Saber cuando alguien está mintiendo, a veces no suele ser fácil. Existen varias técnicas para ese fin, pero ninguna es 100% exacta. No obstante, sobresalen unos detalles muy obvios que son una señal de que esa persona intenta engañarnos y son generales. Veamos: “Las mejores formas de detectar un mentiroso”:
Suele repetir frases y palabras
La causa es porque está empeñado en persuadir, e incluso auto engañarse. Emanuel Glass, especialista en Psicología de la Universidad de Massachusetts, aclara que es un comportamiento subconsciente basado en la motivación de poder validar el engaño en su propia mente. Un ejemplo muy diciente es algo como: «Yo no, yo no…» repetidas veces.
Se torna muy rígido
Los nervios de una persona que está mintiendo, por lo general la traicionan y entonces, comienza a moverse y a mostrarse algo incómoda e inquieta, pero los expertos también señalan que al igual sucede con el polo opuesto, que es una persona con movimientos casi nulos. El doctor Glass lo explica de la siguiente manera:
“Puede ser que tu cuerpo y mente se preparen a sí mismas para la confrontación. Cuando hablas y entras a una conversación de forma normal, es natural mover tu cuerpo un poco y de forma relajada, con movimientos inconscientes. Así que si ves a alguien mantenerse rígido, sin movimiento, suele ser un gran síntoma de que algo anda mal.”
Movimientos rápidos de cabeza
Cuando se les formula una pregunta y su reacción es mover la cabeza muy rápido, hay una altísima probabilidad de que va a mentir. El movimiento puede ser en dirección hacia abajo, hacia arriba, o hacia un lado.
Se tapa la boca
Otra traición del subconsciente de un mentiroso, es que una o las dos manos se disponen a tapar la boca, en instantes en que se siente acorralado o no desea contestar a alguna pregunta. Los conocedores de la psiquis humana, saben bien que cuando una persona adulta se tapa la boca, es una seña casi inequívoca de que quiere ocultar casi toda la verdad.
Mueve los pies de manera compulsiva
Los profesionales de la psiquis humana, están completamente seguros de que cuando una persona miente, casi siempre entra en un conflicto su cuerpo con la mente y estos movimientos exagerados de los pies, es una evidencia de cómo el cuerpo intenta tomar el control. Es un gran indicio de que esa persona está incómoda y nerviosa y que lo más probable, es que quiera salir huyendo de allí. Mirar los pies a una persona, puede revelar mucho de su interior. Es una de las mejores claves para detectar un mentiroso.
Se tapa zonas críticas del cuerpo
Como por ejemplo, el abdomen, la garganta, o el pecho. Diane Morrison, una abogada con más de 15 años de experiencia en casos judiciales, dice:
“He visto esto muchas veces en el juzgado cuando trabajaba como ayudante de los abogados. Puede decirte siempre si el testimonio de alguien ha tocado un tema sensible para el acusado, cuando veo su mano cubrirse automáticamente la garganta”.
Casi no parpadea
En el instante en que alguien miente, es natural que el contacto visual se quiebre sospechosamente. Pero muchos mentirosos lo saben y se aventuran a intentar mantener la mirada fija, pues su objetivo es manipular. Para el FBI, cuando una persona dice la verdad, casi siempre mueve los ojos y por algunos segundos en ocasiones quedan con la mirada perdida, mientras que los mentirosos tienen una forma de ver fría y calculadora.
El caso extremo, pestañear mucho, también es una señal de mentira.
Otorgan información de sobra
Es bien sabido en Psicología experimental, que cuando un individuo comienza a hablar de más, aportando datos precisos y en detalle sin que se los hayan pedido, es una señal de alarma de posibles mentiras. Como esperan que se les crea, se esfuerzan en su discurso.
Señala con el dedo más de lo habitual
Un aspecto psicológico muy demarcado en los mentirosos, es que cuando en la conversación se tornan hostiles y defendiéndose, luchan por hacer girar el tema en contra de su interlocutor. Entonces se le verán gestos de agresividad, sobre todo señalar a la otra persona con el dedo. Subconscientemente están enfrentándose a sus propias mentiras.
Presenta dificultad al expresarse
Es muy notorio en los interrogatorios policiales. Cuando el sospechoso no es inocente, se le nota cada vez más la dificultad a la hora de hablar. El sistema nervioso central interviene y es un gran obstáculo para quien miente, porque le genera estrés y ansiedad al punto en que se reseca la boca.
Otro detalle muy diciente, es cuando de un momento a otro, se le ve mordiéndose los labios.
Su respiración también se altera
Para los especialistas, esto es un acto reflejo de la mente. Si hay una mentira importante de por medio, la persona se va quedando sin aliento porque el ritmo cardiaco cambia drásticamente.
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