La gripe A, la gran Asesina.
La Primera Gerra mundial mató a 21 millones de personas en cuatro años, la gripe A de 1918 hizo lo mismo en los primeros cuatro meses. Se calcula que la gripe de 1918 mató entre 50 y 100 millones de personas por todo el mundo. La cifra es tan imprecisa por darse la epidemia durante los años finales de la Primera Guerra Mundial, 1918- 1919, la falta de información y el silencio que se pretendía guardar. La mal llamada «gripe española» fue una cepa letal de la gripe común, denominada gripe A, Influenzavirus A o H1N1. Se la denominó española, porque España fue el único país que reconoció he hizo pública la epidemia, por lo que se la consideró el epicentro de la misma. Lo cierto es que el paciente cero fue registrado en Kansas el 11 de marzo de 1918. Como España no participó en la primera gran guerra, no tuvo ningún inconveniente en mencionar la existencia de una epidemia mortal. Los otros países involucrados en la guerra temían desmoralizar a la población si hablaban de las víctimas.
Comenzó como una versión más severa de la gripe común, aparte de los dolores de garganta, dolores de cabeza y fiebre habituales, en muchos pacientes, pero la enfermedad progresó rápidamente en algo mucho peor, mutó, sólo la quinta parte de los infectados tuvieron síntomas leves, el resto cayó gravemente enfermo y muchos murieron, algunos en cuestión de horas, otros aguantaron algunos días. Sufrían escalofríos y fatiga extrema que a menudo iban acompañadas de líquido en los pulmones, agravado con neumonía bacteriana. Un médico que trató a las personas infectadas describió una escena lúgubre: «Las caras se vuelven de un tono azulado, una tos trae a colación el esputo manchado de sangre por la mañana, los cadáveres se apilan alrededor de la morgue como leña..»
No había cura posible, todo lo que los médicos podían hacer era tratar que los pacientes se mantuvieran en reposo, que era un buen truco ya que sus pulmones llenos de líquido no los ahogarían tan rápidamente, incluso alguno, muy pocos, sobrevivían. Pero alargar el tiempo de agonía tiene un inconveniente, el «tono azulado» de las caras de las víctimas con el tiempo se volvió marrón o púrpura y sus pies se volvieron negros. Los más afortunados simplemente se ahogaron en sus propios pulmones. Los desafortunados morían de neumonía bacteriana, una infección secundaria para la que no había antibióticos, y de haberlos no serían efectivos. La gripe era esencialmente incurable.
Lo más curioso de esta gripe es que afectaba con mayor saña a los adultos jóvenes, de entre 20 a 40 años, y en menor medida en niños y ancianos, incluso habiendo un familiar infectado en la casa.
Existen tres hipótesis sobre el origen de esta epidemia mundial. Se sabe que la H1N1 o gripe A es una variante de la H5N1 o gripe aviar, las aves no pueden transmitir el virus a los humanos, pero sí a los cerdos, y la gripe porcina sí se transmite a los humanos. Como el primer individuo enfermó en Kansas, se sospecha que el origen estuvo en una epidemia de gripe porcina en USA. Los primeros contagiados fueron los soldados de un destacamento de Kansas. En marzo de 1918, varios cientos de soldados enfermaron en Fort Riley, Kansas. Al menos 50 murieron, pero el resto de la compañía (decenas de miles de personas) fue enviado a Europa, y al parecer se llevaron la gripe junto con ellos. Debido al silencio de los medios, es difícil estar seguro de que éste fuera el primer brote.
Otra hipótesis apunta a que la gripe comenzó en el Himalaya, de Asia pasó a Europa, y de aquí a África y América, debido a la movilidad humana, el despliegue de tropas, los vuelos transoceánicos, la gente que huye de la guerra… Pero no hay una fecha exacta sobre el brote himalayo.
La tercera hipótesis acusaría a las aves. Lo que comenzó siendo una gripe aviar, se fue extendiendo por todo el mundo siguiendo los patrones de migración, las aves autóctonas enfermaron, de ellas pasó el virus a los cerdos y finalmente a los humanos. Tal vez la hipótesis verdadera sea una combinación de las tres, un hecho no excluye al otro, le ayuda.
También está la hipótesis de la conspiración alemana, que nunca puede faltar, en la que acusaban a los laboratorios Bayer de haber creado un arma química, que no fue más que propaganda de guerra.
Por si la gripe asesina no fuera poco con que atacara una vez, tuvo tres brotes. El primero en el primer invierno de 1918, la segunda ola atacó a finales del verano y principios del segundo invierno de 1918, y la tercera en la primavera de 1919. Las calles y los centros públicos quedaron desiertos, por consejo de las autoridades sanitarias; se cerraron escuelas, iglesias, hasta los transportes quedaron sin usuarios y la gente caminaba por la calle con mascarilla o tapándose la cara. Los muertos se amontonaban y había que enterrarlos en grandes fosas comunes aunque sus familiares los reclamaran.
Al menos se conoce un intento de desarrollar una vacuna Un grupo de doctores se desplazó a la prisión militar de la isla Deer, en el puerto de Boston, con la intención de experimentar con los presos. Se garantizó la libertad para el preso que superara la gripe. Se ofrecieron 300 voluntarios, de los cuales los doctores eligieron a 62 Como medio de contagio inyectaban a los sujetos tejido pulmones infestado de los fallecidos, luego se les rociaban los ojos, la nariz y la boca con aerosoles infecciosos. Si no enfermaban, se les aplicaba en la garganta secreciones tomadas directamente de los enfermos y los moribundos, o se pedía a un enfermo que les tosiera en la cara. Ninguno enfermó. Lo que no sabían los médicos era que en ese penal ya hubo un brote de gripe, y los presos que quedaban eran los supervivientes, por lo tanto estaban inmunizados. Ninguno enfermó, pero los doctores no pudieron conseguir su vacuna porque murieron todos. Fueron los únicos contagiados.
El influenzavirus A, Al igual que el B y el C, se diferencian de la gripe común por su genoma. Éste está formado por seis o siete filamentos de ARN (Ácido Ribonucléico) inverso o negativo, no necesita de ARN mensajero (ARNm) para codificar las cadenas de proteínas, porque para traducirse directamente a una proteína una cadena de ARN viral negativa necesita del ARNm, normalmente, pero el influenzavirus transporta transcriptasas dentro del virión, por lo que no necesita ARNm. Una cadena de ARN de sentido negativo tiene que ser convertido a ARN de sentido positivo por la enzima ARN polimerasa, y entonces actúa como un ARNm, por medio de la transcripción negativo-positivo, estos virus pueden prescindir del ARNm. El genoma de tipo A codifica 11 proteínas, las más importantes son dos, la HA (Hemaglutinina) y la NA (Neuraminidasa), dan lugar a la nomenclatura H N según su respuesta frente a los antígenos.
En 2005 se reconstruyó la cadena de ARN del virus, a partir de las muestras recogidas en soldados muertos y congelados. Esto no fue muy bien visto por la comunidad científica, pero argumentaron que había que conocer al enemigo. Los virus pandémicos de la gripe presentan una amenaza significativa para la salud pública mundial. En un estudio realizado en 2005 informan de notables similitudes entre los genes de la polimerasa del virus de la gripe que causó la pandemia de 1918 (H1N1) y las de los virus de la gripe aviar (H5N1).El virus reconstruido de la gripe del 18 mata a los ratones más rápido que cualquier otro virus de la gripe hasta ahora probado.
Se han descubierto varias cepas potencialmente mortíferas de gripe A (existen la gripe B y la C, pero no son potencialmente mortales), la H1N1, H3N2, H3N3, H5N1, H5N5 y H1N2, cerdos y aves son portadores.
La variante de gripe A H1N1 que atacó en 2009, procedía de una mutación de una cepa humana, dos aviares y dos porcinas, fué agresiva, pero no tan peligrosa como su abuela del 18. Un dato curioso es que no atacó a los descendientes de inmunizados de la primera, aunque pasaran 90 años. La variante de gripe aviar H5N5 fué una de las más fuertes de la historia, conocida como gripe asiática.
Como anécdota, recuerdo la historia que me contaba mi abuela de los años de gripe, ella tenía apenas 10 años cuando la gripe A mató a mi bisabuela, su madre. Recordaba que siempre iba con la cara tapada por un pañuelo, y se enfadaba con su hermano pequeño porque se quitaba el pañuelo, así que se lo ataba fuerte. Esa costumbre se quedó tan arraigada, que a mi me daba tres vueltas de bufanda y me la ataba con dos lazadas en invierno para evitar catarros, a parte de su manía de desinfectarlo todo con alcohol. Hasta el café.
Las subclases B y C de gripe son menos agresivos. La gripe B afecta a humanos y focas, y la C a humanos, sobre todo niños, y cerdos.
Tejido por Angelika.
Fuentes: Armas, gérmenes y acero, Jared Diamond. Virus, plagas e historia, Oldstone. Flu: La historia de la gran pandemia influenza de 1918 y la búsqueda del virus que la causó, Gina Kolata.
Fotografías: Rottem.com