El Pensante

La guerra verde: Víctor Carranza, parte 3

Sociedad - septiembre 28, 2018

Imagen 1. La guerra verde: Víctor Carranza, parte 3

La guerra en el llano

Aunque la historia del exterminio del partido político, Unión Patriótica (UP) fue tratada en otro artículo (en El Exterminio de la UP, precisamente), es necesario mencionar que Víctor Carranza tuvo nexos profundos con el magnicidio en el departamento del Meta, al oriente de Colombia.

Terminada la guerra contra Rodríguez Gacha, Víctor Carranza pudo continuar su plan de expansión por el Meta. Allí la frontera agraria estaba abierta y él, un reconocido empresario y patrón en Boyacá quería incursionar en el cultivo de la palma de aceite y en la exploración de hidrocarburos.

Aunque todas estas tierras pertenecían a indígenas guahibos, los colonos las habían arrebatado violentamente y el estado no había dicho más. Se le facilitó a los colonos los proyectos agroindustriales y la ganadería extensiva.

La fundación de las haciendas La Ginebra y La Sesenta por parte de Carranza afianzó su poder en la región. Para mantener el poder tuvo que atacar a los ideólogos de izquierda de manera violenta y sicarial. El ejército paramilitar creado en los años ochentas, le sirvió mucho en el Meta.

Los hombres que tenía le sirvieron para atacar miembros de la UP. Sólo en la década de los ochenta se calcula que asesinó treinta simpatizantes de la Unión Patriótica. Sólo en el municipio de Puerto López, ochenta cadáveres fueron encontrados en fosas comunes, en tierras de Carranza.

Eso sólo fue el inicio. Carranza se expandió hacia las vastas tierras y para adjudicarse contratos utilizó el enorme dineral que tenía. Compró muchos políticos para que le ayudaran a legalizar sus tierras, además se benefició enormemente de sus alianzas con grupos de derecha y paramilitares.

Él mismo crearía una tenebrosa alianza entre los grupos de narcotraficantes, paramilitares, esmeralderos y políticos. Todo este conglomerado afianzaría tenazmente su poder político-económico en la región.

Luego se expandió hacia toda la Orinoquía, para ello preparó un ejército propio compuesto por miles de paramilitares entrenados en Puerto Boyacá. Allí puso un centro de entrenamiento que estaba permeado por las ideas de la Guerra Fría para acabar con el comunismo.

Los carranceros

A Puerto Boyacá llegó una comitiva mercenaria israelí compuesta por el coronel Yair Klein, jefe de Operaciones del Ministerio de Defensa de Israel, Dean Shelley, experto en artes marciales, y Brian David Tomkins.

Cuando llegaron al aeropuerto en Bogotá se dirigieron directamente al palacio presidencial y de allí rumbo a las tierras de Carranza. La instrucción y entrenamiento de grupos paramilitares obedecía a un plan mucho más elevado que quería poner fin a todos los grupos de izquierda en Colombia.

Estos hombres entrenados tenían no sólo el aval del gobierno sino la policía y los militares de amigos. En los fines de semana jugaban fútbol con ellos. El entrenamiento consistía en más que manejo de armas y lucha; Les enseñaban tortura, uso de armas no convencionales y otras cosas.

En las haciendas de Carranza se hicieron varios de estos cursos. Cuando comenzaron a llegar a la política nacional miembros de la UP, se había hecho inteligencia para saber quienes eran. El exterminio comenzó con los líderes políticos de varios municipios.

Los testimonios hechos ante la fiscalía de Camilo Zamora, un miembro de los “carranceros”, revela muchos de los actos sicariales de Carranza. Menciona cómo se mandaba matar a los miembros de la UP y peor aún, la ayuda del ejército para llevar a cabo los fines macabros.

Imagen 2. La guerra verde: Víctor Carranza, parte 3

Muchos de los trabajos que tenían los carranceros consistían en movilizarse a las casas o los lugares de trabajo de los políticos y matarlos a tiros. Fueron muchísimos los casos de violencia contra los grupos políticos de izquierda, tanto que la organización desplomó la izquierda en todo el oriente colombiano.

La impunidad y la gravedad de todos estos hechos era materia del día a día: aquí nació la “parapolítica”. Carranza con esto empezó una carrera de exterminio de la izquierda en otras partes de Colombia. Esta vez se movilizó hacia el norte del país.

La financiación y el impulso de estos grupos tenía como ánimo defender a los terratenientes que tenían varias propiedades. La excusa era defenderse de las FARC, pero la verdad era más compleja. Los grupos buscaban desmantelar el partido político. Y lo lograron.

Aunque no fueron las únicas fuerzas paramilitares que persistían en el territorio colombiano, las esmeraldas de Carranza fueron las que pagaron varios de los mercenarios y los asesinos que desangraron al país durante dos décadas.

En la organización de los “carranceros” al norte del país, se reconoce la activa alianza entre los grupos de Castaño con los de Carranza. No sólo la destrucción de las FARC sino la eliminación violenta de la UP en el norte del país. fue responsabilidad de Carranza.

La captura de Carranza

Ante las pruebas halladas, se hizo un proceso penal contra Carranza por paramilitarismo. El proceso llamado N°JR6457-4, terminó con la formalización de un operativo a cargo de la fiscal Maritza González para la captura de Víctor Carranza.

El 24 de febrero de 1998 se dictó la orden de captura para responder por paramilitarismo. El Cuerpo Técnico de Investigaciones de la Fiscalía (CTI) dictó la orden para capturarlo en el Congreso Mundial de la Esmeralda en Bogotá.

En la lujosa hacienda de Cantarrana en Bogotá (entre carrera séptima con calle 200) el CTI hizo un operativo. Primero se encontró a la seguridad privada, la cual quiso reaccionar pero fue detenida y reducida. Carranza estaba escondido en el pasto con hipotermia.

Imagen 3. La guerra verde: Víctor Carranza, parte 3

Luego de capturarlo, comenzaron a desaparecer testigos. Aunque el expediente era grande y se mencionaba todos sus nexos, sus guerras y sus víctimas, parecía que no serviría para nada. El proceso terminó ganándolo Carranza, el cual pidió una millonaria indemnización al estado colombiano por manchar su buen nombre.

1.500 millones de pesos fue el monto que tuvo que pagarse a Carranza, pues él había comprado a todo el mundo y nadie era capaz de detenerlo, según el libro “Víctor Carranza alias “el Patrón”.

Sólo una vez fue a la cárcel y fue liberado al poco tiempo. Carranza murió en paz sin que nunca se hiciera justicia real.

Parte 1|Parte 2

Fuentes:

  1. https://lasillavacia.com/historia/las-revelaciones-de-victor-carranza-alias-el-patron-32974
  2. Ivan Cepeda y Javier Giraldo. Víctor Carranza alias “el Patrón”.

Imágenes: 1 y 3: verdadabierta.com, 2: contagioradio.com.