La princesa Alexandra sufrió una repentina fiebre reumática, lo que desencadenó un terrible dolor en las articulaciones y su columna se vio muy afectada, generando una notable cojera que se empezó a notar durante sus apariciones públicas. Lo que nadie vio venir, fue que la discapacidad y dolor que aquejaba a Alexandra, se convirtió en algo que admiraba la sociedad y no por la fuerza de voluntad que mostraba la princesa para sobrellevar su situación, sino que lo veían cautivador era su cojera.
Fue así como se empezaron a ver a damas de clase alta caminar cojeando, la mayoría de personas que veían a un grupo de mujeres en aquella situación, suponían que había una enfermedad contagiosa que estaba afectando la movilidad de las damas.
Aquella moda de caminar cojeando, fue la nueva sensación en 1867, en un principio las mujeres ideaban métodos caseros para usarlos de maneras extrañas y que de alguna forma dieran la ilusión de una discapacidad motriz. Todo fue así, hasta que los comerciantes y zapateros vieron un mercado en potencia y empezaron a vender calzado desigual, un tacón alto y otro bajo. Para complementar la moda, era necesario un elegante bastón, al igual como lo usaba la princesa, tal locura terminó llegando a los periódicos quienes informaban con cierto desconcierto, la locura que invadía a Inglaterra.
Las opiniones del pueblo inglés
The Sweetwater Enterprise publicó en octubre 12 de 1871 lo siguiente: “la última locura de moda en Inglaterra es las damas perfectamente sanas en sus extremidades imitan la cojera de la princesa Alexandra. Para facilitar la ejecución de la imitación, el tacón de un zapato se hace considerablemente más bajo que el del otro. El paso al caminar se conoce como la cojera de Alexandra.”
Y como podrán imaginar el pueblo inglés no se hizo esperar: “Una monstruosidad se ha hecho visible entre las mujeres que pasean en Princess Street es tan doloroso como idiota y ridículo.” Otros decían como se quedaban impresionados a ver jóvenes cojeando por la calle y no encontrar ninguna explicación plausible para tal situación, que gente tan sana se sometiera caminar de tal forma, solo por seguir una moda.
La gente pensaba que debía existir un límite en ese tipo de modas, una línea que debía trazarse, ya que parecía que caricaturizaran la enfermedad. Los familiares de la reina creían que Alexandra debía poner fin aquella locura, pero al final la princesa, que más adelante se desempeñaría como reina, decidió pasar por alto aquello y su cojera empezó a remitir y con eso la moda a pasar, las jóvenes buscaron algo nuevo que imitar.
Fin de la cojera de Alexandra
Para el año de 1871, una revista de moda de la época, anunciaba el fin de la cojera de Alexandra y daba la bienvenida a un nuevo estilo para que las damas lucieran a la hora de vestir, un estilo que limitaría la libertad de dar sus pasos, el estilo polisón: definiría la forma femenina, pero obligaría a las damas andar como si sus pies estuvieran atados.
Por último, cabe resaltar que la Princesa Alexandra, no sólo fue icono de belleza y moda, también mostró un lado noble y desinteresado hacia los menos afortunados. Tanto en su tiempo como princesa, así como Reina, Alexandra dedicó parte de su dinero y tiempo a socorrer a los más enfermos y marginados de la sociedad junto al servicio de enfermería militar imperial.
Para 1912, inauguro el Alexandra Rose, que hasta el día de hoy se mantienen y que incluye el trabajo de mujeres y niñas con algún tipo de discapacidad, las cuales buscan recaudar fondos a través de la venta de rosas silvestres. Los mismos allegados a la reina Alexandra, contaban que su generosidad era tal, que jamás llegaba a investigar las cartas que le enviaban solicitándole algún tipo de apoyo monetario.
Alexandra conocía la vida modesta y sencilla, a pesar de pertenecer a la nobleza e inclusive como reina cosía sus propias medias y reutilizaba su ropa vieja para convertirlas en fundas para muebles. Su sencillez la hizo ser amada por el pueblo inglés, y hoy en día se pueden encontrar varias carreteras con su nombre, un total de 77, ubicadas por todo Londres.
Fuentes:
- monarquias.com/2020/09/22/la-cojera-de-la-princesa-alejandra
- www.youtube.com/watch?v=A4oIWz9vubs
Imágenes: 1. monarquias.com 2. es.wikipedia.org
Alexandra de Dinamarca fue la esposa del príncipe Alberto, hijo de la reina Victoria y quien sería más adelante, Eduardo VII. La princesa se convirtió en un ejemplo a seguir no solo por el estilo que imponía, sino por su actitud amable y piadosa con los más necesitados y como se podrán imaginar, al casarse con el heredero al trono, su vida pasó a ser parte del dominio público, quienes se mantenían pendientes de la vestimenta de la noble, quien junto a su marido reemplazó a la reina Victoria en eventos realizados, cuando esta se quedó viuda y se retiró de la vida pública.
La princesa popularizó las tendencias de la época como el vestido en línea de princesa, que hace referencia a un vestido ajustado realizado con paneles largos sin unión horizontal en la cintura creado por Charles Frederick Words, quien nombró el vestido con ese nombre en honor a la silueta estilizada Alexandra, quien solía usar mucho este tipo de vestidos.
También popularizó su estilo de cabello conocido como el rizo de Alexandra y hacía referencia a un peinado en el que un rizo largo caía sobre el hombro rizo que a menudo era postizo, entre otras modas, pero lo que nadie vio venir fue que una discapacidad de la princesa, se convertiría en objeto de deseo a imitar.
Una moda que nadie imaginó que se impondría
La princesa Alexandra sufrió una repentina fiebre reumática, lo que desencadenó un terrible dolor en las articulaciones y su columna se vio muy afectada, generando una notable cojera que se empezó a notar durante sus apariciones públicas. Lo que nadie vio venir, fue que la discapacidad y dolor que aquejaba a Alexandra, se convirtió en algo que admiraba la sociedad y no por la fuerza de voluntad que mostraba la princesa para sobrellevar su situación, sino que lo veían cautivador era su cojera.
Fue así como se empezaron a ver a damas de clase alta caminar cojeando, la mayoría de personas que veían a un grupo de mujeres en aquella situación, suponían que había una enfermedad contagiosa que estaba afectando la movilidad de las damas.
Aquella moda de caminar cojeando, fue la nueva sensación en 1867, en un principio las mujeres ideaban métodos caseros para usarlos de maneras extrañas y que de alguna forma dieran la ilusión de una discapacidad motriz. Todo fue así, hasta que los comerciantes y zapateros vieron un mercado en potencia y empezaron a vender calzado desigual, un tacón alto y otro bajo. Para complementar la moda, era necesario un elegante bastón, al igual como lo usaba la princesa, tal locura terminó llegando a los periódicos quienes informaban con cierto desconcierto, la locura que invadía a Inglaterra.
Las opiniones del pueblo inglés
The Sweetwater Enterprise publicó en octubre 12 de 1871 lo siguiente: “la última locura de moda en Inglaterra es las damas perfectamente sanas en sus extremidades imitan la cojera de la princesa Alexandra. Para facilitar la ejecución de la imitación, el tacón de un zapato se hace considerablemente más bajo que el del otro. El paso al caminar se conoce como la cojera de Alexandra.”
Y como podrán imaginar el pueblo inglés no se hizo esperar: “Una monstruosidad se ha hecho visible entre las mujeres que pasean en Princess Street es tan doloroso como idiota y ridículo.” Otros decían como se quedaban impresionados a ver jóvenes cojeando por la calle y no encontrar ninguna explicación plausible para tal situación, que gente tan sana se sometiera caminar de tal forma, solo por seguir una moda.
La gente pensaba que debía existir un límite en ese tipo de modas, una línea que debía trazarse, ya que parecía que caricaturizaran la enfermedad. Los familiares de la reina creían que Alexandra debía poner fin aquella locura, pero al final la princesa, que más adelante se desempeñaría como reina, decidió pasar por alto aquello y su cojera empezó a remitir y con eso la moda a pasar, las jóvenes buscaron algo nuevo que imitar.
Fin de la cojera de Alexandra
Para el año de 1871, una revista de moda de la época, anunciaba el fin de la cojera de Alexandra y daba la bienvenida a un nuevo estilo para que las damas lucieran a la hora de vestir, un estilo que limitaría la libertad de dar sus pasos, el estilo polisón: definiría la forma femenina, pero obligaría a las damas andar como si sus pies estuvieran atados.
Por último, cabe resaltar que la Princesa Alexandra, no sólo fue icono de belleza y moda, también mostró un lado noble y desinteresado hacia los menos afortunados. Tanto en su tiempo como princesa, así como Reina, Alexandra dedicó parte de su dinero y tiempo a socorrer a los más enfermos y marginados de la sociedad junto al servicio de enfermería militar imperial.
Para 1912, inauguro el Alexandra Rose, que hasta el día de hoy se mantienen y que incluye el trabajo de mujeres y niñas con algún tipo de discapacidad, las cuales buscan recaudar fondos a través de la venta de rosas silvestres. Los mismos allegados a la reina Alexandra, contaban que su generosidad era tal, que jamás llegaba a investigar las cartas que le enviaban solicitándole algún tipo de apoyo monetario.
Alexandra conocía la vida modesta y sencilla, a pesar de pertenecer a la nobleza e inclusive como reina cosía sus propias medias y reutilizaba su ropa vieja para convertirlas en fundas para muebles. Su sencillez la hizo ser amada por el pueblo inglés, y hoy en día se pueden encontrar varias carreteras con su nombre, un total de 77, ubicadas por todo Londres.
Fuentes:
- monarquias.com/2020/09/22/la-cojera-de-la-princesa-alejandra
- www.youtube.com/watch?v=A4oIWz9vubs
Imágenes: 1. monarquias.com 2. es.wikipedia.org
La cojera de una princesa
Alexandra de Dinamarca fue la esposa del príncipe Alberto, hijo de la reina Victoria y quien sería más adelante, Eduardo VII. La princesa se convirtió en un ejemplo a seguir no solo por el estilo que imponía, sino por su actitud amable y piadosa con los más necesitados y como se podrán imaginar, al casarse con el heredero al trono, su vida pasó a ser parte del dominio público, quienes se mantenían pendientes de la vestimenta de la noble, quien junto a su marido reemplazó a la reina Victoria en eventos realizados, cuando esta se quedó viuda y se retiró de la vida pública.
La princesa popularizó las tendencias de la época como el vestido en línea de princesa, que hace referencia a un vestido ajustado realizado con paneles largos sin unión horizontal en la cintura creado por Charles Frederick Words, quien nombró el vestido con ese nombre en honor a la silueta estilizada Alexandra, quien solía usar mucho este tipo de vestidos.
También popularizó su estilo de cabello conocido como el rizo de Alexandra y hacía referencia a un peinado en el que un rizo largo caía sobre el hombro rizo que a menudo era postizo, entre otras modas, pero lo que nadie vio venir fue que una discapacidad de la princesa, se convertiría en objeto de deseo a imitar.
Una moda que nadie imaginó que se impondría
La princesa Alexandra sufrió una repentina fiebre reumática, lo que desencadenó un terrible dolor en las articulaciones y su columna se vio muy afectada, generando una notable cojera que se empezó a notar durante sus apariciones públicas. Lo que nadie vio venir, fue que la discapacidad y dolor que aquejaba a Alexandra, se convirtió en algo que admiraba la sociedad y no por la fuerza de voluntad que mostraba la princesa para sobrellevar su situación, sino que lo veían cautivador era su cojera.
Fue así como se empezaron a ver a damas de clase alta caminar cojeando, la mayoría de personas que veían a un grupo de mujeres en aquella situación, suponían que había una enfermedad contagiosa que estaba afectando la movilidad de las damas.
Aquella moda de caminar cojeando, fue la nueva sensación en 1867, en un principio las mujeres ideaban métodos caseros para usarlos de maneras extrañas y que de alguna forma dieran la ilusión de una discapacidad motriz. Todo fue así, hasta que los comerciantes y zapateros vieron un mercado en potencia y empezaron a vender calzado desigual, un tacón alto y otro bajo. Para complementar la moda, era necesario un elegante bastón, al igual como lo usaba la princesa, tal locura terminó llegando a los periódicos quienes informaban con cierto desconcierto, la locura que invadía a Inglaterra.
Las opiniones del pueblo inglés
The Sweetwater Enterprise publicó en octubre 12 de 1871 lo siguiente: “la última locura de moda en Inglaterra es las damas perfectamente sanas en sus extremidades imitan la cojera de la princesa Alexandra. Para facilitar la ejecución de la imitación, el tacón de un zapato se hace considerablemente más bajo que el del otro. El paso al caminar se conoce como la cojera de Alexandra.”
Y como podrán imaginar el pueblo inglés no se hizo esperar: “Una monstruosidad se ha hecho visible entre las mujeres que pasean en Princess Street es tan doloroso como idiota y ridículo.” Otros decían como se quedaban impresionados a ver jóvenes cojeando por la calle y no encontrar ninguna explicación plausible para tal situación, que gente tan sana se sometiera caminar de tal forma, solo por seguir una moda.
La gente pensaba que debía existir un límite en ese tipo de modas, una línea que debía trazarse, ya que parecía que caricaturizaran la enfermedad. Los familiares de la reina creían que Alexandra debía poner fin aquella locura, pero al final la princesa, que más adelante se desempeñaría como reina, decidió pasar por alto aquello y su cojera empezó a remitir y con eso la moda a pasar, las jóvenes buscaron algo nuevo que imitar.
Fin de la cojera de Alexandra
Para el año de 1871, una revista de moda de la época, anunciaba el fin de la cojera de Alexandra y daba la bienvenida a un nuevo estilo para que las damas lucieran a la hora de vestir, un estilo que limitaría la libertad de dar sus pasos, el estilo polisón: definiría la forma femenina, pero obligaría a las damas andar como si sus pies estuvieran atados.
Por último, cabe resaltar que la Princesa Alexandra, no sólo fue icono de belleza y moda, también mostró un lado noble y desinteresado hacia los menos afortunados. Tanto en su tiempo como princesa, así como Reina, Alexandra dedicó parte de su dinero y tiempo a socorrer a los más enfermos y marginados de la sociedad junto al servicio de enfermería militar imperial.
Para 1912, inauguro el Alexandra Rose, que hasta el día de hoy se mantienen y que incluye el trabajo de mujeres y niñas con algún tipo de discapacidad, las cuales buscan recaudar fondos a través de la venta de rosas silvestres. Los mismos allegados a la reina Alexandra, contaban que su generosidad era tal, que jamás llegaba a investigar las cartas que le enviaban solicitándole algún tipo de apoyo monetario.
Alexandra conocía la vida modesta y sencilla, a pesar de pertenecer a la nobleza e inclusive como reina cosía sus propias medias y reutilizaba su ropa vieja para convertirlas en fundas para muebles. Su sencillez la hizo ser amada por el pueblo inglés, y hoy en día se pueden encontrar varias carreteras con su nombre, un total de 77, ubicadas por todo Londres.
Fuentes:
- monarquias.com/2020/09/22/la-cojera-de-la-princesa-alejandra
- www.youtube.com/watch?v=A4oIWz9vubs
Imágenes: 1. monarquias.com 2. es.wikipedia.org