralladoras, fusiles, granadas y unos tanques ligeros. Así mismo, conectó toda la isla con túneles subterráneos, estrategia que se conocía como “la caja de píldoras”. Eso les permitía defender una posición clave y moverse dependiendo del avance enemigo. Quitó las trincheras de las playas y estableció búnkeres, trampas y fortificaciones.
La batallas
Los estadounidenses bloquearon con submarinos la isla, impidiendo que nada entrara o saliera. Gracias a la alta producción militar, tenían mucho material para resistir fuertemente la contraofensiva. Desde junio de 1944 comenzaron los bombardeos.
Al momento del desembarco final, 250.000 soldados veteranos de las otras batallas del Pacífico, junto con 12 portaaviones y 8 acorazados se enfilaron rumbo a Iwo Jima, con la intención de tomar la isla en 10 días.
El bombardeo vino acompañado de napalm y miles de toneladas de bombas arrojadas desde los acorazados. Ese barrido general acompañó el desembarco norteamericano que temía que los japoneses los destrozaran en la playa. Los japoneses se querían concentrar en el ataque así que no impidieron el desembarco.
Escondidos dentro del monte Suribachi, los japoneses esperaban la hora de sorprender a los marines que se acercaban cautelosamente, asombrados de no ver ni un solo japonés. El atasco en la playa se hizo evidente porque el polvo de cuatro metros no dejaba avanzar los motorizados.
Los japoneses aprovecharon y bombardearon con obuses y morteros toda la playa, dando unas bajas muy fuertes a los estadounidenses. La playa se había convertido en una carnicería.
Avance hasta la montaña
Desde la colina los japoneses controlaban todo el perímetro. Los estadounidenses intentaron avanzar desde el sur pero siempre se encontraban en posición desventajosa y además, no habían terminado de desembarcar todas las tropas.
En la noche los destructores iluminaron toda la isla para impedir que los japoneses hicieran incursiones nocturnas, táctica que usaban en batallas anteriores y que aterrorizaba a los americanos. Al otro día (20 de febrero de 1945) se reanudaron los desembarcos con fuego de cobertura.
Los americanos cada vez tenían mayor ventaja pues encontraron las posiciones enemigas. Intentaron una y otra vez tomar la montaña con morteros, lanzallamas y granadas, pero fue en vano porque el ejército nipón se defendía bien.
Finalmente los estadounidenses dieron con la fuente del fuego y perpetuaron un ataque contra la colina, destruyendo la artillería enemiga. La ayuda proporcionada por los barcos de guerra facilitó que los soldados tuvieran menos bajas.
Los días siguientes los japoneses se quedaron desde el fondo de la montaña y los estadounidenses atacaron en los niveles subterráneos con gran esmero, aunque muriendo muchos porque los japoneses en vez de rendirse, se estallaban con granadas.
La última carga japonesa, fue hecha por el propio comandante. El “banzai” consistía en lanzarse sobre los marines utilizando espada limpia. Todos los japoneses murieron en esta lanzada. Los días siguientes (luego de un mes de operaciones), los estadounidenses se quedaban con el control total de la isla.
Al hacer el balance, los aliados se fijaron en que murieron menos víctimas japonesas que aliadas. 24.480 soldados aliados murieron contra 20.703 japoneses. Luego de esta victoria, los aeródromos fueron usados para lanzar las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Iwo_Jima
- https://reportage.corriere.it/esteri/2015/iwo-jima-lisola-insanguinata/?refresh_ce-cp
Imágenes: 1: wikipedia.org, 2: mundoantiguo.net, 3: nationalgeographic.com.es