Un espeluznante asedio
Ustedes no saben lo que ocurrió en Nanking. Los miles de muertos por las bombas, los soldados japoneses entrando en la ciudad y masacrando a las mujeres, hombres y niños con sus largas bayonetas. La interminable muerte. El eco atroz del dolor chino…
El asedio comenzó el 7 de Diciembre de 1937. Tres meses antes los japoneses bombardearon la ciudad matando 600 personas. Un hospital cercano tuvo la mala suerte de ser sentenciado por un obús matando 100 personas más.
Luego del bombardeo el presidente chino Chang Kai-Shek mandó a que la clase política migrara para Wuhan. Mientras tanto el Ejército Imperial Japonés se aproximaba más a Nanking, ciudad conocida actualmente como Pekín o Beijing.
No debemos imaginar que los chinos se sentían seguros, los japoneses habían sido despiadados mientras entraban al continente asiático. Habían matado sin clemencia a las poblaciones por donde pasaban, pues creían en la inferioridad china.
El dolor chino hizo que el presidente Chang mandara a quemar los campos de arroz y cualquier fuente de alimento que pudiera ser tomada por los nipones. Además protegió el patrimonio material llevándolo a otros lugares y puso 80.000 hombres para la defensa de la ciudad.
El asedio comenzó con 250.000 soldados al mando del príncipe Yasuhito Asaka. Las tropas isleñas estaban compuestas por el X Ejército Imperial y el Cuerpo Expedicionario de Shangai. En total, ejércitos equipados que luchaban sin piedad y por el control absoluto de China.
Los japoneses dieron la oportunidad a la ciudad de caer rendida y con la garantía de no ser arrasada pero el presidente chino no se rindió. Los japoneses ante esa situación bombardearon con aviones y obuses durante cinco días seguidos.
Era impresionante ver como los edificios caían derrumbados. Muchos videos abundan de esta catástrofe. Las personas no tenían un lugar donde protegerse y el centro histórico de la ciudad fue destruido totalmente.
El cañonero norteamericano USS Panay fue destruido por error, haciendo que los nipones pagaran 2 millones de dólares a los estadounidenses. En conclusión el asedio fue espeluznante y el día 13 entraron triunfales los soldados japoneses.
El inicio de la masacre
Ahora piensen en seis semanas de puro sufrimiento. Su ciudad es arrasada por una ola de violaciones, decapitaciones y fusilamientos. No tienen oportunidad de abandonar la ciudad porque los pueden matar si los ven corriendo. Imaginen que no hay salida.
Así terminaron su vida 500.000 personas en Nanking. El censo de muertes del Tribunal de Guerra de Tokio había sumado 250.000 muertes, pero con los nuevos descubrimientos de archivos estadounidenses, se encontró la cifra aumentada por dos.
Apenas entraron comenzó la masacre. Los primeros en morir fueron los soldados rendidos. Atadas sus manos a los árboles fueron pasados a cuchillo. Los bayonetazos se sucedían sin contemplación y para no dejar rastros, los cuerpos fueron arrojados en el mar.
Desde disparos en la sien hasta correrías de decapitaciones se fueron sucediendo en el transcurso de los meses. Los oficiales Toshiaki Mukai y Tsuyoshi Noda hicieron un concurso de decapitaciones con katana. Mukai ganó con 106 cabezas. Ambos fueron ahorcados al finalizar la guerra.
El asesinato de civiles
“El mayor horror de la guerra en Asia”, así fue bautizado Nanking. Lo que siguió a la muerte de los 57.000 prisioneros fue una cadena de episodios desafortunados y que deberían avergonzar a la humanidad.
Las violaciones fueron el motor del día a día. Los japoneses entraban en las escuelas femeninas y violaban a las estudiantes para luego asesinarlas. Desde la Universidad Media, la Escuela de Idiomas y en el colegio Ginging la ola de violaciones no tuvo par.
Además entraban a las casas y luego de sus asesinatos despiadados hacían que las familias hicieran orgías y luego los mataban prendiéndoles fuego.
En las calles ponían ametralladoras y disparaban a todos los transeúntes, dejando las aceras llenas de cadáveres, que se juntaban en cúmulos de carne y plomo. El olor era indescriptible y el fuego la materia prima para sofocarlo.
Muchos habitantes buscaron en vano esconderse en los refugios. Y allí también llegaban los despiadados con sus bayonetas, ocasionando el desastre en la euforia sangrienta que llevaban con sus pasos.
Muchos son los testimonios que cuentan cómo los japoneses llegaban y no perdonaban ni siquiera a los más chiquitos. A los niños los ensartaban con la bayoneta y los bebés eran arrojados al cielo, a donde seguramente llegaron.
A los monjes budistas que estaban en celibato perpetuo se les obligó a actos sadomasoquistas por pena de morir si no lo cumplían. Obligar a tener sexo era una actitud voyerista por parte de los imperialistas.
No hay perdón sobre la tierra
Cuando la Comunidad Internacional vio el escenario de violencia de Nanking, presionaron a los japoneses para que abandonaran la ciudad. Y tuvieron que pasar seis semanas para que se fueran, dejando atrás un mundo lleno de tristeza y dolor.
Durante la Segunda Guerra nadie habló de la masacre, pero fue el motivo principal para las tensiones diplomáticas que desencadenaron la guerra en el Pacífico.
China jamás le perdonó a Japón esta masacre. Y Japón, aún en la actualidad, jamás se ha disculpado por estos crímenes, o por otros como los cometidos por la Unidad 731.
Fuentes:
- https://www.muyhistoria.es/contemporanea/articulo/la-masacre-de-nankin-un-atroz-crimen-de-guerra-japones-651513092098
- https://www.eurasia1945.com/acontecimientos/crimenes/masacre-de-nanking/
Imágenes: 1: noticias.planetarios.com, 2: elsecretodezara.blogspot.com.co, 3: zenyarte.blogspot.com.co