Esta es la historia de una de las mujeres más macabras que se haya registrado, quien solía torturar y asesinar a sus esclavos, de las formas más horripilantes que alguien pudiera imaginar.
Torturaba y sacrificaba a sus esclavos
Su nombre era Marie Delphine LaLaurie, una dama muy adinerada del siglo XIX en Nueva Orleans. Un día, en 1834, se incendió su mansión y los pobladores de aquella ciudad descubrieron los terroríficos sucesos que adentro ocurrían, pues hallaron cadáveres, órganos y pedazos de carne humana por doquier, así como armas y herramientas de tortura que usaba para con sus esclavos.
Cientos de testigos relataron las macabras historias que se produjeron alrededor de esta malvada mujer, considerada como de las mayores asesinas en serie de la historia de la humanidad. Un amigo cercano de su familia, relató en aquel entonces que había atestiguado el asesinato de una menor de 12 años, que primero fue perseguida por Delphine Lalurie en la casa, con el fin de arrancarle toda la piel. La niña llena de terror, logró subirse al techo y la cruenta madame, llena de furia, le lanzaba piedras hasta que la víctima calló del tejado y murió desnucada. Luego, ordenó que su cadáver fuera colgado en un palo y lo golpeó hasta el cansancio.
LaLaurie mantuvo tres matrimonios en su malvada existencia y siempre contó con una opulenta fortuna y prestigio dentro de los personajes más influyentes de la época. Su más famosa mansión fue la de Royal Street, misma que ha sido comprada por individuos ricos y famosos a lo largo de estas décadas, como el actor Nicolas Cage, a quien muchos señalan de ser amante de lo oscuro y lo siniestro.
Los historiadores han hallado un sinfín de relatos de los pobladores de Nueva Orlens de esa época, que coinciden en que los gritos desgarradores y lamentos de ultratumba, penetraban las paredes y salían a la calle. Al parecer, aquella mujer gozaba del dolor y practicaba ritos satánicos todo el tiempo, aprovechándose de que en ese entonces, era lícito comprar personas y someterlas a la voluntad del amo, sea cual fuere.
Todo se descubrió gracias a un incendio que una esclava provocó
También se dice que una cocinera fue quien inició el incendio a propósito, en la mansión de Royal Street, cansada y atemorizada por las terribles cosas que la matrona les hacía. La mayoría de esclavos que ingresaban en esa casa, nunca más salían, desapareciendo misteriosamente.
Cuando las personas entraron a colaborar en apagar la conflagración, se encontraron con un cuadro peor que terrorífico: habían esclavos muertos, amarrados con cadenas a los muros y otros tantos cadáveres, encima de mesas y camillas de cirugía, con los órganos sexuales mutilados; algunos, con los intestinos afuera y amarrando las manos; sin ojos, sin uñas y diferentes amputaciones. Así mismo, órganos y cabezas metidos en frascos de cristal.
Fueron años y años de actos atroces en el interior de aquella mansión. Pero los mismos pobladores aseguraron, que los fantasmas de tantas víctimas, sumado al intenso dolor que allí se experimentó, comenzaron a atormentar a Delphine, hasta que ella salió huyendo “como alma que lleva el diablo”.
No se sabe a ciencia cierta qué sucedió con ella, pero todo apunta a que huyó a un bosque en Francia, donde falleció a causa de un accidente mientras estaba de cacería. La justicia humana nunca le hizo pagar por sus brutales crímenes.
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