Padre del desierto, santo aprobado por el obispo de Roma y fiel misionero, los orígenes en la santidad de Moisés se alejan de todo lo habitual, pues no solo fue un hombre esclavo quien sufrió todo tipo de vejaciones, sino que gran parte de su vida se dedicó a la vida delictiva.
Su historia se ubica entre el 330 y 405, es considerado como uno de los primeros mártires del naciente cristianismo, sobre infancia y juventud no se sabe mucho, pero es sabido que en su adultez se convirtió en un hombre de gran estatura y fuerza física, lo cual lo hizo ser muy codiciado como esclavo en Alejandría, pero lo que se imaginaban es que aquel hombre no tendría un carácter nada sumiso y llevaría un estilo de vida dedicado al vicio y desorden, donde robaría e incluso asesinaría a los más débiles, fueron tan terribles sus actos que su amo terminó por liberarlo.
Un santo libertino
La libertad no le dio la sacudida necesaria para ser alguien más justo y todo lo contrario afloró en él actos de libertinaje, uniéndose en el camino con otros bandidos, con los cuales causaría estragos a los habitantes y viajeros que estuvieran cerca del Nilo. Rápidamente ascendió en aquella banda, convirtiéndose en el líder de estos e instauró un reino de terror y muerte, pero su historia cambió cuando un día un pastor y su perro solían advertir cuando Moisés se acercaba a la zona.
Aquello le causaba tanta frustración al bandido, que en un ataque de ira se acercó a ellos con una navaja para tomar venganza, pero la gente de alrededor le avisó al hombre quien salió huyendo con su fiel can. Moisés insatisfecho por lo sucedido decidió calmar las penas comiendo y bebiendo, mató a cuatro de sus mejores carneros, vendió la carne y se compró un vino costoso.
Acá la historia se torna confusa, porque no se sabe si fue la borrachera o los designios de Dios, los cuales lo terminaron llevando a un monasterio ya sea porque estaba buscando al pastor y su perro o simplemente quería buscar refugio. El punto es que terminó adaptándose a la vida en el monasterio y viviendo en castidad, inclusive los miembros de su grupo terminaron encontrándolo y el los terminó llevando por la senda del buen camino.
Tristemente, su vida llegó a su fin a manos de uno bandidos con los que alguna vez Moisés se había enfrentado. El hombre tenía setenta y cinco años y fue sepultado en el monasterio llamado Dair al-Baramus y es considerado Patrón del continente africano.
Fuentes:
- https://www.es.catholic.net/op/articulos/35225/moiss-el-etope-santo.html#modal
- https://catecismoortodoxo.blogspot.com/2017/08/san-moises-el-etiope-agosto-28.html
Imágenes: 1. https://laiglesiaortodoxa.org/2017/10/24/san-moises-el-negro/ 2. https://catecismoortodoxo.blogspot.com/2017/08/san-moises-el-etiope-agosto-28.html
De bandido a Santo
Padre del desierto, santo aprobado por el obispo de Roma y fiel misionero, los orígenes en la santidad de Moisés se alejan de todo lo habitual, pues no solo fue un hombre esclavo quien sufrió todo tipo de vejaciones, sino que gran parte de su vida se dedicó a la vida delictiva.
Su historia se ubica entre el 330 y 405, es considerado como uno de los primeros mártires del naciente cristianismo, sobre infancia y juventud no se sabe mucho, pero es sabido que en su adultez se convirtió en un hombre de gran estatura y fuerza física, lo cual lo hizo ser muy codiciado como esclavo en Alejandría, pero lo que se imaginaban es que aquel hombre no tendría un carácter nada sumiso y llevaría un estilo de vida dedicado al vicio y desorden, donde robaría e incluso asesinaría a los más débiles, fueron tan terribles sus actos que su amo terminó por liberarlo.
Un santo libertino
La libertad no le dio la sacudida necesaria para ser alguien más justo y todo lo contrario afloró en él actos de libertinaje, uniéndose en el camino con otros bandidos, con los cuales causaría estragos a los habitantes y viajeros que estuvieran cerca del Nilo. Rápidamente ascendió en aquella banda, convirtiéndose en el líder de estos e instauró un reino de terror y muerte, pero su historia cambió cuando un día un pastor y su perro solían advertir cuando Moisés se acercaba a la zona.
Aquello le causaba tanta frustración al bandido, que en un ataque de ira se acercó a ellos con una navaja para tomar venganza, pero la gente de alrededor le avisó al hombre quien salió huyendo con su fiel can. Moisés insatisfecho por lo sucedido decidió calmar las penas comiendo y bebiendo, mató a cuatro de sus mejores carneros, vendió la carne y se compró un vino costoso.
Acá la historia se torna confusa, porque no se sabe si fue la borrachera o los designios de Dios, los cuales lo terminaron llevando a un monasterio ya sea porque estaba buscando al pastor y su perro o simplemente quería buscar refugio. El punto es que terminó adaptándose a la vida en el monasterio y viviendo en castidad, inclusive los miembros de su grupo terminaron encontrándolo y el los terminó llevando por la senda del buen camino.
Tristemente, su vida llegó a su fin a manos de uno bandidos con los que alguna vez Moisés se había enfrentado. El hombre tenía setenta y cinco años y fue sepultado en el monasterio llamado Dair al-Baramus y es considerado Patrón del continente africano.
Fuentes:
- https://www.es.catholic.net/op/articulos/35225/moiss-el-etope-santo.html#modal
- https://catecismoortodoxo.blogspot.com/2017/08/san-moises-el-etiope-agosto-28.html
Imágenes: 1. https://laiglesiaortodoxa.org/2017/10/24/san-moises-el-negro/ 2. https://catecismoortodoxo.blogspot.com/2017/08/san-moises-el-etiope-agosto-28.html