Es uno de los monumentos más emblemáticos de Nueva York y de todo el mundo; está ubicada en la isla de la Libertad, al sur de Manhattan y fue un obsequio del gobierno francés a los estadounidenses, en 1886, época en la cual estas dos naciones tenían una estrecha relación y eran conocidas como “las dos hermanas”, además de un regalo por la conmemoración del centenario de la independencia de los estados.
La apertura al público fue efectuada el 28 de octubre de 1886 y contó con la presencia del presidente de la época, Grover Cleveland. El escultor francés Frédéric Bartholdi fue el encargado de darle vida a esta maravillosa obra de arte; la parte interna fue diseñada por el famoso ingeniero francés Gustave Eiffel .
La Unesco le otorgó el título de patrimonio de la humanidad en 1965, y desde 1924, ya era considerada como monumento nacional de Estados Unidos. La estatua representa la libertad y la emancipación . Es muy parecida en su estructura arquitectónica, a la famosa estatua del Coloso de Rodas que es considerada como una de las siete maravillas del mundo antiguo.
La estatua mide 93 metros y fue inspirada en las deidades griegas, que sin duda tienen muchos símbolos que no son conocidos para la mayoría de la humanidad. Los rayos sobre la cabeza representan a Helios el dios del sol de la mitología griega, y también simbolizan los siete océanos del mundo con los 7 continentes, separando a América en Norteamérica y Suramérica. Francia pagó la estatua y Estados Unidos pagó la base y el pedestal; el exterior de la estatua es de cobre y el interior de hierro.
La estatua fue construida en parís y viajó a América, distribuida en 350 piezas almacenadas en 240 cajones; para poder realizar esta gran hazaña, los gobiernos de ambos países hicieron grandes colectas de dinero para poder financiar los altos costos que debían cubrir para instaurar la gigantesca escultura, cuyo lema es “La libertad iluminando el mundo”.
Versión de video: La historia de la estatua de la Libertad