La India, país de misterios insondables, donde la espiritualidad es la cultura predominante y se ha preservado hasta nuestros días, tanto muchos de sus conocimientos hindúes, como también templos milenarios. En una de esas imponentes obras magistrales de arquitectura, llamada el templo de Padmanabhaswamy, hallamos la enigmática puerta que nadie puede abrir. Veamos:
Todo comenzó en el año 2014, cuando las autoridades oficiales de la India, determinaron que debían allanar nada más ni nada menos que uno de los templos más sagrados de la nación. Pero a pesar de que se opusieron, tanto la familia real que posee el título de aquel tesoro arquitectónico del templo de Padmanabhaswamy, ubicado en Kerala, así como varias religiones y diversos gurús, de todas formas se realizó el registro del templo y encontraron un gran número de misterios sin resolver a la fecha.
Uno de esos enigmas es una puerta recóndita, con unos grabados sorprendentes, pero que ni las mejores máquinas tecnológicas han podido abrir. ¿Qué habrá detrás de esta? Pudieron registrar todas, excepto la última puerta al final del santuario.
No se sabe a ciencia cierta, desde cuándo se creó ese templo y todos sus detalles originales. Lo que sí se conoce, es que se construyó en honor al dios Padmanabhaswamy y la Serpiente Sagrada Anantha, que prominentemente se resalta en la puerta misteriosa.
En este lugar se hallan siete bóvedas, de las cuales la Corte Suprema de la India pudo allanar seis. En ellas se encontraron impresionantes tesoros y objetos de altísimo valor como piedras y metales preciosos, coronas, joyas de un lujo exuberante y mucho más. Según los cálculos efectuados por los arqueólogos, dichos tesoros valdrían cerca de 22 mil millones de dólares. Empero no se ha podido abrir durante años de persistencia, la séptima puerta.
La leyenda
advierte de serias maldiciones para quien viole el templo
Pero también hay una clara advertencia sobre todo, jamás intentar abrir la séptima puerta del Padmanabhaswamy. No obstante, se han hecho diversos esfuerzos por atravesarla. Los científicos que la han analizado aseguran que está hecha de acero, con un grosor prominente pero desconocido. No presenta por ninguna parte visible alguna clase de dispositivo o botón que active un sistema de engranaje para abrirla, como sí cuentan las demás 6 bóvedas.
No sólo hay una gran serpiente, sino dos cobras reales de gran tamaño a modo de guardianes en la puerta. Algunos mitos locales creen que esto significa que hay una maldición para todo aquel que intente profanar su interior. Además, de que las serpientes representan un símbolo importantísimo en las culturas espirituales de oriente, significando la energía Kundalini que se enrosca por las 33 vértebras de la columna vertebral de los iniciados en esos misterios.
Los expertos han llegado a la conclusión de que esta puerta no es posible abrirla por cualquier método, sino que se necesita una tecnología que oficialmente no se conoce y por lo tanto, no hay nada ni nadie en el planeta capaz de abrirla, o por lo menos que se conozca. Según las leyendas de todos los feligreses que acuden al templo, únicamente un individuo sagrado y de alta jerarquía espiritual, como los antiguos Yoguis, Gurús, Siddharpushas o Rishis, que conocen la ciencia de los mantras poderosos y mágicos.
Vale la pena resaltar otra de las grandes advertencias que realizaron los sabios que custodian el recinto y que se sintieron vulnerados por el gobierno, al haber mancillado su sacro santuario. Ésta dice que si se llega a abrir la puerta por algún método profano como con alguna clase de tecnología, entonces se desataría en la Tierra una catástrofe sin precedentes y primeramente, una gran desgracia para quien se atreva a hacerlo.
Hay quienes se atreven a aseverar que detrás de esa puerta, se esconde nada más ni nada menos que el gran tesoro de la humanidad. En los grabados de la misma, se alcanza a leer que su construcción muy probablemente data del 3.102 a.C. Dentro de las bóvedas allandas, se encontraban algunas estatuas de oro de Vishnú, una deidad principal de la mitología hindú, cada una avalada en más de 30 millones de dólares.
Se cree que adentro, todos los muros son gruesos y de oro macizo. Un libro escrito en el año 1933, por Emily Gilchriest Hatch, sobresalen los relatos de individuos que osaron intentar abrir la puerta sagrada y los resultados que obtuvieron fueron de película de terror: al final, corrían huyendo por sus vidas, porque de la nada, el sitio se infestó de terribles cobras. Otras historias semejantes se cuentan en este libro.
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