Un viaje hacia la innovación a cargo de Benz
Imaginen la escena, madre e hijos emprenden un viaje de visita donde sus abuelos, un camino de 106 kilómetros. Bertha tomó el vehículo y se embarcó con sus hijos, y las miradas de personas extrañadas no faltaron más fallas en el motor, algo que la ingeniera pudo solucionar.
Válvulas obstruidas, cableado rozado y escasez de combustible no fueron un inconveniente para ella: hizo uso de una liga, de un alfiler y de las reservas de ligroína (derivado del petróleo, usado como disolvente) de las farmacias.
Su viaje causó gran conmoción entre el público y atrajo la atención de muchos, inclusive el marido de Bertha le dijo: “Tiene mucho más coraje que yo y su viaje fue decisivo para el desarrollo posterior del carruaje”.
La ruta de Mannhein a Pforzheim fue nombrada como “Bertha Benz Memorial Route” y es patrimonio industrial de la humanidad.
Sus ideas aportaron grandes mejoras
A partir de la experiencia vivida, Betha ideó un sistema de enfriamiento por evaporación y la inducción de un engranaje adicional para subir colinas, a su vez de la incorporación de unos forros de cuero (unas pastillas de freno) para mejorar la potencia de frenado.
La intrépida mujer vivió hasta los 95 años, falleció dos días después de su cumpleaños, el 5 de mayo de 1944.
Fuentes:
- mujeresenlahistoria.com
- tuotrodiario.com
Imágenes: 1. https://www.mujeresenlahistoria.com/ 2. tuotrodiario.com
Nacida en 1849, en Pforzhein, Gran Ducado de Baden, en el seno de una familia acaudalada; Betha Ringer tuvo la oportunidad de acceder a privilegios ajenos a las mujeres como la educación y fue así como empezó su formación en la ingeniería y funcionamiento de las locomotoras. Cuando alcanzó la edad casadera, su familia esperaba que contrajera buenas nupcias, pero su corazón cayó por el ingeniero Carl Benz.
Su padre, no estaba muy contento con la relación, pero el “ella prefería al introvertido manipulador con una visión a una vida acorde con su puesto que al lado de un buen partido.”. Para 1872, Bertha se casó con aquel hombre e invirtió toda su dote en la construcción de la compañía Benz, los inicios de aquella organización no fueron los mejores, pues Carl no era muy versado en los negocios, pero a pesar de todo el hombre consiguió registrar la patente alemana Benz Patent- Morotwagen de su vehículo de tres ruedas en enero de 1886.
Tristemente, la gente no miró con buenos ojos aquel artilugio y fue así como pasó desapercibido hasta que Bertha entró en escena.
Un viaje hacia la innovación a cargo de Benz
Imaginen la escena, madre e hijos emprenden un viaje de visita donde sus abuelos, un camino de 106 kilómetros. Bertha tomó el vehículo y se embarcó con sus hijos, y las miradas de personas extrañadas no faltaron más fallas en el motor, algo que la ingeniera pudo solucionar.
Válvulas obstruidas, cableado rozado y escasez de combustible no fueron un inconveniente para ella: hizo uso de una liga, de un alfiler y de las reservas de ligroína (derivado del petróleo, usado como disolvente) de las farmacias.
Su viaje causó gran conmoción entre el público y atrajo la atención de muchos, inclusive el marido de Bertha le dijo: “Tiene mucho más coraje que yo y su viaje fue decisivo para el desarrollo posterior del carruaje”.
La ruta de Mannhein a Pforzheim fue nombrada como “Bertha Benz Memorial Route” y es patrimonio industrial de la humanidad.
Sus ideas aportaron grandes mejoras
A partir de la experiencia vivida, Betha ideó un sistema de enfriamiento por evaporación y la inducción de un engranaje adicional para subir colinas, a su vez de la incorporación de unos forros de cuero (unas pastillas de freno) para mejorar la potencia de frenado.
La intrépida mujer vivió hasta los 95 años, falleció dos días después de su cumpleaños, el 5 de mayo de 1944.
Fuentes:
- mujeresenlahistoria.com
- tuotrodiario.com
Imágenes: 1. https://www.mujeresenlahistoria.com/ 2. tuotrodiario.com
La mujer que cambió la historia de la conducción, Betha Benz
Si actualmente, todavía se encuentran esos tapujos y estereotipos de que en el mundo automotor las mujeres no deberían estar permitidas, ahora imaginen como sería en el siglo XIX, cuando las féminas se encontraban limitadas en cualquier aspecto, alguien pudo brillar, Bertha Benz.
Nacida en 1849, en Pforzhein, Gran Ducado de Baden, en el seno de una familia acaudalada; Betha Ringer tuvo la oportunidad de acceder a privilegios ajenos a las mujeres como la educación y fue así como empezó su formación en la ingeniería y funcionamiento de las locomotoras. Cuando alcanzó la edad casadera, su familia esperaba que contrajera buenas nupcias, pero su corazón cayó por el ingeniero Carl Benz.
Su padre, no estaba muy contento con la relación, pero el “ella prefería al introvertido manipulador con una visión a una vida acorde con su puesto que al lado de un buen partido.”. Para 1872, Bertha se casó con aquel hombre e invirtió toda su dote en la construcción de la compañía Benz, los inicios de aquella organización no fueron los mejores, pues Carl no era muy versado en los negocios, pero a pesar de todo el hombre consiguió registrar la patente alemana Benz Patent- Morotwagen de su vehículo de tres ruedas en enero de 1886.
Tristemente, la gente no miró con buenos ojos aquel artilugio y fue así como pasó desapercibido hasta que Bertha entró en escena.
Un viaje hacia la innovación a cargo de Benz
Imaginen la escena, madre e hijos emprenden un viaje de visita donde sus abuelos, un camino de 106 kilómetros. Bertha tomó el vehículo y se embarcó con sus hijos, y las miradas de personas extrañadas no faltaron más fallas en el motor, algo que la ingeniera pudo solucionar.
Válvulas obstruidas, cableado rozado y escasez de combustible no fueron un inconveniente para ella: hizo uso de una liga, de un alfiler y de las reservas de ligroína (derivado del petróleo, usado como disolvente) de las farmacias.
Su viaje causó gran conmoción entre el público y atrajo la atención de muchos, inclusive el marido de Bertha le dijo: “Tiene mucho más coraje que yo y su viaje fue decisivo para el desarrollo posterior del carruaje”.
La ruta de Mannhein a Pforzheim fue nombrada como “Bertha Benz Memorial Route” y es patrimonio industrial de la humanidad.
Sus ideas aportaron grandes mejoras
A partir de la experiencia vivida, Betha ideó un sistema de enfriamiento por evaporación y la inducción de un engranaje adicional para subir colinas, a su vez de la incorporación de unos forros de cuero (unas pastillas de freno) para mejorar la potencia de frenado.
La intrépida mujer vivió hasta los 95 años, falleció dos días después de su cumpleaños, el 5 de mayo de 1944.
Fuentes:
- mujeresenlahistoria.com
- tuotrodiario.com
Imágenes: 1. https://www.mujeresenlahistoria.com/ 2. tuotrodiario.com
