El Pensante

La caída de Ciurana y el Salto de la Reina Mora

Historia - enero 26, 2018

Imagen 1. La caída de Ciurana y el Salto de la Reina Mora

Guerras de Reconquista

Ciurana es una localidad española de la provincia de Tarragona, Cataluña. En ese sitio lleno de acantilados y terrenos rocosos ocurrió un hecho que hizo famoso ese poblado, y que se situó en pleno siglo XII, en la época de la reconquista. Cristianos luchaban por recuperar sus tierras de manos de los musulmanes, una guerra que se desató y derramó sangre a su pasó azotaba la península ibérica.

Bajo las órdenes del Conde Ramón de Berenguer IV, las tropas habían logrado recobrar lo que se conocía como el emirato de Xibrana, anexándolo al condado de Barcelona, que hoy en día se convertiría en gran parte del territorio de Cataluña.  El ejército de Berenguer estaba triunfando, no obstante había una parte que parecía lejana e indómita a sus ideales: Ciurana.

Ese pequeño nexo, se encontraba resguardado por grandes montañas, suelos pedregosos y rutas traicioneras, esa fortaleza era gobernada por el último rey moro y su bella esposa Abd-el-azia.

El escarpadísimo paraje y las altas murallas les dieron la ventaja y la seguridad que sus enemigos jamás penetrarían sus barreras. Sin embargo, aquella seguridad que los cegaba los convertiría en un blanco fácil para cualquiera que los quisiera ver perecer, fue de esa forma que entre sus mismos súbditos se encontraba él que destruiría su aparente utopía.

Por una traición murió la reina

Hasta la fecha se cree que nadie podría haber asaltado aquella fortaleza de no haber sido por la ayuda de un siervo judío. Aquel empleado cansado de su estilo de vida poco fructífero decidió dar un giro a su situación al entregar las llaves de la ciudad a las tropas enemigas con la única condición que respetaran su vida y la de los suyos.

Fue así, como en una tranquila noche, mientras se hacía un banquete en la corte, que Berenguer guió a los suyos a Ciurana. Los nobles que celebraban se encontraban ajenos a la situación que se vivía afuera hasta que una saeta entró volando y se clavó en uno de los comedores. El pánico se extendió como la pólvora: los cristianos habían logrado su cometido. Aun así, mientras todos corrían y gritaban, la reina Abd-el-azia, a la que todo el mundo juzgaba solo por su belleza, se mantuvo tranquila.

Que se podría hacer en tal situación, luchar o huir daba la misma. La monarca guardó compostura; sus ojos mostraban como su mente maquinaba un plan, algo que la permitiría salir triunfante. Empero, está historia no tiene un final feliz, ya la reina había tomado una decisión, una decisión que le permitiría salir lo más indemne posible de un final trágico.

Imagen 2. La caída de Ciurana y el Salto de la Reina Mora

Con un objetivo ya fijado, se aproximó a las caballerizas y tomó a su mejor montura, un corcel de un suave tono blanquezco. En medio de aquel desorden y trifulcas, nadie notó como Abd-el-azia  acariciaba su caballo y ataba en sus ojos un pañuelo, rápidamente se montó en él y a fuerte galope corrió y corrió.

En Ciurana, por un momento todo se detuvo para los súbditos, que vieron a su reina saltar por el precipicio. Fue tal el impulso del caballo que su pezuña quedó grabada en la tierra, marca que aún hoy en día se puede observar si llegas a visitar ese territorio. Todos asombrados vieron destellar el sol en aquella figura que se alzaba, jinete y cabalgadura fenecieron, y la reina jamás cayó en el poder de sus enemigos.

Ese gran precipicio fue bautizado con el nombre del salto de la reina mora y se dice que en las noches de luna llena todavía se escucha el relinchar del caballo y entre los destellos que otorga la luna se puede observar a la reina que prefirió morir antes que convertirse en una prisionera.

Fuentes:

  1. https://es.wikipedia.org/wiki/Ciurana_de_Tarragona

Imágenes: 1: wikipedia.org, 2: detectivesdelahistoria.es