La Eutanasia puede ser definida básicamente como al acción –e incluso la omisión- realizada a fin de procurar o acelerar el fallecimiento de un paciente, que se encuentre desahuciado, con el propósito de ahorrarle sufrimiento físico.
De esta manera, la Eutanasia plantea el propiciar situaciones o administrar medicamentos que provoquen el fallecimiento del individuo, sin extender mucho más tiempo su proceso de agonía, justificando esta acción en la reducción de dolor y angustia que puede otorgársele tanto a la persona, como a sus familiares, planteándose que esta puede ser aplicada –mientras las Leyes del país lo permitan, pues en muchos sitios se considera simplemente homicidio- a petición del paciente o sus familiares –en el caso de pacientes en coma- y siempre y cuando el médico tratante haya declarado al paciente como terminal.
Definiciones sobre la Eutanasia
Sin embargo, resulta pertinente revisar algunas definiciones emitidas por las instituciones de mayor importancia en materias de Salud, a fin de entender cómo es concebido este concepto por las distintas autoridades en la materia. A continuación dos conceptos institucionales de Eutanasia:
Definición de la Asociación Médica Mundial
Empero lo mucho que ha avanzado la discusión respecto a esta práctica, y aun cuando la Eutanasia asistida ha sido permitida por algunas legislaciones a nivel mundial, para esta institución, la Asociación Médica Mundial (AMM) la Eutanasia, definida como cualquier acción deliberada, dirigida a producir la muerte de un paciente, es vista todavía como un acto antiético, estando además en contra del primer precepto de un Médico, el Juramente Hipocrático, por medio del cual todo profesional en Medicina ha dado su palabra de hacer todo lo que esté en su alcance por salvar y alargar la vida de un paciente.
Definición de la Organización Mundial de la Salud
Por su parte, en un sentido mucho más técnico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ofrece varias definiciones, las cuales plantean los distintos campos o situaciones que pueden contemplar la práctica de la Eutanasia, calificándola entonces como “homicidio intencional” de todo aquel paciente que haya manifestado no seguir con vida, el “suicidio asistido” del paciente que quiera poner fin a su dolor, y finalmente el “homicidio intencional” de todo recién nacido, basado en cualquier alteración genética, independientemente de si esta compromete la vida o no del bebé.
Tipos de Eutanasia
Así mismo, las distintas sociedades médicas e instituciones internacionales con competencia en la materia han definido varios tipos diferentes de Eutanasia, según los medios e actores involucrados en este procedimiento, dirigido a poner fin a la vida del paciente agónico o terminal. En este sentido, puede clasificarse la Eutanasia en los siguientes niveles:
Eutanasia directa
Este procedimiento es dirigido a adelantar el momento de la muerte en un paciente que se encuentre en la fase final de su vida, debido a una enfermedad o situación incurable. Dentro de este tipo de Eutanasia, a la vez los médicos distinguen dos clases:
- Eutanasia directa activa: cuando una persona o profesional de la medicina suministra fármacos o algún otro tipo de sustancia, que produce la muerte de la persona que ha solicitado le sea practicada la Eutanasia.
- Eutanasia directa pasiva: por otro lado, la Medicina también señala el tipo de Eutanasia directa pasiva, la cual simplemente indica que la persona o profesional médico ha decidido omitir o suspender algún tratamiento que prolongara la vida de la persona. Sin embargo, este tipo de Eutanasia, en realidad, su término es cuestionado por varias instituciones, quienes alegan que todo procedimiento destinado a acelerar o producir la muerte del paciente responde a una intención activa.
Eutanasia indirecta
Por otro lado, la Eutanasia Indirecta, aun cuando busca también producir una reducción en el tiempo de agonía del paciente, no procede directamente a causar o provocar la muerte de éste, a pesar de que incurre en la administración de fármacos o procedimientos que a la larga sí pueden conducir a que la vida del individuo llegue a su fin, como por ejemplo cuando un médico administra determinados calmantes, que más allá de producir una reducción del dolor, puede traer como consecuencia el deceso del paciente.
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